El Dr. Pierre Lamothe, psiquiatra penitenciario y perito acreditado por el Tribunal Supremo, vuelve a hablar sobre una mentira que ha estremecido a Francia.
Entrevista realizada por MARC LEPLONGEON
Publicado el 27/09/2013 a las 10:15
Tras la mentira, la confesión. Empieza a rasgarse el velo sobre la extraña desaparición de la pequeña Fiona, en el pasado mes de mayo. El miércoles, su madre, Cécile Bourgeon, reveló que su hija no había sido raptada. A la Policía, ella le conto que fue su cónyuge, Berkane Makhlouf, quien la golpeo a muerte. A continuación, la pareja se habría llevado el pequeño cuerpo y lo habría enterrado ante los ojos de la hermana pequeña de Fiona. Aún no ha sido encontrado. El hombre niega con vehemencia y se limita a evocar un "accidente doméstico". La investigación está en curso para determinar las causas exactas de la muerte. Durante meses, la madre de Fiona se negó a confesar, sumando a su causa a la opinión pública. Para Le Point.fr, Pierre Lamothe, psiquiatra penitenciario y perito acreditado por el Tribunal Supremo, vuelve sobre la mentira de Cécile Burgeon, "una forma moderna de la inmadurez", según él. Entrevista.
LePoint.fr: ¿Qué piensa usted de la ruidosa publicidad que rodeó al caso Fiona?
Pierre Lamothe: Los medios de comunicación buscan, evidentemente, lo espectacular. En el tratamiento de la información, existe una exaltación ante el crimen de los crímenes, es decir, el crimen contra los niños. Antaño, el parricidio era el horror absoluto. Ahora, la tasa de natalidad ha disminuido, nuestros hijos se han convertido en algo sagrado. En estos casos, nos precipitamos siempre tras el “crimen aleatorio": la hipótesis del niño secuestrado por un extraño. El crimen aleatorio es el que nos parece más violento y más amenazante para todos. Porque eso es lo que nos interesa: la amenaza que pesa sobre cada uno de nosotros. No queremos ver que la mayoría de las veces, los niños asesinados lo son por sus propios padres. Debe haber unos cuarenta niños muertos cada año, de los que treinta y ocho son matados por sus padres, y dos por extraños. Estadísticamente y criminológicamente tenemos que empezar a buscar a los culpables entre los allegados.
Al cabo de los meses, la madre de Fiona se encerró en su mentira. Un comité de apoyo estaba convencido de su versión de los hechos, al igual que algunos periodistas. Ciertamente, esto no la empuja a confesar, ¿no es así?
La madre de Fiona se apoyó en la publicidad mediática para sostener su propia convicción de inocencia. Se convenció a si misma de su inocencia, y acabó creyéndola, y arrastrando tras de sí a un comité de apoyo. Al principio, la gente es agnóstica. Quieren comprender, no abandonar la búsqueda, paliar la supuesta pereza de las autoridades. Se trata de un ruidoso apoyo general en torno a la angustia de una madre, que finalmente acalla, podría ser ella la culpable. Son personas que se ponen en el lugar de la madre de Fiona y asumen su batalla.
¿Qué interés tiene la víctima en obtener el apoyo de un comité?
Un comité de apoyo está formado por personas que están dispuestas a apasionarse, que tienen una sensibilidad especial por la causa que defienden. La persona que está en un comité de apoyo se identifica con una víctima ejemplar, incluso va a ayudar a verbalizar sentimientos que la víctima no siempre percibe. Pero es una exaltación inútil: nunca en treinta años se ha visto a un secuestrador de niños devolver a uno, diciendo: "Sí, señora, entiendo su dolor". Hay que intentar ser racional: usted es realmente inocente, han secuestrado a su hijo, usted sabe que la policía se encarga de ello. Usted está a solas con su dolor intimo, ¿qué interés hay en hacerlo público? Si usted necesita buscar una condecoración al sufrimiento es que algo no va bien. Los inocentes son discretos. Ahora, los miembros del comité de apoyo expresan una decepción a la altura de su ideal. Es como si fuera su hijo el que ha muerto.
