4 de julio de 2010

Caso Madeleine McCann - A Crying Shame


EXCLUSIVA para mccannfiles.com

By Dr Martin Roberts
02 Julio 2010

A CRYING SHAME (UNA VERDADERA LÁSTIMA)


Justo cuando crees que no hay nada más que añadir, que todas las inconsistencias han sido vertidas, salta una nueva. En realidad no es algo totalmente nuevo ya que el tema en general hace mucho que aparece en los medios de comunicación y por lo tanto a la atención del público. Sin embargo, la aparición de un detalle adicional, pequeño, aunque significativo hace que el cuadro completo sea un poquito más claro.

Como comentario de pasada, adjudicado (y casi descartado) por caprichoso, la pregunta hecha a los padres de Madeleine McCann sobre por qué no fueron cuando ella lloraba, debe figurar como una de las citas más ampliamente noticiadas surgida de las vacaciones familiares portuguesas de los McCann. La información fue dada por los McCann en persona durante su documental “un año después” emitido el 30 de abril de 2008 y durante su entrevista con Dermot Murhaghan de Sky News un día después. Más atrás en el tiempo fue repetida por Kate a Fiona Payne, Rachael Oldfield y Jane Tanner la noche del 3 de mayo de 2007, y por Kate y Gerry de forma independiente a la policía portuguesa con motivo de sus primeras declaraciones, tal como se reveló en una aparente “filtración” a los medios de comunicación después de un año.



El alboroto que esta “filtración” creó cuando se informó por primera vez surgió con motivo de las dos implicaciones que conllevaba el comentario en cuestión. La postura de los McCann fue que la pregunta se consideraba, con el beneficio de la retrospectiva, como potencialmente significativa, sugiriendo que algo o alguien hizo que Madeleine llorara la noche antes de que fuera denunciada como desaparecida. Sin embargo, la implicación alternativa puesta de relieve fue que el llanto de Madeleine, y por lo tanto Madeleine en sí misma, significaba que estuvo desatendida durante algún tiempo. Esta fue la acusación tácita contra la que el campeón de los McCann, Clarence Mitchell, los defendió enérgicamente cuando respondía las preguntas planteadas por Anna Jones de Sky News, el 11 de abril de 2008. Clarence muy amablemente confirmó que Rachael Oldfield, que casualmente estaba en su propio apartamento (colindante) aquel miércoles por la noche, no oyó ningún llanto en absoluto, por lo que debió ser ligero y transitorio. Cuando uno tiene en cuenta que las paredes divisorias del Ocean Club son suficientemente delgadas como para haber permitido que los Oldfield oyeran a sus vecinos de al lado en la ducha, más bien parece haber sido un caso de “el silencio es oro”, es decir, Rachael Oldfield no oyó ningún llanto, porque nadie estaba llorando.

Aunque aquí existe una rendija en las cortinas. Si Madeleine hubiese estado llorando el miércoles por la noche indudablemente hubiese sido oída por Rachael Oldfield, tan cierto como que la Sra. Fenn, que vivía en el piso de arriba, oyó a un niño llorando en el 5A la noche del martes. ¿Y esos episodios de narración en retrospectiva? Tuvieron lugar el jueves por la noche mientras cenaban, es decir, antes darse cuenta de la ausencia de Madeleine. Eso no es en retrospectiva en absoluto, sino en anticipación, esa observación de suma importancia hecha a los amigos en primer lugar, después a la policía (por ambos padres el 4 de mayo, nuevamente por Gerry el 10 de mayo, una vez más por Kate el 6 de septiembre y Gerry el 7).

Vemos como esta rendija en concreto se agranda al hacerse pública una declaración dada por el oficial de la Policía de Leicestershire Stephen Markley el 25 de abril de 2008, en relación a sus actividades como oficial de enlace familiar mientras trabajaba en Portugal con los McCann. El aspecto clave (para el objetivo actual) de su declaración es el siguiente:

“Sin embargo, en relación a lo anterior, me gustaría añadir lo siguiente: Sobre las 20h00 del sábado 5 de mayo de 2007, yo llegué al apartamento donde Kate y Gerry estaban alojados, con otros funcionarios. Durante el encuentro Gerald y Kate tenían algunas cuestiones que ellos deseaban que fueran investigadas y respondidas por la PJ.

