El Mundo
ENTREVISTA AL POLICÍA PORTUGUÉS DESTITUIDO
Gonçalo Amaral: 'Gerry McCann escondió el cadáver de Madeleine en la playa'
• 'La ventana de la habitación siempre permaneció cerrada, a pesar de lo que dijo Kate'
• 'La niña pudo caerse del sofá, pudo haber un accidente con un somnífero'
SILVIA TAULÉS
MADRID.- Llega tarde, con cierto aire de estrella. Su libro (Esquilo, 2008), que se presentará oficialmente el 9 de septiembre, ha vendido 120.000 copias en dos semanas, un récord en Portugal.
Eso sí, una vez empieza, no hay quien lo pare. Gonçalo Amaral, cabeza visible de una investigación que tuvo en vilo a miles de personas, cuenta por qué sigue insistiendo en que fueron los padres de Madeleine, Kate y Gerry, los responsables de su desaparición.
• Pregunta.- Usted defiende la teoría de que son los padres los responsables de lo que le sucedió a Madeleine McCann.
• Respuesta.- No. Eso no está en el libro.
• P.- Pero es la teoría que se desprende tras leerlo.
• R.- Del sumario también sacas las mismas conclusiones que del libro.
• P.- ¿Cuáles son los puntos que usted cree que implican a los McCann en la desaparición de su hija?
• R.- Lo primero, es que siempre defendieron la teoría del rapto. La madre dijo que la ventana de la habitación estaba abierta cuando vio que la niña no estaba. No es cierto, la ventana estaba cerrada y es imposible que la niña saliera por allí. Nosotros trabajamos en el apartamento y la ventana estaba cerrada. Los padres siempre han defendido que la niña estaba viva y fueron ellos los primeros en plantear que Maddie podía estar muerta.
• P.- ¿Otras pistas?
• R.- Los testigos, había muchas incongruencias entre sus declaraciones. Los que cenaron con los McCann aquella noche, sus amigos, se inventaron el sistema de vigilancia de los niños. ¿Por qué? Son muchos detalles los que llevan a pensar en la culpabilidad de los padres. Hay dos listas diferentes sobre el sistema de vigilancia.
• P.- Usted habla de incongruencias en las declaraciones sobre el sistema de vigilancia. En el libro también señala que las nueve personas que cenaban juntas bebían una media de ocho botellas de vino, cuatro de tinto y cuatro de blanco. ¿No cabe la posibilidad de que, entre la desaparición y el alcohol, estuvieran confundidos y no recordaran los minutos exactos en los que vigilaban a los niños?
• R.- Vale, pero luego está la ventana en la que se encontraron huellas de Kate, la madre de la niña. Ella dijo que no había tocado nunca esa ventana, y la chica que limpiaba aseguró que había limpiado el día anterior. Y encima dice que la ventana estaba abierta cuando estaba cerrada, pues no cuadra.
• R.- ¿No podría ser que la madre o el padre cerraran la ventana después, al volver a la habitación para buscar a la niña?
• P.- Hay tres personas que dicen que pasaron por delante del apartamento y vieron la ventana cerrada. ¿No decían que estaba abierta? ¿En qué quedamos? Y hay más cosas. La madre dice que se marcha de la habitación con las ventanas abiertas y las persianas levantadas. Nadie lo vio así. Simularon un rapto. Quiere que hablemos de que alguien fue a robar y al encontrarse a la niña la mató.
• P.- ¿Eso podría haber pasado?
• R.- Es muy complicado.
• P.- ¿Por qué?
• R.- Volvamos a las personas que pasan por delante del apartamento. Nadie vio nada extraño. Nosotros investigamos a todas las personas que se dedican al robo en la zona. En el apartamento no había huellas extrañas, podrían haber llevado guantes, es cierto, pero no pudo ser. Además, fueron los padres los primeros en hablar de la muerte. Y es algo normal pensar que su hija pudo haber muerto, pero luego, en público, no lo han admitido nunca. Eso sí, yo no creo que los padres la mataran.
