The Blacksmith Bureau
28 noviembre, 2014
Cuando el blog de Textusa afirma que, después de todo, no hay un encubrimiento de Scotland Yard, por fin, la realidad finalmente se va haciendo camino.
No sirve de nada que el Bureau repita que nunca existió un encubrimiento, al igual que no hubo un Tapas diez, al igual que nunca ha habido una conspiración política para proteger a los McCann, al igual que no hubo ninguna conexión entre redes de pedofilia en Reino Unido y los McCann, al igual que nunca hubo ninguna conspiración Brian Kennedy, al igual que Murdoch nunca protegió a nadie, al igual que el embajador Buck no intentó influenciar indebidamente a Alipio Ribeiro, al igual que la presión política de Reino Unido no influyó en la destitución de Gonçalo Amaral, al igual que Rebekah Brooks no influyó a David Cameron en la delicada decisión de iniciar la revisión.
No sirve para nada que lo digamos porque lo hemos dicho durante años, es aburrido y no hay ninguna prueba de que hayamos influido en una sola persona para que adopte la misma línea. Y seguramente no los convenceremos ahora.
Entre 2008 y 2011 realmente parecía valer la pena intentarlo, a nuestro pequeño modo, influenciar el debate púbico y en internet. Esto, porque creíamos que las diferentes teorías de una mano oculta que eran en sí mismas una mano oculta, ayudando por su improbabilidad a proteger a la pareja de perder el apoyo público. Echa un vistazo a las declaraciones y entrevistas de los McCann en busca de un rastro de temor o negaciones enfurecidas de que estaba siendo protegidos y encontrarás nuestra favorita – radio silencio. De hecho, la pareja agradece estas cosas.
Dejando de lado el avance de la apisonadora Grange, lo único que realmente enloquece a la pareja son los perros, Amaral y el contenido del expediente británico, tal como sus palabras y actos tan claramente demuestran: su temor fundado de esos elementos cruciales del caso los ha llevado a arriesgarlo todo, y queremos decir todo, en un desesperado intento de neutralizarlos.
Por el contrario, cualquier expresión de temor, por sí mismo una señal reveladora de los riesgos tomados, ante el posible desentrañamiento de un complot para protegerlos ha estado completamente ausente – porque no tienen nada que temer de algo que no existe. No es solo su vanidad psicópata la que ha acogido la creencia de que están en centro inamovible de una vasta red de protección corrupta, al igual que esa alegría excitada cuasi-sexual que la gente que rodea a Lance Armstrong ha confesado ahora de forma pública. No, es su certeza de que sus cuellos no se resentirán en esa dirección y su ahora decreciente esperanza de que cuanto mayor sea la concentración en esta quimera menor será la atención sobre sus vulnerabilidades reales.
Huida, perseguida por los perros
Compáralo con el historial en relación a su obsesión con esas tres amenazas reales. En su último intento de influir en el juicio por difamación en Lisboa, cuando se dirigió personalmente al tribunal, Gerry McCann presentó un retrato de una familia inocente totalmente angustiada porque la búsqueda de su hija desaparecida había sido saboteada por las afirmaciones de un ex-policía errante. Sí, le dijo al tribunal, él y su mujer habían sufrido una ansiedad personal terrible por las afirmaciones pero esto no era nada comparado con el daño que el libro había hecho al hacer que la gente dejara de colaborar. Todo lo que importaba era Madeleine, no ellos.
Todo memeces lacrimógenas de principio a fin hasta que nuestro estoico héroe de repente desapareció cuando el juez estaba a punto de despacharlo – reemplazado por un desesperado ex-arguido agarrándose a un clavo ardiendo para protegerse. Los perros no habían detectado sangre, gritó, ante las objeciones del juez. Estaban equivocados – pero el juez le retiró el uso de la palabra.
Desesperación es la última impresión que Gerry McCann quería que los que monitorizan la Operación Grange percibieran, pero no pudo evitarlo: los perros los persiguen.
¿Duermen bien?
