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1 de septiembre de 2008
Maddie: La Verdad de la Mentira
Portada
El Autor
Gonçalo de Sousa Amaral nació el 2 de octubre de 1959 en el pueblo de Torredeita, cerca de Viseu. Cursó estudios de Ingeniería en el ISEL (Instituto Superior de Ingeniería de Lisboa) y en el IST (Instituto Superior Técnico de Lisboa) Durante el periodo 1992/1997 asistió, en el turno de noche, a la Facultad de Derecho de Lisboa, licenciándose en Ciencias Jurídicas y Criminales.
Ingresó en la Administración Pública en 1973, con 14 años. En Noviembre de 1981, inició el curso de formación de agentes de la Polícia Judiciária, ingresando en 1982 como Agente. En 1997/1998 asistió al curso de Subinspectores de la PJ, obteniendo la primera clasificación entre 100 alumnos. En 2000/2001 realizó el curso de Coordinadores de la PJ. Ejerció funciones en Lisboa, en el Algarve y en las Azores. Durante años persiguió, con eficacia, todo tipo de criminalidad violenta y organizada: hurtos, robos, homicidios, tráfico de estupefacientes. Tuvo una carrera profesional impecable, ampliamente reconocida por colegas y superiores jerárquicos, así como por magistrados judiciales y del Ministerio Público, por funcionarios judiciales y abogados, con quien tuvo el placer de trabajar durante muchos años. Su consigna es ‘la justicia se hace en silencio’. Fue Coordinador Operacional de las investigaciones del ‘caso Maddie’, entre el 3 de mayo y el 2 de octubre de 2007, habiendo sido, en esta ocasión, apartado de la investigación en un acto sin precedentes en la historia de la Polícia Judiciária. Se retiró el 1 de julio de 2008, después de 27 años de carrera policial, con el objetivo de readquirir plena libertad de expresión sobre el caso que investigó, y de contribuir, en la medida de lo posible, al descubrimiento de la verdad de los hechos y a la realización de la justicia.
Se considera beirense de nacimiento, lisboeta por migración y algaravío por adopción.
Esta casado en segundas nupcias y tiene tres hijas.
Prólogo a la edición español
Finalmente este libro está disponible en lengua castellana. Digo finalmente, porque ésta fue siempre mi intención, compartirlo con vosotros. Este libro, además del caso basado en hechos, testimonios, pruebas documentales, científicas y de indicios que evoca, es también un testimonio de la colaboración que tuve la oportunidad de llevar a cabo, de forma mutua y reciproca, con la policía española durante los largos años que trabajé en la Policía Judiciaria. Piensen que, además, habiendo pasado los últimos años en el Algarve, las relaciones con las unidades policiales de Andalucía fueron más intensas: el combate a la criminalidad organizada y transfronteriza pasa por el sur de Europa y estas dos regiones son «las elegidas». Si la colaboración institucional entre los dos Estados es fundamental, no menos importantes son las relaciones de cooperación, casi personales, que se establecen a ambos lados de la frontera. En éstas, la problemática de los equipos conjuntos de investigación alcanzan, en el día a día, una práctica y un respeto mutuo que ningún acuerdo bilateral o tratado internacional consiguen alcanzar.
Siempre nos entendemos de modo «universal» y solidario, en base a una confianza, respetando la soberanía y las leyes de cada Estado. Además, la colaboración internacional con España no se restringió al ámbito regional, sino que siguió una lógica nacional.
Hace poco puse entre comillas la clasificación de la actuación policial como universal. En rigor, las policías de los Estados modernos actúan en base a premisas y valores –e incluso con metodologías– que sobrepasan la lengua, convirtiéndose, eso sí, en un lenguaje prácticamente universal. No se trata ni de una visión épica ni estética, sino más bien del rigor y la claridad de los objetivos estipulados que son, naturalmente, comunes. Eso fue lo que siempre encontré del otro lado de la frontera, bien en la próxima e íntima España, bien en las policías de otros países en todo el mundo, especialmente en América Latina.