“Una de esas cuestiones que ellos deseaban que la PJ tuviera en cuenta era la revelación de Madeleine sobre el miércoles por la noche, cuando ella dijo que la dejaron sola durante la noche. Ella le dijo a Kate y Gerry que recordaba a los gemelos llorando y que ella quería saber por qué ni su madre ni su padre había ido a la habitación para ver qué estaba ocurriendo.”

Hay algo claramente inquietante sobre los múltiples ataques de amnesia selectiva de los McCann en relación a los hechos que rodean la hasta ahora inexplicada ausencia de su hija del apartamento 5A (una hipótesis sin fundamento, incluso la del secuestro, no es una explicación). Cuando fueron entrevistados por la cadena de televisión española Antena 3 ninguno de los dos fue capaz de ofrecer ningún recuerdo de la última vez que vieron a Madeleine. Y sin embargo, atribuyen tanta importancia a un comentario hecho de pasada por su hija, un comentario que fue noticiado con posterioridad al que no atribuyeron ninguna importancia en absoluto para su hija, un comentario que ellos repitieron a varios amigos, y después, en varias ocasiones, a la policía portuguesa. Ellos han, tal como sabemos por la intervención de su portavoz oficial, rebatido enérgicamente la implicación del abandono infantil, mientras expresaban públicamente el punto de vista de que es la implicación de un intruso no identificado lo que les condujo a alertar a la PJ sobre la inusual historia de Madeleine sobre el llanto. Estas son las alternativas obvias. Pero hay un tercer motivo a considerar bastante menos obvio; uno que podría ofrecer una justificación más convincente para que los McCann buscaran “over-egg the pudding” (estropear algo al intentar arreglarlo con demasiada vehemencia) que la de llamar la atención sobre la posible existencia de merodeadores en un tranquilo complejo turístico.

A primera vista no hay nada inusual sobre el hecho de que los McCann quisieran que la PJ fuese consciente de la revelación de Madeleine en relación a la noche del miércoles. Solo cuando este deseo es contrapuesto al hecho de que ellos mismos ya se lo habían contado a la PJ dos veces (4 de mayo), es cuando su petición al Oficial Markley del día 5 parece excesivamente insistente.

Resulta digno de mención que, en términos de recuerdo, el miércoles 2 de mayo en Praia da Luz representa una especie de “agujero negro” en lo que a los McCann y sus amigos se refiere. Podríamos hacernos esta pregunta: Como mínimo, ¿qué es lo que confirma que Madeleine mencionara que estaba desatendida? Simplemente que fue capaz de referirse a ello con posterioridad. Si se asume que “la noche anterior” era miércoles entonces la conversación en cuestión solo pudo haber tenido lugar el jueves por la mañana y Madeleine estaba en situación de ser “llevada” aquella noche. Pero el miércoles por la noche no había nadie llorando de quien hablar, entonces ¿por qué hablaría Madeleine sobre ello? ¿Debemos suponer que se refería al martes? ) Yo pregunto, ¿plantearía una niña de 3/4 años un tema semejante después de 30 horas? Algunos adolescentes que yo conozco tienen problemas para recordar algo durante 30 minutos).

Lo que destaca de esta determinación de llevar este malestar transitorio de Madeleine a la atención de todos, es que Madeleine es retratada como habiendo llamado la atención sobre ello, el jueves, con lo que se invita a todo el mundo a concluir que debía estar en posición de hacerlo – el jueves. Por lo tanto, “signos de vida” verbales, promulgados, por supuesto, por los McCann, al igual que la falsedad sobre la “persiana forzada”.

Traducción de Mercedes