La persecución de los McCann a Amaral es demasiado conocida para necesitar ensayo. Intentar tenderle una emboscada con afirmaciones que fueron totalmente incapaces de respaldar ante el tribunal fue por sí mismo una señal reveladora. Pero su temor y obsesión casi enloquecida con ese hombre ha crecido a proporciones grotescas – todo alimentado por lo que una vez comenzó como una horrible sospecha suya, pero que se ha convertido en una certeza desesperada: silencio ante sus afirmaciones y la derrota en un juicio por difamación donde solo tienen dos opciones y están condenados por cualquiera de ellas. En sus comentarios públicos sobre él, especialmente ante la puerta del Tribunal de Lisboa, sus caras están distorsionadas por el odio y el temor, y en “Madeleine” Amaral es visto por la afligida Kate McCann, como una especie de zombi vudú acechándoles bajo la luna llena.
“Tal vez Amaral había accedido a algún tipo de subconsciente nacional... Sé que no estoy asustada... cómo ha tratado a mi preciosa Madeleine... Gonçalo Amaral se acercaba... pero yo me mantuve fuerte y pasé junto a él sin decir nada... tres de sus oficiales estaban acusados de tortura... estos ataques removieron emociones terribles en mi... todo mi cuerpo intentaba gritar... en vez de eso simplemente aullaba internamente... un pendiente de diamante... no podía dejar de mirarlo... era como si estuviera intentando saber lo que pensaba... mi corazón palpitaba un poco más fuerte y me agarré fuertemente a crucifijo de madera mientras pasaba.”
Ni una sola mirada. Nunca
Y por último esos archivos. Del mismo modo que no pueden sacarse de la cabeza a Amaral y esos spaniels, tampoco pueden olvidar esos archivos británicos sobre el caso por temor a lo que puedan contener, al igual que los archivos con los análisis de las declaraciones retenidos por la PJ, para intentar entender a sus cazadores. Nunca han dejado de intentar poner las manos sobre ellos desde que el caso fue archivado, a pesar de ser conocedores de las sospechas que suscitan sus actos. Nuevamente, creen que no tienen otra elección. Los pidieron ante el Tribunal en verano de 2008, Yard y la policía de Leicester les golpearon de nuevo en diciembre de 2009 con una declaración conjunta indicando que se denegaría el acceso a todo el mundo hasta que el caso hubiera concluido y poco antes de que David Cameron pusiera en marcha el último acto, ya estaban a ello de nuevo.
“Significativamente, no tenemos acceso a toda la información que ha llegado a la investigación. El proceso de las autoridades portuguesas posee una gran cantidad de material que no fue incluido en el expediente policial puesto a disposición del público. La policía británica, también, guarda información que nosotros no tenemos. Cuantos más datos podamos conseguir, más completa será la imagen y mayores nuestras posibilidades de encontrar a nuestra hija. Si no se acepta la revisión, o de hecho si nunca se toma una decisión, no nos quedará otra alternativa más que requerir la divulgación de toda la información en posesión de la autoridades relacionada con la desaparición de Madeleine [negrita del Bureau]”. Última amenaza de Kate McCann.
Estos intentos desesperados y de alto riesgo para evitar las amenazas reales a las que se enfrentan no tienen equivalente en ninguna reacción defensiva a las sospechas de protección que han circulado en torno a ellos, como los lectores pueden comprobar por sí mismos en las fuentes habituales.
Probablemente, ahora se entienda bastante bien que la demanda contra Bennett era parte de un complot para rematar la destrucción de Amaral que había comenzado con la incautación de sus bienes. La única, minúscula, posibilidad que los McCann veían para escapar de ser aplastados entre el silencio y la derrota legal portuguesa era desprestigiar a Amaral hasta que su credibilidad fuese cero – por asociación. El plan era utilizar algunos comentarios imprudentes de Gonçalo Amaral y las teorías de Bennett, que se había vinculado con entusiasmo a Amaral y la camarilla anti-británica que lo rodeaba, para demostrar que Amaral en persona era también un fantasioso vicioso que no podía distinguir las pruebas de la invención. Esto es lo que Gerry McCann estaba intentando aun en 2014 durante su declaración personal ante el tribunal cuando relacionó lo que había escrito Amaral con lo que había hecho Bennett, recordando al juez que este último también había invitado a Amaral a dirigirse a su fundación.
