13 de noviembre de 2011

Caso Madeleine McCann - SOMETHING'S MISSING – FALTA ALGO


EXCLUSIVA para mccannfiles.com

por Dr. Martin Roberts
15 Septiembre 2011

SOMETHING'S MISSING – FALTA ALGO


Un descubrimiento muy frecuente al abrir en Navidad el puzle del año pasado, es que falta una pieza. Algunas veces, intentando hacer lo mismo con las mismas piezas simplemente conduce a un resultado distinto. Tomemos por ejemplo esta descripción de Kate McCann de la conducta de su marido Gerry, extraída de su bestseller, “Madeleine”:

“Ahora Gerry estaba consternado. Estaba de rodillas, sollozando, cabizbajo.”

Suena familiar.


Compárelo con esta declaración de Kate tomada del documental “Madeleine estuvo aquí” hace dos años:

“Creo que es en realidad pasando por el escenario de aquella noche también, ya sabes, errrm... Quiero decir, ya sabes, incluso lo que puedo recordar de la noche, ya sabes, viendo a Gerry, tan realmente consternado, sollozando, en el suelo.”

A principios de año, pregunté “¿Qué noche?” (Ver artículo – Intranquila yace la cabeza), McCannfiles, 3 de julio), no habiendo ninguna circunstancia conocida en la que Kate pudiera haber visto a Gerry en el suelo aquella noche. Desde entonces, Kate ha, por lo que parece, decidido que la noche en cuestión fue la que el abogado portugués de los McCann, Carlos Pinto de Abreu, ofreció el “trato” que no lo era.

Que práctico. Ahora cuando se llama a la gente oficialmente para contar la verdad, más que ofrecer partes sueltas de la misma, se podría invitar a Carlos para que confirme su recuerdo de un postrado, sollozante Gerry McCann, reaccionando a su oferta en nombre de la PJ.

Su nombramiento como “participante destacado” en la investigación Leveson sugiere que alguien considera que los McCann tienen algo que decir por sí mismos. Cada loco con su tema. ¿Cuándo no han tenido los McCann algo que decir? Oh, ya recuerdo, el 7 de septiembre de 2007. Sea lo que sea lo que le ocurrió al “Todo lo que podía hacer era contarle a la policía la verdad –nuevamente- y esperar que eso fuese en lo que realmente estaban interesados.” (pág. 237)? Ese principio desertó pronto, ¿verdad?

Falta algo más en la historia de los McCann en Portugal; una cierta respuesta emocional. Y con esto no me refiero a la disciplinada retención de lágrimas por consejo de expertos externos (tal vez se prefirió a “cuddle cat” a un pañuelo por esa misma razón). Lo que debería haber sido evidente, y no lo fue, deriva de una observación que hace Kate en persona en la pág. 242 de su “versión”.

“Enfrentada a algo... más allá de la esfera de tu experiencia, es normal descartarlo como un imposible, pero eso no quiere decir que lo sea.”

P: ¿Qué, en concreto, estaba más allá de la experiencia de Kate (o incluso Gerry)?

R: Los perros pisteros.

Hablando de (o más bien denigrando) Ricardo Paiva, Kate comenta, “¿Qué sabía él sobre ADN low-copy?” obviamente no tanto como sabía ella misma sobre ADN Low Copy Number – LCN para abreviar).” “Estos perros nunca habían sido utilizados en Portugal antes.” Como si sus narices se hubiesen detenido al entrar en el país.

Palabrería deliberadamente engañosa aparte (“Tal como sabemos ahora, las sustancias químicas que se cree producen el “olor a muerte”, putrefacción y cadaverina, no duran más de treinta días.”) en el momento en que los McCann fueron confrontados por primera vez con las reacciones de los perros en el apartamento 5A y con sus efectos personales exclusivamente, su interpretación de la conducta de los perros, en particular de la del EVRD fue – cero, es decir, estaba mucho más allá de la esfera de su experiencia.

