EXCLUSIVA para mccannfiles.com
Por Dr. Martin Roberts
14 Mayo 2010
KNOWING (Conociendo/sabiendo)
Hace varias décadas me presentaron un fascinante trabajo de investigación titulado 'Knowing About Things We Do Not Know We Know About. (“Conociendo Cosas que no sabemos que Conocemos”). Que pueda recordarlo después de tantos años dice algo sobre la impresión que me dejó. Últimamente, documentos de un tipo totalmente diferente han ido dejando una impresión propia; y no solo los documentos.
El siguiente texto (incompleto) es una carta de amenaza remitida recientemente por Carter-Ruck, los abogados de los McCann, a los responsables de una página Web. (Frases de interés concreto están en rojo):
Estimado Sr.:
Gerry y Kate McCann
Como sin duda sabe, la desaparición de la hija de nuestros clientes Madeleine, de un complejo turístico en Portugal en 2007 ha sido objeto de una considerable atención mediática, incluyendo una serie de falsas acusaciones de que el Sr. y la Sra. McCann fueron ellos mismos responsables de la desaparición o muerte de Madeleine. Nuestros clientes han negado rotundamente tal sugerencia desde el principio.
Es posible que también sea consciente que desde entonces algunos periódicos se han disculpado públicamente con nuestros clientes por hacer estas falsas acusaciones y que en 2008 las autoridades portuguesas confirmaron que no había absolutamente ninguna evidencia que implique a nuestros clientes en la desaparición de su hija.
Contenido difamante, amenazante y hostigante
Basta decir que la página alega repetidamente que nuestros clientes causaron la muerte de su hija y posteriormente se involucraron en una conspiración criminal para encubrir su muerte.
Además de ser altamente difamatorio hacia nuestros clientes, estas acusaciones son completa y totalmente falsas. Nuestros clientes no han tenido absolutamente ninguna participación en la desaparición de su hija, y no hay ni una sola prueba adecuada que los implique en la desaparición de Madeleine.
Le saluda atentamente
El posible error tipográfico atribuyendo Madeleine como hija única, aunque curioso en sí mismo, no es tan fascinante como la serie de referencias a la responsabilidad personal de los McCann en el asunto de su hija desaparecida. “Negando” (en lugar de refutando) una sugerencia es también un ejemplo del cuestionable uso que hace Carter-Ruck del inglés. La línea “no hay ninguna prueba en absoluto” es, como sabemos, una exageración estratégica. No estar preparado para proceder contra los McCann sobre la base la evidencia registrada en ese momento de ninguna manera equivale a declarar la ausencia total de pruebas.
No obstante, juntando las frases clave restantes ilustra la atención prestada por el autor de la carta para enfatizar que los McCann no han estado personalmente implicados en la desaparición de Madeleine. Al mismo tiempo existe una preocupación evidente de repetir, si no reiterar, que no hay pruebas que avalen su participación en dicha desaparición.
Lo que debe quedar claro aquí es la diferencia entre “participación” e “implicación”, una distinción que hace la propia palabra y no un producto artificial de un análisis demasiado pedante por mi parte. Frente a acusaciones “falsas”, la declaración de “ninguna participación en absoluto” es redundante. Debería ser suficiente por sí misma. Sin embargo se nos invita a una advertencia con respecto a las pruebas en relación con la “implicación”. Es como si aquí la jerga legal de Carter-Ruck estuviera trazando una finísima distinción similar a aquella sobreentendida por Bill Clinton en su notoria disociación de “actos” sexuales de “relaciones” sexuales. Y ¿qué debe uno entender con la referencia a pruebas “adecuadas”? ¿Debemos suponer que cualquier prueba que implique a los McCann es “inadecuada”?
A pesar de la ausencia de pruebas adecuadas propuesta, si uno acepta, por propia voluntad o no, que los McCann no tuvieron ninguna participación en absoluto en la desaparición de su hija, la puerta a la consideración de su implicación permanece entreabierta, proyectando su luz angular propia sobre varias declaraciones McCann salpicadas por el mapa de la publicidad; declaraciones tales como la realizada por Kate McCann el 10 de febrero de este año, el último día de la audiencia en relación con la medida cautelar contra Gonçalo Amaral.
Reportero: “¿Que pruebas tiene usted de que hubo un secuestro? Puedo hacer esta pregunta porque usted dice que Amaral no tiene...”
