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Destak.pt
27 | 11 | 2008 15.59H
Dos especialistas en Medicina Legal dijeron hoy en el Tribunal de Faro que las lesiones de Leonor Cipriano documentadas en fotografías captadas en la prisión de Odemira no fueron cometidas todas en el mismo período de tiempo porque “presentan colores diferentes”.
Destak/Lusa | destak@destak.pt
“Hay lesiones en la cabeza, tronco, extremidades superiores y tórax, pero no tienen todas el mismo tiempo, porque tienen colores diferentes”, dijo la médico forense Rosa Maria da Silva, durante la sexta sesión del juicio contra los inspectores de la Policía Judiciaria (PJ), implicados en proceso por una supuesta agresión a Leonor Cipriano, en el marco de la investigación sobre la desaparición de hija Joana en 2004
Según la especialista Rosa Maria da Silva, autora de la opinión sobre las lesiones de Leonor Cipriano basándose en algunas fotos incluidas en el proceso, las “lesiones fueron causadas por un trauma contundente” y cuya evolución se inicia con un color rojizo, después color negro violáceo (hasta el tercer día de la paliza), y después rojo azulado (hasta el sexto día de la paliza), pasando aun por el color verde y finalmente amarillento.
Aunque con un valor “indicativo” y que puede variar, esta escala de colores permite a los médicos forenses evaluar la temporalidad de los traumas.
“Una lesión azul con toda seguridad no fue producida el día que fue fotografiada”, alegó la especialista, refiriéndose a las fotografías que analizó o “no fueron tomadas todas el mismo día” en el Establecimiento Penitenciario de Odemira o entonces “algo pasó”.
La causa de las lesiones, según esta medico, tanto pueden haber sido motivadas por puñetazos (forma activa), como por una caída por la escalera (forma pasiva).
“No se puede excluir el puñetazo, pero puede no haber tenido lugar. No se pueden sacar grandes conclusiones”, admitió Rosa Maria da Silva.
En opinión de otra medio forense también oída hoy en el tribunal, la espcialista Tânia Maio, las fotografías que analizó también demuestran que se está ante “momentos diferentes de las lesiones”, porque el “color y las lesiones” difieren de foto en foto, salvaguardando, entre tanto, que la absorción de la sangre es variable consonante a que la zona del cuerpo esté más o menos irrigada por sangre.
La especialista Tânia Maio dice, también, que los traumatismos que vio en las fotografías fueron todo realizados de “forma contundente”, pero que pueden derivar de puñetazos (forma activa), como de una caída (forma pasiva), aunque recalca que en su opinión se inclina por un “traumatismo de forma pasiva”, o sea, un cuerpo golpeado al caer y no traumatismo directo.
Otro testigo oído en una de las primeras sesiones el juicio, un especialista en informática, admitió que las fotografías tomadas a Leonor Cipriano con marcas de hematomas en varias partes del cuerpo “pueden haber sido manipuladas”.
Llamado a declarar por la defensa del inspector Marques Bom, uno de los cinco arguidos en el proceso, Miguel Custódio dice que las fotografías habrían sido pasadas por un filtro de software que las manipuló, pero que no es posible determina si esa manipulación fue realizada sin acceso a los ficheros originales.
Para el abogado de Leonor Cipriano, Marcos Aragão, estas opiniones son irrelevantes para el proceso: •No veo relevancia, porque las medicas no son testigos enumerados en el proceso”, dijo a los periodistas. (Inciso: A dónde vas a parar, por supuesto es mucho más relevante la opinión de una asesina psicópata)
El abogado de la defensa, Pragal Colaço, dijo, a su vez, que los testimonios de las medico forenses “dejaron un hecho muy importante” para el proceso, que se refiere al “tiempo de evolución de las lesiones”.
“Las fotos pueden haber sido realizadas en momentos distintos. Hay lesiones que son más antiguas que otras. No son todas contemporáneas (la fecha de la sesión fotográfica)”, observó el causídico, diciendo que no se consiguió tener la certeza sobre si la causa de los traumas fue fruto de puñetazos directos.
Las acusaciones del Ministerio Público contra los inspectores de la Policía Judiciaria surgieron en el marco de los interrogatorios en la PJ de Faro en 2004, momento en el que Leonor apareció con hematomas en la cara y cuerpo en el Establecimiento Penitenciario de Odemira, donde se encontraba cumpliendo pena de prisión (Inciso: Aun no había sido condenada. Estaba en prisión preventiva).
Leonor Cipriano y su hermano João Cipriano fueron condenados a 16 años de prisión cada uno, por los crímenes de homicidio y ocultación del cadáver de Joana, la niña de ocho años, que desapareció en septiembre de 2004 de la aldea de Figueira, en Portimão (Algarve).
Traducción de Mercedes
De Sulak à « Libre »
Hace 1 mes
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