¿Los periodistas tomaron todas las precauciones necesarias al abordar este problema?
Algunos medios de comunicación han disfrutado de lo espectacular. Otros han dejado abierta la puerta de salida, aprovechado la ambivalencia del caso. Pusieron de relieve las difíciles condiciones de vida de la madre de Fiona, su doble maternidad, su pareja violenta. Dejando abierta la posibilidad de que la madre de Fiona podría ser la culpable. Todo el arte periodístico se encuentra aquí: mostrar que se puede dar la palabra al acusado, pero hacerlo con precaución.
Cuando confesó, la madre de Fiona se sintió "liberada" según sus propias palabras : ¿Esto le sorprendió?
La madre de Fiona finalmente se había convencido de que era ella de la que hablaban los medios. Las personas que consiguen negar totalmente son extremadamente raras. Ella no es ni psicótica ni asesina profesional, sabía que su mentira no se mantendría de manera indefinida. En un momento dado, la presión fue tan grande que se puede entender que esté aliviada.
¿Cómo explica usted esta mentira?
Es una forma moderna de la inmadurez. Estas son personas que solo quieren ser responsables de lo que han deseado. Es un fenómeno que se está generalizando más y más. Hay una reserva mental, de la que muchas personas se valen, que consiste en decir. "Cuidado, lo que pasó, yo no lo he deseado, así que no soy responsable. Estoy dispuesta a ser responsable de mi deseo, pero al final es el destino el que hace las cosas. Esto solo puede ser un accidente”. Esto es lo que yo llamo "inconsecuencia". Hay un proceso continuo de ajustamiento de la propia imagen. Se le dice: una persona que confiesa es mejor persona que la que no confiesa. Se le da una pista para restaurar su autoestima
¿La madre de Fiona va a seguir apegada a su estatus de víctima?
Sí, ella se sentirá aliviada, en cuanto se le proporcione una explicación que le permita anclarse en su posición de víctima. Al principio del caso, ella era víctima de un secuestro. Ahora ella va a ser capaz de decirse que era víctima de la violencia de su cónyuge. Por último, con el tiempo acabará siendo víctima de sus malas decisiones. Ella dirá que fue un accidente, que ella solo disimuló el cuerpo. Cuanto más afinemos los elementos del caso, más determinaremos con exactitud su participación. Pero ella se mantendrá en su posición de víctima. Tiene que ser capaz de mirarse al espejo y decirse: "Yo era una madre y no comprendí lo que ocurrió”.
Y ahora, ¿qué puede pasar? ¿Cuáles son las opciones que se le presentan a la madre de Fiona?
Hay gente que continuará la investigación y, en principio, trataran de entender lo que realmente sucedió. Supongamos por el contrario que caiga ante un juez que quiera a toda costa demostrar que ella fue cómplice de su cónyuge, que ella hizo más que enterrar el cuerpo, que eran unos maltratadores, que hacia pagar a la cría el hecho de que el padre se hubiera ido... Un juez puede muy rápidamente, con preguntas aparentemente adyacentes al asunto principal, inducir acciones de desconfianza y rechazo. En ese momento, la madre de Fiona podría defenderse de manera proyectiva con denegación, con agresividad, para demostrar que ella no es un monstruo. El juez debe adoptar una postura neutral, haciendo preguntas respetuosas de lo humano, aunque no esté engañado. Si el juez muestra que él no hace un juicio moral, ella le dará las explicaciones que interesan a la justicia. El juez debe tratar de comprender la verdad del acusado. Fue Montaigne, quien dijo: Hay hombres inhumanos, pero sería serlo más que ellos, negarles su humanidad.
© Traducción de Mila