En una democracia, se lucha por y se pretende la participación de los ciudadanos, la equidad y la justicia. Sabemos, sin embargo, que ni en la más pura ingenuidad la perfección del régimen se alcanza, es cierto. Y aun así, cuando se recurre al vocable «injusticia» o «justicia incompleta» o incluso «cesación (o interrupción) de la búsqueda de la verdad», estamos ante un Estado democrático adormecido. Si de partida, la imperfección en la democracia se asume como el mejor de los peores sistemas, no debemos sorprendernos. Pero, si como auxiliares de la plasmación de la justicia permanecemos silenciosos ante la injusticia latente estaremos, así, renunciando a nuestro papel, o, aunque más no sea, a nuestra ciudadanía. Esta dicotomía era a la que, precisamente, me enfrentaba a finales del año pasado cuando fui apartado del llamado «caso Maddie». O permanecía en silencio y renegaba de mis principios, o venía a defender en público mi buen nombre, lo que no hizo la institución a la que serví durante veintiocho años (Policía Juciciaria) cuando fui atacado, denigrado y humillado por cierta prensa británica innoble. ¿Pero es que sería yo tan importante como para eso? Yo, seguramente no. Pero los valores que me inculcaron en esta policía, me obligaban a exponerme para defender toda la investigación y a los que estuvieron conmigo en ella. Era una cuestión de honor y, sobretodo, de obligación moral con ellos. No porque me lo hubiesen pedido. No lo harían. Considero, a pesar de todo, que era eso lo que esperaban. Como son hombres y mujeres honrados, jamás lo dijeron. Todavía hoy no hablamos sobre el asunto. Pero había una motivación mayor e intrínseca. La niña que desapareció aquel 3 de mayo del 2007. O sea, una investigación que quedó inconclusa. Además, el proceso que recientemente se hizo público, viene a confirmar esto mismo. La investigación fue interrumpida, luego la justicia fue «interrupida». Como policía y como jurista, siempre me enseñaron que debemos buscar la verdad material, ¡y la verdad no prescribe!. Ni en Portugal ni en ninguna parte del mundo. En las páginas sucesivas se darán cuenta por qué. Vuesto país luchó, como el nuestro, por los valores de la democracia, sea el régimen una república o sea una monarquía. Es una lucha constante, que no cesa. En esa lucha no se debe sucumbir a la violencia, sea la que sea, ¿y no es la «no-verdad» la mayor de todas? Por ello es que digo que es mucho más lo que nos une que lo que nos separa. Lenguas diferentes, entendimiento común, un sentimiento de justicia compartido.
Gonçalo Amaral
Funchal, 19/08/2008
27 de Agosto de 2008
[ COMUNICADO DE PRENSA ]
«Oí con atención e interés las declaraciones del ex-inspector de la PJ Gonçalo Amaral y deben ser objeto de reflexión.»
António Cluny
Presidente del Sindicato de los Magistrados del Ministerio Público de Portugal a propósito de las declaraciones de Gonçalo Amaral en la presentación del libro Maddie – La Verdad de la Mentira (Agencia Lusa y Jornal de Notícias de 24/07/08)
Tenemos el inmenso placer de informar que Esquilo – ediciones y multimedia, publicará en la primera quincena del próximo mes de septiembre, el libro MADDIE, LA VERDAD DE LA MENTIRA, autoría de Gonçalo Amaral, principal investigador del caso Maddie. El acuerdo entre Esquilo – ediciones y multimedia y Guerra y Paz (la editorial portuguesa que es poseedora de los derechos mundiales del libro) para la publicación de esta obra en España, se firmó el pasado día 5 de agosto.
