17 de septiembre de 2008

Caso Madeleine McCann - Carta abierta: Mujer de Gonçalo Amaral contesta con ironía al ataque de Kate

Correio da Manhã - Edición impresa

Mujer del investigador ataca a Kate

Kate McCann acusa a Gonçalo Amaral de "como persona y profesional" su comportamiento ha sido "una vergüenza" - y la mujer del ex coordinador de la PJ, con un estilo irónico y a través de una carta abierta a la que ha tenido acceso CM, agradece a la madre de Maddie "ese sentimiento" que las une "a las dos".

Querida Señora,

Perdóneme la osadía, pero después de haber tenido conocimiento de su comentario (en una entrevista al periódico Expresso) relativa a Gonçalo Amaral, mi marido y padre de mis hijas, no puedo dejar de dirigirle estas palabras de agradecimiento. Hace ya varios años que intento hacerme oír en ese sentimiento que nos une a las dos: "...es que como profesional y como persona su comportamiento ha sido una vergüenza." Si no vea:

a) Profesionalmente

- Como Coordinador del departamento de Investigación Criminal de la Policía Judicial mi esposo siempre se negó a estar sentado desde las 9 hasta las 5 en el confortable sillón que tiene en su despacho, algo que es inherente a esta categoría. En vez de eso, se pasaba el día (y muchas veces la noche) con los investigadores sobre el terreno, coordinando "in situ" las búsquedas, vigilancias, registros u otras diligencias. ¡Una vergüenza!

Pero si solamente fuera por el hecho de estar a la intemperie, la cosa no sería grave, ya que el clima aquí no es malo, como la Sra. Dña. Kate sabe. El problema es que esta dedicación es la causa que le impidió promocionar en su carrera. Bueno, voy a explicarme, ya que este caso es contemporáneo a la búsqueda de su hija. Mi esposo concurrió a la categoría de Coordinador Superior, y entre aprensiones de droga, secuestros y homicidios, consiguió hacer una tesis sobre tráfico de droga por vía marítima, que defendió en Lisboa, ante un Tribunal que lo felicitó. Esperanzado, Gonçalo Amaral regresó al Algarve y aguardó el resultado. Para su sorpresa, al final la pretendida función recayó en otro compañero (coordinador serio, si digo la verdad), porque no había conseguido puntuar en el parámetro de "formación profesional". Así es, Sra. Dña. Kate, mi esposo se pasó la vida trabajando, envuelto en investigaciones complejas, era el hombre que aprendió más droga en Portugal, pero no tenía tiempo para ir a Lisboa a pavonearse por los pasillos del Instituto de la PJ, no fue promocionado. ¡Una vergüenza, señora mía, una vergüenza!

Como ya debe ser de su conocimiento, ya que Sra. me parece que está muy bien informada, el sueldo de mi esposo no llegaba a 1,5 veces el sueldo mínimo en su país. Mientras tanto, como esposa, madre y portuguesa no me puedo quejar, ya que el salario de Gonçalo Amaral equivalía a 4.5 veces el sueldo base en Portugal. Tenga en cuenta lo siguiente, que sirve como ejemplo para lo que voy a exponer. En un cierto momento un individuo mata de un tiro a un elemento de la PSP y huye a la vecina España. Se desplaza allí un equipo de la PJ, del cual mi marido formaba parte. Entre idas y venidas estuvieron allí más de 15 días. La dieta internacional ascendía a 100 euros. Como la Sra. Dña. Kate se imaginará, no es posible con esta cantidad dormir y comer en España, mucho menos cuando se está en víspera de la Navidad y esta cantidad solo sería abonada (con suerte) para Semana Santa. Pero, aun así, Gonçalo Amaral nunca se negó, ni una sola vez, a buscar al homicida evadido, imputando así gastos a nuestra economía familiar. Y este es apenas un ejemplo entre muchos. Le sugerí en determinado momento la creación de un fondo o algo parecido que hiciera frente a estos gastos extraordinarios, pero nunca me escuchó. Nosotros aquí también tenemos que pagar las mensualidades de la hipoteca… ¡Una vergüenza, Sra. Dña. Kate, una vergüenza!

b) Como persona su comportamiento también ha sido una vergüenza, ya que nunca ha sido posible diferenciar la vida personal con esta forma de enfrentarse a la profesión que eligió. Mientras, y si mi buena amiga Sra. Dña. Kate me lo permite, puedo darle algunos ejemplos:

