15 de febrero de 2009

Ni siquiera un niño está a salvo de los envenenadores sin nombre de Internet

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Los McCann valen para un roto y para un descosido.

De The Sunday Times

15 de febrero de 2009

India Knight

Digamos que estás en una fiesta. Que te presentan a alguien por primera vez. En el transcurso de esta conversación este completo extraño te dice algo con lo que no estás de acuerdo. ¿Qué haces - guardar silencio? ¿Te haces el loco y cambias de conversación? ¿Buscas a otro con quien hablar? ¿Tratas de transmitir tu punto de vista? ¿Pataleas un poco? ¿Te vas de la habitación?

¿O le dices que es un monstruo retrasado mental y dejas en entredicho su vida personal, rarezas sexuales, su vida doméstica, el atractivo físico de sus hijos, su mezquindad con los animales y así sucesivamente? ¿Le dices que es sexualmente indeseable que podría romper un espejo a 20 pasos? ¿Qué es tan repulsivo que no te sorprenderías si su esposa/marido tuviera tropecientos líos? ¿Y después lo tildas de maniático, solo para asegurarte?

No, estás pensando. Por supuesto que no. Yo nunca haría eso. A lo que yo digo, no tan rápido. ¿Qué pasaría si fueras anónimo? ¿Cambiarías tu comportamiento? Recuerda que nada terrible ha sucedido. No acabas de ser testigo de alguien dando una paliza a alguien o haciéndole daño a un niño. Todo lo que ha sucedido es que alguien ha dicho algo con lo que no estás de acuerdo. Te ha molestado, pero es completamente irrelevante para tu bienestar. ¿Todavía no? Bueno, entonces claramente no has publicado un comentario en ninguna página web, entonces.

Doy las gracias al blog de Martin Belam en currybet.net, en el que escribe sobre una noticia que apareció en un periódico la semana pasada. Una niña de 13 años de edad había ido a la escuela llevando puesta una falda que era demasiado corta. Su maestra le dijo que parecía una "puta" y dijo que la falda "no hace nada por tu celulitis" (Sí, lo sé - bonito). El periódico que dio la noticia identificó al niño y el nombre del colegio al que asiste. Al igual que todos los periódicos, animó a los lectores a comentar el artículo. Lo hicieron a docenas. Muchos estaban de acuerdo con el profesor: la chica sí que parecía "una puta" ("y también regordeta") y ¿a dónde estaba llegando este Mundo?

Así que ahora tenemos aun montón de adultos anónimos, impulsados por la indignación moral y lo que ven como su propia rectitud impecable, escondiéndose detrás de seudónimos, llamando a una niña zorra. La niña había sido reducida hasta las lágrimas por la explosión inicial del profesor. Tan solo esperemos que no se viera lo que el maravilloso gran público británico tenía que decir. Belam escribió a la Comisión de Quejas de Prensa, citando la cláusula 6 de su código de conducta, concretamente que "los jóvenes deben tener libertad para completar su tiempo en la escuela sin intromisiones innecesarias". A Belam no le incumbía, porque que una pandilla de adultos llamaran puta una niña no le afectaba personalmente.

Comentar anónimamente en línea significa que la desinhibición del público está fuera de control en algunos sectores. Escribir una carta de contestación requiere un esfuerzo: tienes que coger el papel, la pluma, redactar la carta, comprar un sello de correos y, a continuación ir al buzón, mientras tanto ya te has calmado y puede que ya no estés molesto. En línea, puedes compartir tu bilis en segundos y se puede decir todas las cosas que nunca te atreverías a decir "en la vida real". Salvo que es la vida real. La Web de un periódico de "calidad" está lleno de gente extraña insultando a otras personas y ridiculizando sus opiniones con una maldad que raya en la psicosis. Divertidamente, el periódico se enorgullece de sus credenciales liberales. Todo lo que puedo decir es que tiene algunos lectores espectacularmente estúpidos.

Todo esto se hizo evidente durante las semanas siguientes a la desaparición de Madeleine McCann, donde el carácter de su madre fue demolido en línea: ella era demasiado guapa, no estaba lo suficientemente triste, era rara y se comportaba de forma extraña, ella en persona mató a Madeleine – ella sabía cómo hacerlo, al ser médico. Los comentaristas venenosos eran, por supuesto, anónimos (siendo estos, dijo alguien la semana pasada, los insectos del mundo de Internet, escabulléndose bajo las piedras).