La obra de Gonçalo Amaral, MADDIE, LA VERDAD DE LA MENTIRA es, con cuatro semanas de su publicación, el mayor fenómeno editorial del año en Portugal con más de 200.000 ejemplares vendidos y ocupando el primer lugar de todas las listas de ventas.Más allá del alboroto y la especulación desmesurada que ofuscan la objetividad, este libro se convierte en el documento basado en hechos, que con más solidez se ha divulgado sobre el caso Maddie, escrito precisamente por quien coordinó toda la investigación en los cinco primeros meses después de la desaparición de Madeleine Beth McCann. El día 2 de octubre de 2007, en una acción sin precedentes en la Policía Judiciaria portuguesa, Gonçalo Amaral fue apartado del caso debido a presiones políticas internacionales.En el texto claro y directo de esta obra el lector encuentra, además de la divulgación de muchos hechos desconocidos (y sorprendentes) hasta la publicación del libro, la descripción exacta de cómo se desarrollan aspectos esenciales de la investigación que conducen a una terrible resolución: Maddie está muerta desde el día de su desaparición.Es evidente para quien lee la obra, que sin las presiones políticas unidas a una adulteración de la información (cuando no contra-información), muchas veces a través de determinados media ingleses, este proceso nunca habría sido archivado y seguiría su curso natural que desembocaría, debido a los fuertes indicios, en un Juicio. Se trata de una obra imprescindible para quien desea conocer real y rigurosamente la investigación y sus resultados. Cuando fue apartado del caso, Gonçalo Amaral estaba a punto de recoger pruebas y testimonios vitales para la resolución del caso Maddie. Por eso, al escribir este libro su objetivo no fue simplemente limpiar su honor de la miríada de calumnias que sobre él se han lanzado, sino también presionar para que el caso sea reabierto y se haga justicia, teniendo en cuenta que la víctima es Madeleine Beth McCann y sólo ella. Como dice el mismo Gonçalo Amaral: «Una investigación criminal sólo se compromete con la búsqueda de la verdad de los hechos. No debe prestar atención a lo políticamente correcto.»El texto del libro se completa con grabados, infografías y fotografías que ayudan a una mejor compresión del caso, de las investigaciones y de las deducciones del autor.
Gonçalo Amaral es licenciado en Ciencias Jurídicas y Criminales y durante 27 años desarrolló una carrera policial impoluta, ampliamente reconocida por compañeros, superiores jerárquicos, magistrados judiciales y por el Ministerio Público. Persiguió, eficazmente, todo tipo de criminalidad violenta y organizada: hurtos, robos, homicidios, tráfico de estupefacientes, etc. Colaboró a menudo con las policías españolas, sobre todo de Andalucía. En las casi tres décadas de investigación que protagonizó, resolvió todos los casos. En este, fue apartado en un momento crucial de la investigación!!!...
En la primera quincena de septiembre, la edición española de MADDIE, LA VERDAD DE LA MENTIRA, con el sello de Esquilo – Ediciones y Multimedia, será presentado en Madrid, Barcelona, Sevilla y Galicia.
Gonçalo de Sousa Amaral nació el 2 de octubre de 1959 en el pueblo de Torredeita, cerca de Viseu. Cursó estudios de Ingeniería en el ISEL (Instituto Superior de Ingeniería de Lisboa) y en el IST (Instituto Superior Técnico de Lisboa) Durante el periodo 1992/1997 asistió, en el turno de noche, a la Facultad de Derecho de Lisboa, licenciándose en Ciencias Jurídicas y Criminales.
Ingresó en la Administración Pública en 1973, con 14 años. En Noviembre de 1981, inició el curso de formación de agentes de la Polícia Judiciária, ingresando en 1982 como Agente. En 1997/1998 asistió al curso de Subinspectores de la PJ, obteniendo la primera clasificación entre 100 alumnos. En 2000/2001 realizó el curso de Coordinadores de la PJ. Ejerció funciones en Lisboa, en el Algarve y en las Azores. Durante años persiguió, con eficacia, todo tipo de criminalidad violenta y organizada: hurtos, robos, homicidios, tráfico de estupefacientes. Tuvo una carrera profesional impecable, ampliamente reconocida por colegas y superiores jerárquicos, así como por magistrados judiciales y del Ministerio Público, por funcionarios judiciales y abogados, con quien tuvo el placer de trabajar durante muchos años. Su consigna es ‘la justicia se hace en silencio’. Fue Coordinador Operacional de las investigaciones del ‘caso Maddie’, entre el 3 de mayo y el 2 de octubre de 2007, habiendo sido, en esta ocasión, apartado de la investigación en un acto sin precedentes en la historia de la Polícia Judiciária. Se retiró el 1 de julio de 2008, después de 27 años de carrera policial, con el objetivo de readquirir plena libertad de expresión sobre el caso que investigó, y de contribuir, en la medida de lo posible, al descubrimiento de la verdad de los hechos y a la realización de la justicia.
Se considera beirense de nacimiento, lisboeta por migración y algaravío por adopción.
Esta casado en segundas nupcias y tiene tres hijas.