• P.- Entonces, ¿de qué estamos hablando?
• R.- De un accidente. La niña pudo caerse de un sofá, pudo haber un accidente con el Calpol (un somnífero). Nosotros nunca tuvimos acceso a la ficha clínica de la niña, así que no podemos saber si estaba sana o no. Sólo podemos especular. Hay muchos detalles muy raros.
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P.- ¿Qué es lo que cree que pudo haber sucedido aquella noche?
R.- Tanto la Policía portuguesa como la británica, e incluso el fiscal, que ya ha cambiado de opinión, pensamos lo mismo. Hemos hablado de muerte por terceros, no de homicidio. En la habitación se encontró sangre y olor a cadáver justo debajo de una ventana en la que había un sofá. El padre estuvo un rato hablando con un amigo justo fuera de esa ventana. La niña no tenía un sueño muy pesado, eso lo dijeron los padres. Quizás la niña oyó al padre y se subió al sofá debajo de la ventana. Pero los padres, para que la niña no saliera, lo habían retirado de la pared. Madeleine se pudo haber caído.
P.- La niña cae del sofá, muere del golpe y los padres la encuentran.
R.- La madre. Es la madre quien encuentra a la niña muerta.
P.- Pero me intento hacer una idea. ¿Cómo puede una madre que acaba de encontrar a su hija muerta en el suelo decidir que esconde el cadáver? Y ¿cómo se esconde el cadáver de una niña de casi cuatro años para que nadie lo encuentre?
R.- Es lo que investigábamos cuando me retiraron del caso. Quiero recordar que hay un hombre irlandés que dijo haber visto a Gerry McCann con una niña en brazos, de camino hacía la playa aquella misma noche. Ese testimonio se ha ocultado. Los perros especializados en encontrar vestigios de sangre y olor a cadáver encontraron ambas cosas en la pared del apartamento y en el maletero del coche que los McCann alquilaron 23 días después.
P.- ¿Gerry McCann enterró a su hija muerta en la playa y después la desenterró y la metió en el maletero 23 días después?
R.- No lo sabemos. Los irlandeses de los que he hablado vieron en la televisión a Gerry con un niño en brazos llegando al Reino Unido y declararon que era la misma imagen que habían visto en mayo en Portugal. Aquel hombre estuvo dos días sin dormir al darse cuenta de lo que había descubierto, pero nadie ha hablado de ellos. Y lo que dice uno de los irlandeses es lógico, un hombre con un niño en brazos en dirección a la playa.
P.- Pero esto supone que todo el grupo, las nueve personas que cenaban aquella noche, estaban de acuerdo en mentir.
R.- Todos. Porque, por si no lo sabes, la legislación británica sobre negligencia en el cuidado de los hijos es muy dura. Dejaron a los niños solos en la habitación. En el Reino Unido, si dejas a un niño solo media hora, te quitan la custodia. Después de la muerte de Madeleine, si se hubiera hecho público que fue un accidente, todos podrían haber perdido la custodia.
P.- Así que considera que uno de los motivos por los que los padres y todos los amigos mintieron es porque temían que les quitaran la custodia de los hijos.
R.- Sí, sí. Nadie ha abierto diligencias por lo ocurrido, por negligencia, y se ha preguntado a las autoridades británicas por qué. ¿Han contestado? Claro que no.
P.- Vayamos al día de la desaparición. Las 17.30 horas es el último momento en el que testigos neutrales ven a Maddie con vida. A las 20.30 horas, sus padres se sientan, arreglados, a la mesa para cenar con sus amigos. Entre medias, Gerry juega incluso un partido de tenis. ¿Da tiempo a que la niña se caiga del sofá, se mate, los padres se den cuenta, decidan esconderla, duerman a los dos hermanos, se arreglen y se sienten a la mesa como si nada? Es más, ¿de que se sienten a la mesa tras haber convencido al resto de que no hay que denunciar la muerte de la niña?
