Un día, este proceso que afecta a Gonçalo Amaral y que extrañamente lo llevó a los Tribunales, mas a todos alcanza, será materia de estudio en las Facultades de Derecho.
De hecho, este caso será analizado como ejemplo de cómo la verdad puede ser distorsionada y de cómo es posible ejecutar tantas diligencias procesales que meramente dan vida a una mentira insostenible, ampliando plazos e intentando apartar a los investigadores, maniobrando, manipulando e incluso dando a entender que el poder judicial perdió la independencia y se subyuga a las conveniencias de un matrimonio con conexiones políticas.
Un día será imposible continuar sustentando la mentira elaborada con la perfídia de quien es perverso, frio, calculador y manipulador. Un día se sabrá que hubo una ocultación de muchos hechos importantes, que hubo colusión y los contornos de un crimen hediondo.
Un día, se conocerán todos los detalles de ficción que tenían como principal objetivo, no la aparición del cuerpo de la niña (ese, los responsables de su desaparición saben bien que el cuerpo nunca aparecerá, ni renacido de las cenizas...), pero sí la perpetuación de un negocio basado en la falsedad de una novela de mal de amores con final triste.
Un día, los que estuvieran aquí, se preguntarán cómo fue posible engañar a tanta gente durante tanto tiempo y extorsionar fondos con la malévola intención de silenciar la verdad.
Un día, todos conocerán la historia completa, en varios actos, de la desaparición de una niña inglesa, en mayo de 2007, en Praia da Luz. Una historia triste y lamentable y que ciertamente causó dolor a todos... incluso a esos padre que fueron negligentes con los cuidados necesarios en la guarda de su hijos.
Un día, todos se cuestionarán sobre cómo fue posible que los Tribunales se ocuparan no de los criminales responsables de su muerte, si no del policía que diligentemente investigó y se acercó competentemente a la verdad incómoda para las conveniencias de cualquier ambición desmedida, tortuosa y macabra.
Un día, este rio que corre a trompicones, por un lecho accidentado y lleno de obstáculos aun va a desembocar en un delta de espantos y de conciencias tranquilas.
Un día, este río irá a dar a mar abierto - el océano de la verdad.
Luís Arriaga
Estaremos allí, como de costumbre, en el Palacio de Justicia, para asistir a las alegaciones finales, el próximo miércoles día 10 de febrero, a las 9h.
Traducción de Mercedes