Prólogo a la edición español
Finalmente este libro está disponible en lengua castellana. Digo finalmente, porque ésta fue siempre mi intención, compartirlo con vosotros. Este libro, además del caso basado en hechos, testimonios, pruebas documentales, científicas y de indicios que evoca, es también un testimonio de la colaboración que tuve la oportunidad de llevar a cabo, de forma mutua y reciproca, con la policía española durante los largos años que trabajé en la Policía Judiciaria. Piensen que, además, habiendo pasado los últimos años en el Algarve, las relaciones con las unidades policiales de Andalucía fueron más intensas: el combate a la criminalidad organizada y transfronteriza pasa por el sur de Europa y estas dos regiones son «las elegidas». Si la colaboración institucional entre los dos Estados es fundamental, no menos importantes son las relaciones de cooperación, casi personales, que se establecen a ambos lados de la frontera. En éstas, la problemática de los equipos conjuntos de investigación alcanzan, en el día a día, una práctica y un respeto mutuo que ningún acuerdo bilateral o tratado internacional consiguen alcanzar.
Siempre nos entendemos de modo «universal» y solidario, en base a una confianza, respetando la soberanía y las leyes de cada Estado. Además, la colaboración internacional con España no se restringió al ámbito regional, sino que siguió una lógica nacional.
Hace poco puse entre comillas la clasificación de la actuación policial como universal. En rigor, las policías de los Estados modernos actúan en base a premisas y valores –e incluso con metodologías– que sobrepasan la lengua, convirtiéndose, eso sí, en un lenguaje prácticamente universal. No se trata ni de una visión épica ni estética, sino más bien del rigor y la claridad de los objetivos estipulados que son, naturalmente, comunes. Eso fue lo que siempre encontré del otro lado de la frontera, bien en la próxima e íntima España, bien en las policías de otros países en todo el mundo, especialmente en América Latina.
En una democracia, se lucha por y se pretende la participación de los ciudadanos, la equidad y la justicia. Sabemos, sin embargo, que ni en la más pura ingenuidad la perfección del régimen se alcanza, es cierto. Y aun así, cuando se recurre al vocable «injusticia» o «justicia incompleta» o incluso «cesación (o interrupción) de la búsqueda de la verdad», estamos ante un Estado democrático adormecido. Si de partida, la imperfección en la democracia se asume como el mejor de los peores sistemas, no debemos sorprendernos. Pero, si como auxiliares de la plasmación de la justicia permanecemos silenciosos ante la injusticia latente estaremos, así, renunciando a nuestro papel, o, aunque más no sea, a nuestra ciudadanía. Esta dicotomía era a la que, precisamente, me enfrentaba a finales del año pasado cuando fui apartado del llamado «caso Maddie». O permanecía en silencio y renegaba de mis principios, o venía a defender en público mi buen nombre, lo que no hizo la institución a la que serví durante veintiocho años (Policía Juciciaria) cuando fui atacado, denigrado y humillado por cierta prensa británica innoble. ¿Pero es que sería yo tan importante como para eso? Yo, seguramente no. Pero los valores que me inculcaron en esta policía, me obligaban a exponerme para defender toda la investigación y a los que estuvieron conmigo en ella. Era una cuestión de honor y, sobretodo, de obligación moral con ellos. No porque me lo hubiesen pedido. No lo harían. Considero, a pesar de todo, que era eso lo que esperaban. Como son hombres y mujeres honrados, jamás lo dijeron. Todavía hoy no hablamos sobre el asunto. Pero había una motivación mayor e intrínseca. La niña que desapareció aquel 3 de mayo del 2007. O sea, una investigación que quedó inconclusa. Además, el proceso que recientemente se hizo público, viene a confirmar esto mismo. La investigación fue interrumpida, luego la justicia fue «interrupida». Como policía y como jurista, siempre me enseñaron que debemos buscar la verdad material, ¡y la verdad no prescribe!. Ni en Portugal ni en ninguna parte del mundo. En las páginas sucesivas se darán cuenta por qué. Vuesto país luchó, como el nuestro, por los valores de la democracia, sea el régimen una república o sea una monarquía. Es una lucha constante, que no cesa. En esa lucha no se debe sucumbir a la violencia, sea la que sea, ¿y no es la «no-verdad» la mayor de todas? Por ello es que digo que es mucho más lo que nos une que lo que nos separa. Lenguas diferentes, entendimiento común, un sentimiento de justicia compartido.