R.- En esas tres horas también hay incongruencias entre los testigos. Unos dicen que el partido duró media hora, otros 30 segundos...
P.- Está claro que se contradicen, pero, ¿da tiempo a hacer todo lo que usted dice que hicieron?
R.- Sí, claro que da tiempo. Hay quien dice que Gerry tuvo un comportamiento extraño en la mesa.
P.- ¿Sí?
R.- Dicen que hablaba mucho, gesticulaba mucho, todo lo contrario a los días anteriores. Para mí es una hipótesis muy dura.
P.- Usted cuenta con una larga trayectoria como investigador, años en los que se ha enfrentado a criminales y a inocentes. ¿Qué es lo que ve cuando se encara a los McCann?
R.- Son dos personas con mucho miedo. No sé si miedo a que les descubran o miedo a la Policía de un país que desconocen.
P.- Se dijo que Kate era muy fría. Pero yo la he visto llorar.
R.- Yo también. No es fría. Hay un momento, en una reunión con ellos, que les planteamos lo del sofá. Kate bajo la cabeza, como desencajada, y, pasados unos segundos, volvió a subir la mirada como si nada. Parecía que se le escapaba el papel que estaba interpretando.
P.- Cuando se le plantea la hipótesis de que la niña podría haber muerto al caerse del sofá, ¿Kate McCann no contesta?
R.- No dijo nada, solo bajó la cabeza un momento, como si estuviera a punto de derrumbarse. Tuvo un quiebro emocional que duró un momento.
P.- ¿Y Gerry McCann?
R.- Es una persona muy fuerte, dominante. Es cirujano, un hombre con capacidad de tomar decisiones muy rápido. Eso le fue bien para decidir sobre Madeleine. Si hay que esconder el cuerpo, hay que decidirlo rápido. Y sólo se podía esconder en la playa, y había que llevarlo a pie. Es aquí donde cobra importancia el testimonio del irlandés, el que nadie ha tenido en cuenta.
P.- ¿Cuál es su opinión?
R.- Para mí, Gerry escondió el cadáver de Madeleine en la playa. Y al cabo de unos días lo trasladó a su coche. Nosotros trabajamos en este sentido. Faltaba centrar la fecha del cambio, algunos detalles, pero estábamos en camino. El irlandés estaba a punto de llegar a Portugal, pero todo se demoró demasiado, incluso ha recibido presiones externas. Al final, no ha declarado ante la Policia.
P.- Han salido en todos los medios denunciando la desaparición de su hija y resulta que han sido ellos, ¿qué son, unos psicópatas?
R.- No, son humanos. Si los McCann admiten que su hija ha muerto, dejan de cobrar el dinero del fondo Maddie, y eso es mucho dinero, más de un millón de libras. Por eso dicen que la niña fue raptada.
P.- ¿Y si no quieren perder la esperanza? Parece todo muy morboso.
R.- Lo es. Si admiten que está muerta pierden su modo de vida. Son humanos, no son psicópatas.
P.- Usted ha dicho que a la niña la congelaron.
R.- Para que haya vestigios en el maletero del coche alquilado 23 días después, se tiene que haber conservado el cadáver de alguna forma. Yo creo que al meterlo en el maletero, con el calor que hacía aquellos días en el Algarve, sucedió lo mismo que sucede con las bolsas de la compra, que se derriten y se traspasa el agua al coche.
P.- ¿No pudieron traspasarse los vestigios de la habitación a la ropa de los padres y después al coche?
R.- Pero si tienes sangre en la ropa es que la has visto. Y la que encontraron los perros era sangre lavada, vestigios, no manchas claras.
P.- Ni usted, ni Alipio Ribeiro (ex director general de la Policía Judicial), ni Olegario Souza (ex portavoz policial), siguen en sus cargos. Usted incluso se ha prejubilado.
R.- Hubo demasiadas presiones. Los McCann tienen muchos contactos y a nadie le interesaba saber la verdad.
P.- ¿El imperio británico contra Portugal?
R.- Sí, eso parece.