Así que, ponte en el lugar de un padre que sabe que su hija está dormida a las 21h05 y, porque otra persona está convencida que lo vio ocurrir, llevada a las 21h15. (Cuando Sandra Felgueiras les preguntó cuál de los muchos avistamientos de Madeleine les “emocionó” más, Gerry, sin duda con su oreja como objetivo, se rasca el cuello, entonces responde: “Los avistamientos de la noche.”).

Mientras el discurso de Kate sigue: “Suponiendo que había sido asesinada – y creemos que esto es muy improbable – tuvo que haber sido retirada del apartamento en unos pocos minutos.” Kate “luchó por comprender cómo, no importa porqué, alguien podría haber asesinado a Madeleine y llevado su cuerpo en un marco de tiempo tan reducido.” “¿Realmente creían ellos (la PJ) que un perro podía detectar el “olor a muerte” tres meses después de haber sido retirado el cuerpo tan rápidamente?”

Pues sí, creían eso, y por un buen motivo. Ese mismo perro lo había hecho muchas veces antes y con un intervalo de tiempo mucho mayor. Pero las emociones de Kate son muy importantes aquí. “...para mí, como madre de Madeleine, no tenía que tener sentido en este momento. La mera sugerencia de Ricardo de que era incluso imposible que hubiese sido asesinada en ese apartamento era como estar retorciendo un cuchillo en mi pecho.”

Para empezar deberíamos intentar “averiguar por qué” habría asesinado alguien a Madeleine y llevado su cuerpo. El mantra desde la palabra “acción” ha sido pedofilia no necrofilia. A no ser que al final se tratara de comerciar con órganos, en oposición a la pornografía infantil, no habría tenido lugar el secuestro de cadáver. Así que cuando, de la nada, la policía portuguesa presentó a los McCann los indicadores de que un cadáver había estado suficiente tiempo dentro del apartamento 5A para dejar un rastro forense, ¿cuál fue su reacción? ¿Exclamó Kate, tan instintivamente como la persona siguiente, exactamente como tú o yo podríamos haber hecho en las mismas circunstancias, sabiendo que nuestra hija dormida había desaparecido en tan solo unos minutos? ¿Dijo ella, o Gerry, “Eso es imposible”?

Instructivamente, la reacción de los McCann no fue de estupefacción incrédula. Por el contrario, y a pesar de la versión de Kate McCann de su escepticismo en cuanto a la capacidad de los perros, los tenemos a los dos reconociendo tácitamente el status quo. Gerry, cuando “investigaba la validez de las pruebas de los perros pisteros” anunció que “Seany” (término de Kate) había adquirido un gusto inesperado por la lubina (fuente potencial del olor químico similar a la cadaverina). ¿Estaban los McCann acostumbrados a preparar las comidas (o, igual que un Beduino, comerlas) en el suelo? Y ¿cómo llegó el cadáver móvil a esparcir su presencia por todo el apartamento, en todas parte con excepción de ese dormitorio del que fue “llevada”? Después por supuesto está el tema del coche alquilado, y la cantidad de cosas que se transportaron en el hueco de la rueda de repuesto!! Kate, se sugirió, se pluriempleó llevando puesta su ropa de veraneo como técnico funerario durante su ejercicio como médico de cabecera interino.

Por lo tanto, a pesar de la postura de “superioridad moral” de Kate en su discusión de las “pruebas”, el hecho es que, de los dos postulados mutuamente excluyentes – Madeleine está muerta versus Madeleine secuestrada (viva), es el primero al que los padres dan mayor peso. En vez de descartar la proposición como categóricamente imposible, ambos, a su estilo, intentaron explicar indicadores relevantes, mientras que al mismo tiempo ponían sus propias “hipótesis” en tela de juicio (“Creemos firmemente que Madeleine estaba viva cuando fue llevada.”). Bueno, si no lo sabe...

“Madeleine” por Kate McCann. Una versión de la verdad. De la que falta algo.

© Traducción de Mercedes