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El Mundo
El abogado de una persona que quiere cambiar su declaración critica la presión en el entorno de los padres de 'Maddie'
DUARTE LEVY/ PAULO REIS. Especial para EL MUNDO
LONDRES/PRAIA DA LUZ.- «Mi cliente se ve obligado a guardar silencio sobre qué es lo que puede hacer para ayudar en la investigación y no es por el secreto a que obliga la ley en Portugal. Esto resulta sumamente revelador sobre las extrañas circunstancias que rodean a todo este caso», asegura el abogado de uno de los amigos de los McCann que se encontraban en el restaurante Tapas la noche en que desapareció Madeleine y que han decidido cooperar con la policía, tal como informaba EL MUNDO el pasado martes. «No es que él tenga miedo de los McCann, pero todo ese lobby económico y político que rodea a la pareja atemoriza, verdaderamente, a cualquier persona».
«A la policía únicamente se la avisó después de que el grupo en cuestión analizara los problemas a los que se podrían enfrentar por haber dejado solos a los niños y, hasta ahora, mi cliente no ha tenido oportunidad de hablar por sí mismo sobre todo ello», continuó diciendo el mencionado abogado, que tiene su bufete en Londres. Desde el pasado mes de septiembre, este letrado representa a uno de los dos amigos de los McCann que se pusieron en contacto con la policía para solicitar la oportunidad de volver a declarar y poder así corregir algunos detalles y discrepancias que se habían producido en el curso de las declaraciones hechas por el grupo de nueve personas que estaban pasando sus vacaciones en el Ocean Club.
«Lo que mi cliente desea es sacar a la luz toda la verdad, pero en el bien entendido de que él no pretende ni acusar ni exculpar a nadie, porque ésa es labor de la policía. Lo único que él quiere es ayudar a la policía a saber la verdad sobre todo lo que pasó antes, durante y después de aquella cena del día 3 de mayo».
Clarence Mitchell, el portavoz de los McCann, ha negado esta información, basándose en que se había puesto en contacto con los siete amigos de los McCann y que todos ellos le habían asegurado que no habían dado instrucciones a sus abogados para hablar con la policía y volver a ser interrogados.
Ante la actitud de Mitchell, este letrado británico señala: «Cuando se tiene en cuenta la presión que se ha venido ejerciendo tanto sobre mi cliente como sobre otras personas más, resulta perfectamente natural y comprensible que mi representado no dijera a Clarence Mitchell que había decidido contratar a su propio abogado para cooperar más estrechamente con la policía».
Además de mostrarse extremadamente crítico con toda la histeria que se ha desatado en los medios de comunicación en torno a la desaparición de Madeleine, este letrado considera que el caso es «mucho más serio» de lo que la gente cree. «No quiero acusar a nadie, pero hay personas muy cercanas a los McCann que no les están ayudando en absoluto. Sin embargo, la intención de mi cliente es sacar a la luz la verdad de esta triste historia, sin importarle quién puede resultar perjudicado».
El apoyo que han recibido los McCann por parte del Gobierno británico es otro aspecto que critica el abogado. «Entiendo perfectamente que nuestro Gobierno tenga la obligación legal de ayudar a los McCann. Lo que no puedo comprender es que hayan recibido unos apoyos que van mucho más allá de lo que se podría considerar normal en un caso como éste. Sin embargo, y ya desde las primeras horas, quedó claro que el caso Madeleine no era un caso policial normal. Mi cliente no ha recibido el menor apoyo personal por parte de las autoridades británicas, tan sólo el que le ha llegado a través del matrimonio McCann».
Preguntado sobre el grado de implicación del Gobierno británico y las conexiones políticas que puedan estar relacionadas con este caso, el abogado respondió: «No forma parte de mi trabajo tener que explicar por qué y cómo han intervenido determinados políticos en este caso, pero me temo que esas intervenciones han sido perjudiciales no sólo para mi cliente, sino, también, para poder averiguar la verdad».