ENTREVISTA AL POLICÍA PORTUGUÉS DESTITUIDO
Gonçalo Amaral: 'Gerry McCann escondió el cadáver de Madeleine en la playa'
• 'La ventana de la habitación siempre permaneció cerrada, a pesar de lo que dijo Kate'
• 'La niña pudo caerse del sofá, pudo haber un accidente con un somnífero'
SILVIA TAULÉS
MADRID.- Llega tarde, con cierto aire de estrella. Su libro (Esquilo, 2008), que se presentará oficialmente el 9 de septiembre, ha vendido 120.000 copias en dos semanas, un récord en Portugal.
Eso sí, una vez empieza, no hay quien lo pare. Gonçalo Amaral, cabeza visible de una investigación que tuvo en vilo a miles de personas, cuenta por qué sigue insistiendo en que fueron los padres de Madeleine, Kate y Gerry, los responsables de su desaparición.
• Pregunta.- Usted defiende la teoría de que son los padres los responsables de lo que le sucedió a Madeleine McCann.
• Respuesta.- No. Eso no está en el libro.
• P.- Pero es la teoría que se desprende tras leerlo.
• R.- Del sumario también sacas las mismas conclusiones que del libro.
• P.- ¿Cuáles son los puntos que usted cree que implican a los McCann en la desaparición de su hija?
• R.- Lo primero, es que siempre defendieron la teoría del rapto. La madre dijo que la ventana de la habitación estaba abierta cuando vio que la niña no estaba. No es cierto, la ventana estaba cerrada y es imposible que la niña saliera por allí. Nosotros trabajamos en el apartamento y la ventana estaba cerrada. Los padres siempre han defendido que la niña estaba viva y fueron ellos los primeros en plantear que Maddie podía estar muerta.
• P.- ¿Otras pistas?
• R.- Los testigos, había muchas incongruencias entre sus declaraciones. Los que cenaron con los McCann aquella noche, sus amigos, se inventaron el sistema de vigilancia de los niños. ¿Por qué? Son muchos detalles los que llevan a pensar en la culpabilidad de los padres. Hay dos listas diferentes sobre el sistema de vigilancia.
• P.- Usted habla de incongruencias en las declaraciones sobre el sistema de vigilancia. En el libro también señala que las nueve personas que cenaban juntas bebían una media de ocho botellas de vino, cuatro de tinto y cuatro de blanco. ¿No cabe la posibilidad de que, entre la desaparición y el alcohol, estuvieran confundidos y no recordaran los minutos exactos en los que vigilaban a los niños?
• R.- Vale, pero luego está la ventana en la que se encontraron huellas de Kate, la madre de la niña. Ella dijo que no había tocado nunca esa ventana, y la chica que limpiaba aseguró que había limpiado el día anterior. Y encima dice que la ventana estaba abierta cuando estaba cerrada, pues no cuadra.
• R.- ¿No podría ser que la madre o el padre cerraran la ventana después, al volver a la habitación para buscar a la niña?
• P.- Hay tres personas que dicen que pasaron por delante del apartamento y vieron la ventana cerrada. ¿No decían que estaba abierta? ¿En qué quedamos? Y hay más cosas. La madre dice que se marcha de la habitación con las ventanas abiertas y las persianas levantadas. Nadie lo vio así. Simularon un rapto. Quiere que hablemos de que alguien fue a robar y al encontrarse a la niña la mató.
• P.- ¿Eso podría haber pasado?
• R.- Es muy complicado.
• P.- ¿Por qué?
• R.- Volvamos a las personas que pasan por delante del apartamento. Nadie vio nada extraño. Nosotros investigamos a todas las personas que se dedican al robo en la zona. En el apartamento no había huellas extrañas, podrían haber llevado guantes, es cierto, pero no pudo ser. Además, fueron los padres los primeros en hablar de la muerte. Y es algo normal pensar que su hija pudo haber muerto, pero luego, en público, no lo han admitido nunca. Eso sí, yo no creo que los padres la mataran.