Hacía mucho tiempo que Bennett estaba bajo vigilancia para obtener la prueba de esa vinculación que los McCann no consiguieron aportar en el Tribunal, aunque él no mostró ninguna señal de saberlo. Los amigos de la pareja en los medios de comunicación, ya tenían preparadas las portadas nacionales y un fotógrafo para tomar las imágenes mortales de Bennett dando una calurosa bienvenida a Amaral a su llegada a Reino Unido tras aceptar la invitación – de la que ellos eran conocedores – así como unos honorarios seductores además del billete de avión y todos los gastos pagados que los acompañaban. ¡Los dos locos vistos juntos! Afortunadamente, GA declinó la invitación, aunque realmente le habría venido bien el dinero en ese momento. Sin embargo, Gerry no se molestó en decirle al juez que la invitación fue ignorada, ¿verdad?
Es durante ese período cuando, sí, sentimos que valía la pena hacer todo lo que estaba en nuestra mano para contrarrestar la conspiración, porque creímos que realmente era una amenaza para Gonçalo y por lo tanto para el intento de meter a Kate y Gerry en un tribunal. Sin duda sobreestimamos nuestro propio impacto y tal vez - ¿quién sabe? – nos engañamos a nosotros mismos pero este fue el motivo por el que desde 2009 a 2011 escribimos de forma continuada en el Bureau para exponer la completa ausencia de pruebas para las múltiples teorías de la protección, atacamos a Bennett –causando indignación – e incluso criticamos a Gonçalo, lo que nos costó algunos amigos portugueses, mientras que al mismo tiempo trabajamos detrás del escenario para intentar contrarrestar el efecto de las malas influencias en la campaña de Gonçalo. Acertadamente o no pensamos que valía la pena intentarlo.
En 2011, tras la victoria de Gonçalo en el Tribunal de Apelaciones, apareció la nota de suicidio “Madeleine”, comenzaron las nuevas investigaciones de revisión y la pobreza de los cargos de los McCann contra Amaral, así como su incapacidad de encontrar un solo testigo importante deseoso de testificar para ellos en Lisboa, según se reveló. A partir de entonces solo era una cuestión de tiempo y la necesidad de un argumento público serio – marcara la diferencia o no – era pasado, aunque todavía no podemos resistirnos a retorcer algunos rabos de vez en cuando.
Los chismes del encubrimiento aun prevalecen, al igual que la decidida anglofobia detrás de él en Portugal, pero a pesar del hecho de que el Team ha intentado utilizar las acusaciones de encubrimiento en su campaña secreta dirigida por el Mirror para dividir las dos fuerzas, ahora es irrelevante dado que los hechos, no las teorías, están determinando el futuro, tal como demuestra Textusa ahora. Los McCann han perdido en Portugal y la Operación Grange está más cera de llegar a su fase final. La única asignatura pendiente al margen de los tribunales que todos nosotros podemos ayudar a completar, es el futuro de Clarence Mitchell que, por supuesto, evitará la acusación. Aunque, él se hundirá con el barco, de un modo u otro. ¿Verdad, Clarence?
© Traducción de Mercedes
Ojalá este circo termine.Pero dudo mucho que aún sabiendo la verdad los responsables de la muerte o desaparición de esta niña vayan a prisión, desgraciadamente las pruebas no han sido suficientes, y las que pudo haber fueron contaminadas y desaparecidas el día que la niña se esfumó!, pero es deseable que termine también el lucro que hacen los padres con motivo de este terrible caso, qué dirán los ciudadanos ingleses? y Portugal podrá descansar en paz, mucha suerte le deseamos a G Amaral.
ResponderEliminarYo creo que ahora esta aflorando la verdad, pero como decía Textusa el LADO OBSCURO tiene mucho poder y no hay que ponerles nerviosos. Pasito a pasito y adecuadamente creo que algo se esclarecerá. AR
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