Gonçalo Amaral
Funchal, 19/08/2008
27 de Agosto de 2008
[ COMUNICADO DE PRENSA ]
«Oí con atención e interés las declaraciones del ex-inspector de la PJ Gonçalo Amaral y deben ser objeto de reflexión.»
António Cluny
Presidente del Sindicato de los Magistrados del Ministerio Público de Portugal a propósito de las declaraciones de Gonçalo Amaral en la presentación del libro Maddie – La Verdad de la Mentira (Agencia Lusa y Jornal de Notícias de 24/07/08)
Tenemos el inmenso placer de informar que Esquilo – ediciones y multimedia, publicará en la primera quincena del próximo mes de septiembre, el libro MADDIE, LA VERDAD DE LA MENTIRA, autoría de Gonçalo Amaral, principal investigador del caso Maddie. El acuerdo entre Esquilo – ediciones y multimedia y Guerra y Paz (la editorial portuguesa que es poseedora de los derechos mundiales del libro) para la publicación de esta obra en España, se firmó el pasado día 5 de agosto.
La obra de Gonçalo Amaral, MADDIE, LA VERDAD DE LA MENTIRA es, con cuatro semanas de su publicación, el mayor fenómeno editorial del año en Portugal con más de 200.000 ejemplares vendidos y ocupando el primer lugar de todas las listas de ventas.Más allá del alboroto y la especulación desmesurada que ofuscan la objetividad, este libro se convierte en el documento basado en hechos, que con más solidez se ha divulgado sobre el caso Maddie, escrito precisamente por quien coordinó toda la investigación en los cinco primeros meses después de la desaparición de Madeleine Beth McCann. El día 2 de octubre de 2007, en una acción sin precedentes en la Policía Judiciaria portuguesa, Gonçalo Amaral fue apartado del caso debido a presiones políticas internacionales.En el texto claro y directo de esta obra el lector encuentra, además de la divulgación de muchos hechos desconocidos (y sorprendentes) hasta la publicación del libro, la descripción exacta de cómo se desarrollan aspectos esenciales de la investigación que conducen a una terrible resolución: Maddie está muerta desde el día de su desaparición.Es evidente para quien lee la obra, que sin las presiones políticas unidas a una adulteración de la información (cuando no contra-información), muchas veces a través de determinados media ingleses, este proceso nunca habría sido archivado y seguiría su curso natural que desembocaría, debido a los fuertes indicios, en un Juicio. Se trata de una obra imprescindible para quien desea conocer real y rigurosamente la investigación y sus resultados. Cuando fue apartado del caso, Gonçalo Amaral estaba a punto de recoger pruebas y testimonios vitales para la resolución del caso Maddie. Por eso, al escribir este libro su objetivo no fue simplemente limpiar su honor de la miríada de calumnias que sobre él se han lanzado, sino también presionar para que el caso sea reabierto y se haga justicia, teniendo en cuenta que la víctima es Madeleine Beth McCann y sólo ella. Como dice el mismo Gonçalo Amaral: «Una investigación criminal sólo se compromete con la búsqueda de la verdad de los hechos. No debe prestar atención a lo políticamente correcto.»El texto del libro se completa con grabados, infografías y fotografías que ayudan a una mejor compresión del caso, de las investigaciones y de las deducciones del autor.
Gonçalo Amaral es licenciado en Ciencias Jurídicas y Criminales y durante 27 años desarrolló una carrera policial impoluta, ampliamente reconocida por compañeros, superiores jerárquicos, magistrados judiciales y por el Ministerio Público. Persiguió, eficazmente, todo tipo de criminalidad violenta y organizada: hurtos, robos, homicidios, tráfico de estupefacientes, etc. Colaboró a menudo con las policías españolas, sobre todo de Andalucía. En las casi tres décadas de investigación que protagonizó, resolvió todos los casos. En este, fue apartado en un momento crucial de la investigación!!!...
En la primera quincena de septiembre, la edición española de MADDIE, LA VERDAD DE LA MENTIRA, con el sello de Esquilo – Ediciones y Multimedia, será presentado en Madrid, Barcelona, Sevilla y Galicia.
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