The Daily Profiler
Pat Brown – Analista Criminal
19 septiembre 2014
Una de las reglas del análisis de testimonios es prestar mucha atención a lo primero que dice una persona, porque esa es la información más importante que la persona quiere transmitir. Por ejemplo, en la llamada recibida en el 911 por Darlie Routier el 6 de junio de 1991, ella le dijo a la operadora esto: “alguien vino aquí… forzaron la entrada… me acaban de apuñalar… y a mis hijos.”
Darlie no gritó inmediatamente pidiendo ayuda para salvar a sus hijos (2 niños que fueron apuñalados hasta la muerte). Lo que a ella le interesaba que supiera la policía es que fue otro quien cometió el crimen. Lo siguiente más importante era transmitir que el ataque llegó del exterior de la casa. Quería asegurarse que se supiera que ella era una víctima. Oh, sí, y, por cierto, también apuñalaron a los niños. Darlie está a día de hoy en el corredor de la muerte.
Bien, lo que me llamó la atención al minuto de abrir el libro de Anthony Summers y Robbyn Swan fue la Nota del Autor. Preste atención a lo primero que estos autores quieren que creas, lo primero. Después, fíjese en el segundo punto más importante, y el tercero. Reproduciré la Nota de Autor completa.
Los autores desean dejar claro desde el principio que, después de más de dos años estudiando este controvertido caso, no han encontrado ni una sola prueba que indique que Gerry y Kate McCann, ningún miembro de su grupo de vacaciones, o Robert Murat, eran en ningún momento – en mayo de 2007 o con posterioridad – culpables de una acción ilícita de ningún tipo en relación con la desaparición de Madeleine McCann o las repercusiones que siguieron.
Las acusaciones o insinuaciones sobre el papel que desempeñaron o publicaron otros, cuando se hace referencia a ello en el libro, se publica sólo en interés de informar sobre el historial del caso – y para demostrar que tales acusaciones no están basadas en pruebas factuales o son simplemente indignantes.
Este libro ha sido investigado y escrito independientemente de Gerry y Kate McCann.
Por lo tanto, lo más importante aquí NO es que los autores van a ser objetivos y permitir al lector escuchar todas las teorías, todas las opiniones de expertos, y permitirles deducir dónde creen ellos reside la verdad. No, el tema más importante es vociferar que los McCann son inocentes, tan inocentes, de hecho, que no hay ni el vestigio más pequeño de prueba por el que levantar una ceja. El segundo punto más importante que quieren que llegue a la gente es que cualquiera que se atreva a cuestionar a los McCann es atroz al hacerlo porque – aunque los detectives y analistas y otros numerosos profesionales dudan de la inocencia de los McCann – estos dos periodistas saben mejor que ninguno de ellos que no existe ni una sola prueba que debiera haber conducido a estos profesionales a tal conclusión. Por lo tanto, son todos gacetilleros y haters.
Y, la tercera razón más importante para este libro es que los autores quieren que los lectores crean que los McCann no influenciaron en modo alguno su decisión de escribir este libro, no influyeron en lo que investigaron y a quien entrevistaron, ni influyeron en lo que fue escrito ni tuvieron nada que ver en el manuscrito final. Esto es lo que ellos quieren que los lectores crean aunque esta última frase de la Nota de Autor en realidad no dice eso; la frase simplemente dice que hicieron algo de trabajo por su cuenta como si hacer algo de forma independiente no significa que no exista una directriz, no esté supervisado, y que no haya una aprobación final.
Para unos periodistas supuestamente objetivos, este discurso de apertura es notablemente extraño para dos personas que simplemente quieren contar una historia, informar de lo que ocurrió y exponer los hechos.
Estas dos personas tienen la misión de exonerar a los McCann y aplastar cualquier oposición. Me preguntó sí fueron más baratos que Carter-Ruck.
© Traducción de Mercedes
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