7 de noviembre de 2008

Cadena perpetua para el padrastro del pequeño Marc


El niño de cinco años de edad, murió, víctima de repetidas violencias. Nadie se interpuso. Ni siquiera los médicos, condenados por su ceguera.

El propio acusado pidió la pena extrema. Cuando el Presidente del Tribunal du Nord lo interrogo sobre su difícil juventud junto a un padre violento, David da Costa se amparo del micrófono para lanzar: "Me importa un bledo mi infancia. He matado a un niño, me merezco la pena de muerte”.

Y continuó: "No sé por qué lo hice. Estaba drogado, puesto todos los días. Mate a mi mejor amigo. Pido perdón”. Ayer, el padrastro fue condenado a cadena perpetua. Fue declarado culpable de violencias reiteradas con el resultado de la muerte de Marc, 5 años, el hijo de su compañera.

El 25 de enero de 2006, el niño falleció durante la noche, en el domicilio de la familia, en Aubry (Nord). En su cuerpo: una herida abierta en los testículos, fractura de pelvis, cinco costillas rotas, 66 moretones...

"El juicio del silencio"



Incluso en ese momento, frente a los bomberos (Nota de Mila: en Francia es el equipo médico de los bomberos el que se desplaza para las urgencias) que descubrían este cuerpo martirizado, la madre buscó exculpar a su compañero. Isabelle Gosselin, 35 años, volvió a esgrimir los dos certificados médicos que aseguraban que su hijo se "auto-mutilaba".

¿Por qué este silencio frente a las violencias padecidas por su hijo durante los dos meses anteriores a su muerte? "Estaba enamorada”, explicara ella en el juicio. Imposible de comprender, según el Abogado General (Nota de Mila: representante del Ministerio Publico), que pedirá la cadena perpetua. Finalmente, Isabelle Gosselin será condenada a 30 años de prisión por complicidad. "Ella es culpable de cobardía, de abandono, pero en ningún caso, golpeo a Marc", dijo su abogado.

De cobardía, se ha hablado mucho durante estas dos semanas en el tribunal. "El juicio del silencio donde coexisten los ciegos, los sordos y los mudos", resumió el Abogado General, Luc Frémiot. Silencio de la familia, que no alerto las autoridades. Los abuelos de Marc, el hermano y la cuñada del acusado fueron condenados a 3 años de prisión por no asistencia a persona en peligro. Condena similar para los dos médicos que habían firmado los famosos certificados, sin haber examinado realmente al niño.

Confiaban en su madre, considerada "ejemplar". El primer médico, de 56 años, ni siquiera quito la camiseta a Marc. Además de las penas de prisión, es condenado a una multa de 60 000 €. 75.000 € para el segundo médico. El día en que se supone que había auscultado a Marc, había recibido 63 pacientes durante la tarde.


© Traducción de Mila