8 de mayo de 2011

Caso Madeleine McCann - Ridiculizar a los McCann es el deporte más vil de todos


Kate McCann no va a publicar un libro para encontrar la fama, está recaudando fondos para continuar con la búsqueda de su hija

Por Barbara Ellen
8 de mayo, 2011

El estómago me dio un vuelco cuando vi que Kate McCann había escrito un libro sobre la desaparición de su hija, titulado Madeleine y serializado por The Sun. No porque pensara que no debería haberlo escrito sino porque podía sentirlos venir – siendo “los” los enemigos (odiadores) profesionales, ese coro abusivo que se regodea y que ha denunciado, castigado y acusado a los McCann en y fuera de línea, desde esa noche de mayo de 2007 cuando Madeleine McCann desapareció de Praia da Luz, Portugal. ¿Si el libro de Kate McCann iba a salir, con toda seguridad ellos también?

En el momento de escribir esto, solo había un primer extracto publicado en The Sun. Narraba la noche en que Madeleine desapareció y las visiones recurrentes que tenía Kate de Madeleine siendo torturada y asesinada por pedófilos, esto último totalmente consumidor, escribe Kate, que quería “arrancarse la piel”.

Todos los beneficios del libro se destinarán a encontrar a Madeleine, lo que parece lógico. ¿De qué otro modo se supone que van a recaudar dinero los McCann para su campaña internacional – celebrando unos cuantos mercadillos? Es evidente que los McCann se han reconciliado con el hecho de que lo último en lo que ellos quieren pensar es la cosa que la gente está más dispuesta a pagar por oír, ver o leer. Me imagino que producir el libro ha sido un puro tormento, pero tenía que hacerse. ¿Por qué entonces el rugido de hostilidad y censura que acompaña casi cada movimiento que hacen los McCann?

Ya va siendo hora que los enemigos (odiadores) de los McCann desaparezcan. Yo estoy a favor de la libertad de expresión pero ellos ya han dado su opinión y, rastrillando a través de innumerables “muros de lamentaciones” online, la mayor parte de lo que han dicho es basura repetitiva. Aquí hay algunos ejemplos: “Los McCann no deberían haber dejado solo a sus hijos mientras cenaban en un restaurante a 100 yardas de distancia”. Obviamente, y los McCann ya han expresado su pesar por su error muchas veces.

“Un madre soltera cateta que hubiese dejado que su hija fuese secuestrado no habría tenido toda esta simpatía”. A decir verdad, del mismo modo el público y los medios de comunicación se unieron en golpes de PC para no parecer “llenos de prejuicios” hacia Karen Matthews cuando “desapareció” Shannon. Al final, fue una de las parejas “paletas” de Matthew quien tuvo el valor de enfrentarla a sus mentiras.



“Hay pruebas sólidas de que los McCann mataron a Madeleine y conciliaron el cuerpo”. No, no las hay. ¿Esa gente que suelta semejantes tonterías no tienen nada mejor que hacer, como meditar sobre lomas de hierba o buscar a Elvis en el supermercado? Hey, Bind Laden puede estar vivo aun – ¡híncale tus dientes hambrientos de conspiración a eso!

Luego está la mentalidad de que los McCann “lo están pidiendo” porque siguen exponiéndose a la opinión pública – como si pudieran elegir. No parecen exactamente del tipo que quiere aparecer en los periódicos o en la televisión. Uno no puede imaginarlos divirtiéndose con Ant and Dec, o preparando un souffle en MasterChef. Sin embargo, ahora, están atrapados en la zona de “celebridad renuente”, obligados a seguir anhelando atención.

Este es el especial círculo infernal de los McCann – no están en la agenda de las noticias de actualidad pero para ellos la historia no ha terminado. No son exhibicionistas naturales pero las circunstancias dictan que deben seguir apareciendo y “actuando”. Dejando de lado diferencias generacionales superficiales, me recuerdan a Winnie Johnson, ahora con una enfermedad terminal pero que sigue apareciendo en los medios de comunicación, rogando a Ian Brady que le diga en qué parte del páramo está enterrado su hijo Keith Bennett. Si alguien siente simpatía por la Sra. Johnson, debería sentir lo mismo por los McCann.

Nadie podrá negar que, durante los últimos cuatro años, los McCann han sido juzgados duramente. Con este libro, existe una oportunidad para que pase este estado de ánimo, este elemento y que los enemigos se retiren. Parece obvio que, lejos de auto justificante, o de buscar atención, este libro es sobre lo que siempre ha sido para los McCann – una solución práctica para la recaudación de fondos.

Traducción de Mercedes

Sra. Ellen, solo espero que cuando se publiquen las cuentas del fondo y demuestren que los McCann han utilizado gran parte del dinero recaudado con el libro en abogados, costas judiciales, empresas de imagen etc. etc. etc. rectifique su postura y tenga el mismo valor para devolver la honorabilidad que hoy le ha retirado a los “enemigos/odiadores” de los McCann... entre los que me encuentro/siento.