Hace 5 años, “desapareció” una niña llamada Joana. Su madre, al igual que la Sra. Doña Kate, intentó presentar el caso ante los medios, pero lo más lejos que llegó fue a SIC…) Pasados ocho días, llegaron las confesiones y las pruebas: en el transcurso de un acto incestuoso de la madre y del tío, la niña fue golpeada, y posteriormente descuartizada y el cuerpo depositado no se sabe dónde. Madre y tío están en la cárcel, en un proceso coordinado por Gonçalo Amaral y que les ha costado casi 20 años de cárcel a cada uno. Pero volviendo un poco atrás. La niña murió el 12 de septiembre. En vísperas de Navidad, nuestra familia estaba reunida para iniciar las oraciones, cuando mi marido me pidió que preparase una bolsa con algo de comida y ropa de abrigo, porque aun no había realizado el acto de contrición y penitencia natalicio. ¿Se imagina Sra. Dña. Kate a dónde fue Gonçalo Amaral aquella noche de Navidad en la que llovía a cántaros y tronaba? A la penitenciaría de Olhão, donde se encontraba detenido João Cipriano, tío de Joana, asesino confeso y psicópata clínicamente declarado. Según mi marido, dar una limosna a un pobre cualquiera no constituía para él ningún sacrificio. Así que el hecho de abrazar y repartir su cena de Navidad con João Cipriano era el sacrificio que ofrecía a Dios, en memoria de Joana. ¿No es esto una vergüenza? Además sabía Sra. Dña. Kate que todos los años, el día 12 de septiembre, mi marido manda rezar una misa por Joana Isabel Cipriano Guerreiro. Él dice que nadie se ha vuelto a acordar de la pobre niña. Pero, se acuerdan de acusarlo injustamente de actos y crímenes que nunca cometió. ¿No es esto una vergüenza, Sra. Dña. Kate?

-Le relato un episodio, del cual aun me cuesta hablar. El año pasado, en mayo, iniciamos el proceso de mudanza de nuestra familia a Portimão. Supuestamente mi marido iba a empezar las vacaciones el día siguiente a la desaparición de su hija. “Por motivos obvios” eso no sucedió. Empecé en un nuevo trabajo, busqué casa, hice la mudanza e intenté integrar a nuestras hijas en nuevos colegios y rutinas. Todo esto sola, sin ningún apoyo de mi marido, que, por motivos obvios, estaba buscando a la hija de la Sra. Dña. Kate. En octubre, el día de su cumpleaños, una semana después de que nuestras hijas hubieran empezado el año lectivo, Gonçalo Amaral fue destituido y destinado nuevamente a Faro. Esto se suponía que iba a ser un reencuentro de la familia pero al final fue una prolongación de la separación. ¿No es esto una vergüenza? Nuestras hijas nunca lo entendieron, y nosotros nunca conseguimos explicarles los motivos tan obvios que premiaban así a un padre que dejaba a sus hijas para buscar a una niña que ni siquiera conocía y cuyos padres habían sido negligentes. La pena es, mi querida Sra. Dña. Kate que ya no se encontraba aquí en esa fecha, porque hasta podría habernos sido de gran ayuda en el intento de explicar estos “motivos obvios” de la destitución del padre a nuestras hijas.

Por fin puedo apenas narrarle que en el aspecto íntimo Gonçalo Amaral es exactamente aquello de lo que tienen fama los latinos: un desvergonzado, que mi pudor no me permite describir.

Espero que mi buena amiga me perdone este desahogo de esposa y madre, pero estoy segura que lo comprenderá. Termino esta misiva pidiéndole que le remita a su Sra. madre mis más sinceros elogios. Me pareció tan sincera cuando, en una entrevista, dijo que tuvo ganas de arrearle una bofetada a quien dejó a sus nietos solos. Habló tan abiertamente que hasta parecía una genuina abuela portuguesa…

Querida amiga Sra. Dña. Kate, sin ánimo de aburrirle me gustaría aun pedirle que me hiciera un último favor: ahora que la boca le ha empezado a huir hacia la verdad no pare, continúe, y diga la verdad que el mundo está esperando.

Con mis mejores deseos,

Sofia Leal

Esposa y Madre de las hijas de Gonçalo Amaral

Traducción de Mercedes