Kate McCann: “Porque lo sé. Yo estaba allí, yo encontré que mi hija se había ido (I found my daughter gone). Yo sé más que usted. Yo sé lo que vi.”
Este conjunto de observaciones es digno de examen.
La evidencia del secuestro existe en la forma de Kate misma, quien lo “sabe” porque Kate estaba allí.
Sin embargo fue citada en el Sunday Mirror del 5 agosto de 2007 diciendo: “Me siento desesperadamente arrepentida hacia ella porque no estábamos allí.”
Así que ninguno de los padres estaba allí. Si hubieran estado presentes en el momento de la desaparición de Madeleine por supuesto podrían haber estado involucrados. Pues bien, Kate informó a Oprah Winfrey: “Quiero decir, errm... como tú dices, sé que puedo perseguirme todos los días sobre eso y me siento terrible porque no estábamos allí en ese minuto.” Entonces, para los McCann, en el peor de los casos sigue habiendo un caso de implicación.
“En el conocimiento hay luz” y Kate McCann continúa iluminando nuestro entendimiento de las cosas, diciéndole a un reportero en la puerta del mismo tribunal de justicia, en términos inequívocos, “Yo sé más que tú.” Sin duda, es muy probable que una ex-médico de cabecera y antigua anestesista sepa más que un humilde gacetillero sobre, por ejemplo, los efectos sedantes de los medicamentos sin receta, al igual que un reportero “sabueso” probablemente reconocerá los ingredientes de una buena historia antes que Kate McCann. Sin embargo, si nivelamos el terreno de juego para dar cabida simple y tradicional sentido común, descubrimos rápidamente que el estilo de Kate McCann de conocimiento es algo deficiente.
Durante la reciente entrevista de los McCann para la televisión española (Las Mañanas de Cuatro) Kate ofrece una justificación increíblemente ingenua sobre la negativa consensuada para asistir a la reconstrucción propuesta por la PJ de los hechos ocurridos la noche del 3 mayo de 2007:
Kate McCann: “También preguntamos sobre la posibilidad de utilizar actores, que obviamente es lo que nosotros hacemos en nuestras reconstrucciones. Quiero decir, desde luego en Reino Unido tenemos un programa llamado Crimewatch, que utiliza actores y yo creo (inaudible). Errrm... probablemente es perjudicial pedirle a la gente que ha pasado por algo tan traumático que lo reviva.”
O bien Kate McCann no ha caído en la cuenta que las reconstrucciones televisadas utilizando actores tienen el propósito de refrescar la memoria del público, mientras que las requeridas por los investigadores de la policía sirven para un propósito totalmente diferente, o ella se imagina que esta distinción absolutamente obvia es completamente desconocida para el resto de nosotros. En cualquier caso esto no elogia precisamente el conocimiento de Kate McCann como recurso primario. Existe, sin embargo, un llamamiento a la sabiduría por parte de Kate McCann muy anterior, que refleja un acto casi de clarividencia. Me refiero a su inquebrantable seguridad alrededor de las 22h00 de aquel aciago jueves.
“Supe inmediatamente que había sido llevada”.
Dejar la puerta del patio sin cerrar con llave en caso de fuego hubiera sido bastante inútil si, al menos, uno de aquellos atrapados en el interior no fuera capaz de hacerse camino hasta la puerta y abrirla. Así que, enfrentada con una cama vacía aunque sin deshacer, ¿cómo “sabía” Kate que su hija había sido llevada? Después de todo, Madeleine McCann no era inanimada, por lo menos no al comienzo de las vacaciones.
¿Tal vez este punto “invalida” la prueba de la implicación? No requeriría más que la inmovilidad por parte de Madeleine, más un modesto grado de expectativa de Kate, para convertir el estatus del niño de “ausente” a “secuestrado” y conferir cierto conocimiento en el negocio/acuerdo. Kate McCann, desde el principio, no temió que Madeleine pudiera haber sido secuestrada. Sorprendentemente, incluso sin ningún signo de una intrusión no autorizada (Gerry McCann y Matthew Oldfield afirman haber entrado en el apartamento antes que ella), ella lo sabía.
Para alguien que pretende saber tanto, no vale la pena que Kate McCann comparta un poco de su sabiduría, incluso a pesar de que hace tiempo que ha sido liberada de la restricción del “secreto judicial”. No importa. Por lo menos uno o dos de nosotros sabe cosas que otros no saben que nosotros sabemos.
Traducción de Mercedes