7 de enero de 2009

Caso Madeleine McCann - Por favor no se olviden…

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Região Sul - Algarve

Ya ha finalizada la Navidad, esa época durante la cual los niños son los más queridos, alrededor del calcetín, a la espera de los regalos, chocolates y otras golosinas que les trae Papá Noel.

Les hablo de niños privilegiados muchos de los cuales son hijos e hijas de nuestros lectores. De esos niños que forman parte de nuestro mundo llamado civilizado y que nunca han conocido o conocerán ni el frío, ni el hambre. Niños cuyos padres tienen un techo bajo el que dormir sin mojarse con la lluvia y que no corren el riesgo de morir brutalmente por causa de sus creencias religiosas o políticas.

Les hablo de apenas un diez por ciento de los niños de nuestro mundo.

Incluso así, en esa pequeña cantidad, algunos aun están condenados a sufrir, una enfermedad, un accidente, o víctimas de otros acontecimientos, provocados por la mano del Hombre y de los cuales nadie sabrá nunca la verdad.

Esta idea me vino a la mente después de haber visto, hace unos días, en un informativo francés, un reportaje de apenas un minuto sobre la pequeña Maddie, la niña que desapareció hace ahora año y medio en el Algarve. La periodista comentaba que por primera vez se mostraban imágenes de la niña hablando, y así, se podía oír la voz de Maddie. La iniciativa de esta presentación era de los padres y fue hecha para recordar el caso que sigue sin resolver.

Me quedé un poco estupefacto por lo sucedido. Después de meses de silencio, los McCann se acuerdan ahora nuevamente de Maddie. ¿Y solo después de tanto tiempo se oye una grabación de la voz de la niña? ¿Una forma de tranquilizar su conciencia durante el período de paz y amor sobre la tierra o de hacer olvidar las graves sospechas que pesan sobre ellos?

Sé que, para algunos de los que leen estas líneas, mis palabras pueden parecer duras hacia el joven matrimonio inglés víctima del “rapto” de su querida hija pero al final, solo reflejan las opiniones que veo en las páginas de Internet en lengua francesa.

Es verdad, también, que la mayoría de esas páginas provienen de nuestros vecinos belgas que se ofendieron bastante cuando, al principio del caso, la policía inglesa levantó la sospecha sobre una red de pedofília belga. Por el pasado escándalo “Dutroux”, los belgas pasaron a ser el país que más pedófilos tenía – ¡una vergüenza!

Y probablemente por eso las páginas Web belgas tomaron posiciones muy duras contra los McCann, continuando en la pista de su responsabilidad, negligencia y culpabilidad. No pasa una semana sin que salga un nuevo artículo. Las críticas son severas y las dudas sobre la hipótesis del rapto son cada vez mayores. Mientras los belgas no “abandonan” el caso y siguen “murmurando”, tal vez le sería mejor al matrimonio inglés callarse que aparecer recordando que no se olvide a su hija.

¿Vendrá de ahí la idea de ese reciente reportaje?

No voy a levantar más polémica sobre este caso que tiene muchas opiniones divididas en dos campos bien distintos. Solo me permitiría recordarles datos probados y elocuentes: desde 1960, fueron registrados 1.528 niños desaparecidos en el Reino Unido. Después de la investigación, el 82 por ciento de los casos, fueron los padres de la víctima los que estaban implicados.

Paz y amor para todos los niños de la tierra…

J.P. Guerreiro.Fr

Traducción de Mercedes.

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