10 de agosto de 2010
De cualquier forma que se analice, hay pocas razones para poner en duda la veracidad de la declaración del Inspector Amaral de que Jane Tanner identificó a Murat desde una furgoneta de vigilancia como el “secuestrador huidizo” que había visto el 3 de mayo. Las pruebas indican que había varios oficiales implicados en la planificación y ejecución de la operación, incluyendo a más de uno en vehículo de vigilancia con la tarea de grabar las reacciones de la Sra. Tanner. La iniciativa en sí misma tampoco fue un capricho de Amaral – lejos de eso: Bob Small, un oficial de la Policía de Leicester, estaba íntimamente implicado en la preparación de la acción y jugó un papel más importante en su ejecución que Amaral mismo.
La respuesta de la Sra. Tanner a la aparición de Murat fue informado por los oficiales del vehículo sin ambigüedad. Ella no hizo ninguna reclamación indicando que ellos la hubieran provocado o intimidado o que hubieran en modo alguno actuado inadecuadamente durante el proceso de identificación, de sus informes parece claro que no se trató de un simple murmullo “sí, está bien, puede ser él...,” o moviendo la cabeza con nerviosismo ante un gruñido intimidatorio “¿qué es él, no? No, los oficiales informaron que fue “firme” al decir que era Murat a quien había visto la noche del 3 de mayo y que había añadido el de detalle revelador de que “reconocía con toda seguridad su forma de caminar”.
Es inconcebible que, frente a esta batería de testigos en condiciones de refutar sus afirmaciones, Amaral se hubiese arriesgado a inventarse las respuestas de Jane Tanner. Naturalmente nadie ha refutado, ni tan siquiera puesto en duda, su versión.
Otros apoyos a la declaración de Amaral vienen de una dirección bastante indeseada. Una afirmación deshonesta/fraudulente de que Jane Tanner apuntó “firmemente” al buen Sr. Murat como el Bundleman Feroz en realidad solo tiene sentido si era parte de un intento por parte del inspector de destruir su credibilidad con mentiras.
Las pruebas sugieren lo opuesto. Parece que el Inspector Amaral ni siquiera tenía a Jane Tanner en el punto de mira: todo lo que importaba en ese momento, tanto para la PJ como la policía de Reino Unido que se encontraba in situ, era Murat, no Tanner y tal vez por esta razón no hubo un análisis inmediato de las graves consecuencias de lo que dijo e hizo en la furgoneta.
Gonçalo Amaral, de hecho, parece haber perdido temporalmente el interés en ella. En la Verdad de la Mentira ella desaparece completamente durante varios capítulos, en cambio el inspector se centra en un chisme extremadamente débil sobre David Payne y Kate McCann proporcionado por testigos de habla inglesa. Al final la Sra. Tanner solo parece volver al centro de atención como una especie de consecuencia/subproducto del montaje de Amaral, pero muy difuso, sospechas sobre los miembros del Tapas 9 y sus estilos de vida
Así que la discutida reconstrucción de los hechos del 3 de mayo fue abandonada y se le permitió a Jane Tanner marcharse el 17 de mayo, en lugar de tener que quedarse, desempeñar su papel e identificar al Bundleman ante los ojos de la policía con memorias compartidas de lo que había dicho en la furgoneta con la memoria fresca. La Verdad de la Mentira es vaga y ligeramente defensiva sobre las razones de no avanzar con la reconstrucción antes de que los nueve se marcharan, pero es difícil evitar la conclusión de que con Murat aparentemente en el saco y su siendo su vida públicamente destrozada, todo el mundo, la policía de Reino Unido incluida, pensó que no sería necesario.
Publicado por John Blacksmith
Traducción de Mercedes
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