DUARTE LEVY/ PAULO REIS. Especial para EL MUNDO
LONDRES/PRAIA DA LUZ.- «Mi cliente se ve obligado a guardar silencio sobre qué es lo que puede hacer para ayudar en la investigación y no es por el secreto a que obliga la ley en Portugal. Esto resulta sumamente revelador sobre las extrañas circunstancias que rodean a todo este caso», asegura el abogado de uno de los amigos de los McCann que se encontraban en el restaurante Tapas la noche en que desapareció Madeleine y que han decidido cooperar con la policía, tal como informaba EL MUNDO el pasado martes. «No es que él tenga miedo de los McCann, pero todo ese lobby económico y político que rodea a la pareja atemoriza, verdaderamente, a cualquier persona».
«A la policía únicamente se la avisó después de que el grupo en cuestión analizara los problemas a los que se podrían enfrentar por haber dejado solos a los niños y, hasta ahora, mi cliente no ha tenido oportunidad de hablar por sí mismo sobre todo ello», continuó diciendo el mencionado abogado, que tiene su bufete en Londres. Desde el pasado mes de septiembre, este letrado representa a uno de los dos amigos de los McCann que se pusieron en contacto con la policía para solicitar la oportunidad de volver a declarar y poder así corregir algunos detalles y discrepancias que se habían producido en el curso de las declaraciones hechas por el grupo de nueve personas que estaban pasando sus vacaciones en el Ocean Club.
«Lo que mi cliente desea es sacar a la luz toda la verdad, pero en el bien entendido de que él no pretende ni acusar ni exculpar a nadie, porque ésa es labor de la policía. Lo único que él quiere es ayudar a la policía a saber la verdad sobre todo lo que pasó antes, durante y después de aquella cena del día 3 de mayo».
Clarence Mitchell, el portavoz de los McCann, ha negado esta información, basándose en que se había puesto en contacto con los siete amigos de los McCann y que todos ellos le habían asegurado que no habían dado instrucciones a sus abogados para hablar con la policía y volver a ser interrogados.
Ante la actitud de Mitchell, este letrado británico señala: «Cuando se tiene en cuenta la presión que se ha venido ejerciendo tanto sobre mi cliente como sobre otras personas más, resulta perfectamente natural y comprensible que mi representado no dijera a Clarence Mitchell que había decidido contratar a su propio abogado para cooperar más estrechamente con la policía».
Además de mostrarse extremadamente crítico con toda la histeria que se ha desatado en los medios de comunicación en torno a la desaparición de Madeleine, este letrado considera que el caso es «mucho más serio» de lo que la gente cree. «No quiero acusar a nadie, pero hay personas muy cercanas a los McCann que no les están ayudando en absoluto. Sin embargo, la intención de mi cliente es sacar a la luz la verdad de esta triste historia, sin importarle quién puede resultar perjudicado».
El apoyo que han recibido los McCann por parte del Gobierno británico es otro aspecto que critica el abogado. «Entiendo perfectamente que nuestro Gobierno tenga la obligación legal de ayudar a los McCann. Lo que no puedo comprender es que hayan recibido unos apoyos que van mucho más allá de lo que se podría considerar normal en un caso como éste. Sin embargo, y ya desde las primeras horas, quedó claro que el caso Madeleine no era un caso policial normal. Mi cliente no ha recibido el menor apoyo personal por parte de las autoridades británicas, tan sólo el que le ha llegado a través del matrimonio McCann».
Preguntado sobre el grado de implicación del Gobierno británico y las conexiones políticas que puedan estar relacionadas con este caso, el abogado respondió: «No forma parte de mi trabajo tener que explicar por qué y cómo han intervenido determinados políticos en este caso, pero me temo que esas intervenciones han sido perjudiciales no sólo para mi cliente, sino, también, para poder averiguar la verdad».
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