• P.- Entonces, ¿de qué estamos hablando?
• R.- De un accidente. La niña pudo caerse de un sofá, pudo haber un accidente con el Calpol (un somnífero). Nosotros nunca tuvimos acceso a la ficha clínica de la niña, así que no podemos saber si estaba sana o no. Sólo podemos especular. Hay muchos detalles muy raros.
Nuevo
P.- ¿Qué es lo que cree que pudo haber sucedido aquella noche?
R.- Tanto la Policía portuguesa como la británica, e incluso el fiscal, que ya ha cambiado de opinión, pensamos lo mismo. Hemos hablado de muerte por terceros, no de homicidio. En la habitación se encontró sangre y olor a cadáver justo debajo de una ventana en la que había un sofá. El padre estuvo un rato hablando con un amigo justo fuera de esa ventana. La niña no tenía un sueño muy pesado, eso lo dijeron los padres. Quizás la niña oyó al padre y se subió al sofá debajo de la ventana. Pero los padres, para que la niña no saliera, lo habían retirado de la pared. Madeleine se pudo haber caído.
P.- La niña cae del sofá, muere del golpe y los padres la encuentran.
R.- La madre. Es la madre quien encuentra a la niña muerta.
P.- Pero me intento hacer una idea. ¿Cómo puede una madre que acaba de encontrar a su hija muerta en el suelo decidir que esconde el cadáver? Y ¿cómo se esconde el cadáver de una niña de casi cuatro años para que nadie lo encuentre?
R.- Es lo que investigábamos cuando me retiraron del caso. Quiero recordar que hay un hombre irlandés que dijo haber visto a Gerry McCann con una niña en brazos, de camino hacía la playa aquella misma noche. Ese testimonio se ha ocultado. Los perros especializados en encontrar vestigios de sangre y olor a cadáver encontraron ambas cosas en la pared del apartamento y en el maletero del coche que los McCann alquilaron 23 días después.
P.- ¿Gerry McCann enterró a su hija muerta en la playa y después la desenterró y la metió en el maletero 23 días después?
R.- No lo sabemos. Los irlandeses de los que he hablado vieron en la televisión a Gerry con un niño en brazos llegando al Reino Unido y declararon que era la misma imagen que habían visto en mayo en Portugal. Aquel hombre estuvo dos días sin dormir al darse cuenta de lo que había descubierto, pero nadie ha hablado de ellos. Y lo que dice uno de los irlandeses es lógico, un hombre con un niño en brazos en dirección a la playa.
P.- Pero esto supone que todo el grupo, las nueve personas que cenaban aquella noche, estaban de acuerdo en mentir.
R.- Todos. Porque, por si no lo sabes, la legislación británica sobre negligencia en el cuidado de los hijos es muy dura. Dejaron a los niños solos en la habitación. En el Reino Unido, si dejas a un niño solo media hora, te quitan la custodia. Después de la muerte de Madeleine, si se hubiera hecho público que fue un accidente, todos podrían haber perdido la custodia.
P.- Así que considera que uno de los motivos por los que los padres y todos los amigos mintieron es porque temían que les quitaran la custodia de los hijos.
R.- Sí, sí. Nadie ha abierto diligencias por lo ocurrido, por negligencia, y se ha preguntado a las autoridades británicas por qué. ¿Han contestado? Claro que no.
P.- Vayamos al día de la desaparición. Las 17.30 horas es el último momento en el que testigos neutrales ven a Maddie con vida. A las 20.30 horas, sus padres se sientan, arreglados, a la mesa para cenar con sus amigos. Entre medias, Gerry juega incluso un partido de tenis. ¿Da tiempo a que la niña se caiga del sofá, se mate, los padres se den cuenta, decidan esconderla, duerman a los dos hermanos, se arreglen y se sienten a la mesa como si nada? Es más, ¿de que se sienten a la mesa tras haber convencido al resto de que no hay que denunciar la muerte de la niña?