Ninguno, me imagino, habría soñado decir alguna de estas cosas a los McCann cara a cara; al igual que uno asume que la gente que especula online sobre cuándo nos va a hacer a todos Jade Goody un favor muriéndose, se apostarían frente a su casa para hacerle saber sus opiniones. Incluso dudo que se sintieran cómodos expresándolas si el hacerlo implicase facilitar una dirección real y teniendo que publicarla para que todas la vieran. Igualmente, la gente llamando a tal o cual celebridad "gordo" o "zorrilla" o "enfermos" pudieran ser menos propensos a hacerlo si su comentarios implicase se fotografiados ellos mismos, pareciendo maravillosos en sus maravillosas casas.

El anonimato en Internet tiene su utilidad: la gente que amablemente filtra material de interés público que de otro modo sería suprimido, obviamente no puede firmar sus entradas. Las mejores Webs de chismes se reducirían a la mitad si las fuentes sobre las que confían fueran nombradas. Pero la gente de la que estoy hablando ni administra sitios web ni actúan en interés del público. Sólo disfrutan del modo fácil con el cual pueden ser indeciblemente viles.

Lo hacen porque nadie los va a coger haciéndolo y también porque hay una extraña percepción de que si está en modo alguno en el ojo público - si eres un buen actor, o sabes cantar -- entonces de alguna manera mereces ser maltratado. Puedes "encajarlo". Te has expuesto "ahí afuera" (siendo bueno en tu trabajo), por lo tanto eres juego limpio: no tienes sentimientos o inseguridades. Si los comentaristas son estúpidos, ellos mismos se dirán que ser económicamente solvente y tener una buena vida significa que algunas desgraciadas celebridades pueden "encajarlo" aún más. ¿Abusan estas personas de sus jefes porque viven en casas más grandes y conducen coches llamativos? Por supuesto que no, se mojarían los pantalones ante la idea.

Conozco a un montón de mujeres columnistas de prensa, ninguna puede soportar ver los comentarios de los lectores debajo de sus artículos online. Es una pena, porque sería bueno debatir con el elemento no-loco, o ver el punto de vista personal ampliado, o incluso tener un poco de interacción humana. Pero la vida es demasiado corta para tener un hermoso día arruinado por el demencial desvarío de completos extraños - somos gacetilleros cínicos, no escolares adolescentes.

La gente debería pensar dos veces antes de pulsar el botón enviar. También podrían tener en cuenta que los días de los comentarios anónimos están contados, según mis amigos más quisquillosos: "La identidad abierta es el futuro y está en camino." Esto significa que no habrá más adultos llamando putas y las niñas y decir que está bien por mí.

+ Escribí de forma despreciativa sobre Twitter hace unas semanas, diciendo que era de necesitados y megalómanos y simplemente raro para cualquier persona sana pasar el día publicando pensamientos aleatorios en un sitio público. Me gustaría comerme mis palabras. Estaba totalmente equivocada: Twitter es asombroso.+

Soy relativamente nueva en esto, pero hace tres cosas brillantemente. Uno, te recuerda que las personas, completos extraños, son básicamente inteligentes, divertidas y agradables. Esto puede parecer algo insignificante pero es importante y reconfortante, sobre todo con la cantidad de bilis anónima existente en todas partes online: Twitter te pone de buen humor.

Dos, es un recurso increíblemente útil, razón por la cual algunas personas lo utilizan como una alternativa a Google, aparte del hecho de que los Twitters están en todas partes y como resultado frecuentemente avanzan noticias, puedes hacer preguntas – dónde cenar en Minsk, si la erupción del bebé es siniestra, si vale la pena ver una exposición, o cualquier otra cosa que quieras, desde política a la ingeniería vía hacer fideos y las sutilezas de la construcción - y sabes que conseguirás repuestas sucintas e informadas.

Tres, te hace sentir conectado de una manera que es difícil de describir, pero que echaría terriblemente en falta si Twitter muriera durante la noche. Mi vena más hippie considera maravilloso tener estas pequeñas vistas de la vida de otras personas. Hace dos semanas hubiese llamado a ese interés lascivia. Pero hay una diferencia. Así que: en un cambio total de sentido. Venir y decir hola. Soy indiaknight @.

Traducción de Mercedes

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