El día en que se cumple un año de la desaparición de Maddie es imposible ignorar que todos los protagonistas de este caso han salido mal en la foto.
La policía y la justicia portuguesa, los McCann, los medios de comunicación y también las autoridades de ambos países no han salido bien parados de un caso que, en términos de notoriedad internacional, ha batido todos los records del hijo del aviador Charles Lindbergh, que en los años 30 acaparó el corazón de los americanos.
Los medios de comunicación, nacionales e internacionales, transformaron la desaparición de una niña, en una telenovela de la vida real. La policía y la justicia lusa llegan al final de este año sin brillo y con una imagen que costará años recuperar.
José Sócrates y Gordon Brown no consiguieron resistirse a los medios y se involucraron personalmente –una decisión sin fundamento racional. Los primeros ministros de Portugal y de Inglaterra tendrán muchas dificultades para explicar la diferencia sustancial entre Maddie y las docenas de niños anónimos que todos los días son dados como desaparecidos por su padres.
La decisión de involucrar a los medios en la desaparición de un hijo fue el pecado original de Kate y Gerry McCann, que tristemente se han tornado en celebridades mundiales exponiendo en directo su dolor –hecho subrayado en el primer aniversario de la desaparición de Maddie, con 25 entrevistas en dos días.
Traducción de Mercedes
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