R.- En esas tres horas también hay incongruencias entre los testigos. Unos dicen que el partido duró media hora, otros 30 segundos...
P.- Está claro que se contradicen, pero, ¿da tiempo a hacer todo lo que usted dice que hicieron?
R.- Sí, claro que da tiempo. Hay quien dice que Gerry tuvo un comportamiento extraño en la mesa.
P.- ¿Sí?
R.- Dicen que hablaba mucho, gesticulaba mucho, todo lo contrario a los días anteriores. Para mí es una hipótesis muy dura.
P.- Usted cuenta con una larga trayectoria como investigador, años en los que se ha enfrentado a criminales y a inocentes. ¿Qué es lo que ve cuando se encara a los McCann?
R.- Son dos personas con mucho miedo. No sé si miedo a que les descubran o miedo a la Policía de un país que desconocen.
P.- Se dijo que Kate era muy fría. Pero yo la he visto llorar.
R.- Yo también. No es fría. Hay un momento, en una reunión con ellos, que les planteamos lo del sofá. Kate bajo la cabeza, como desencajada, y, pasados unos segundos, volvió a subir la mirada como si nada. Parecía que se le escapaba el papel que estaba interpretando.
P.- Cuando se le plantea la hipótesis de que la niña podría haber muerto al caerse del sofá, ¿Kate McCann no contesta?
R.- No dijo nada, solo bajó la cabeza un momento, como si estuviera a punto de derrumbarse. Tuvo un quiebro emocional que duró un momento.
P.- ¿Y Gerry McCann?
R.- Es una persona muy fuerte, dominante. Es cirujano, un hombre con capacidad de tomar decisiones muy rápido. Eso le fue bien para decidir sobre Madeleine. Si hay que esconder el cuerpo, hay que decidirlo rápido. Y sólo se podía esconder en la playa, y había que llevarlo a pie. Es aquí donde cobra importancia el testimonio del irlandés, el que nadie ha tenido en cuenta.
P.- ¿Cuál es su opinión?
R.- Para mí, Gerry escondió el cadáver de Madeleine en la playa. Y al cabo de unos días lo trasladó a su coche. Nosotros trabajamos en este sentido. Faltaba centrar la fecha del cambio, algunos detalles, pero estábamos en camino. El irlandés estaba a punto de llegar a Portugal, pero todo se demoró demasiado, incluso ha recibido presiones externas. Al final, no ha declarado ante la Policia.
P.- Han salido en todos los medios denunciando la desaparición de su hija y resulta que han sido ellos, ¿qué son, unos psicópatas?
R.- No, son humanos. Si los McCann admiten que su hija ha muerto, dejan de cobrar el dinero del fondo Maddie, y eso es mucho dinero, más de un millón de libras. Por eso dicen que la niña fue raptada.
P.- ¿Y si no quieren perder la esperanza? Parece todo muy morboso.
R.- Lo es. Si admiten que está muerta pierden su modo de vida. Son humanos, no son psicópatas.
P.- Usted ha dicho que a la niña la congelaron.
R.- Para que haya vestigios en el maletero del coche alquilado 23 días después, se tiene que haber conservado el cadáver de alguna forma. Yo creo que al meterlo en el maletero, con el calor que hacía aquellos días en el Algarve, sucedió lo mismo que sucede con las bolsas de la compra, que se derriten y se traspasa el agua al coche.
P.- ¿No pudieron traspasarse los vestigios de la habitación a la ropa de los padres y después al coche?
R.- Pero si tienes sangre en la ropa es que la has visto. Y la que encontraron los perros era sangre lavada, vestigios, no manchas claras.
P.- Ni usted, ni Alipio Ribeiro (ex director general de la Policía Judicial), ni Olegario Souza (ex portavoz policial), siguen en sus cargos. Usted incluso se ha prejubilado.
R.- Hubo demasiadas presiones. Los McCann tienen muchos contactos y a nadie le interesaba saber la verdad.
P.- ¿El imperio británico contra Portugal?
R.- Sí, eso parece.