22 de Mayo 2011
Maddie : los policias britanicos retoman la investigacion
El primer ministro británico, David Cameron, ha pedido a Scotland Yard que reabra el caso sobre la desaparición de la pequeña Madeleine McCann en mayo del 2007 en Portugal. Serán pues, una treintena de policías los que examinen la totalidad del proceso, tanto el británico como el portugués, para tratar de encontrar nuevos elementos. Después, un grupo de investigadores podría ir in situ y emprender nuevas investigaciones, al menos si las autoridades portuguesas dan su aprobación.
Esta decisión del Primer Ministro es moderadamente popular entre los policías y un responsable del Met (Metropolitan Police Service) la ha criticado severamente. Esta medida excepcional crea, en efecto, un precedente lamentable en un país en el que la policía está más alejada del poder ejecutivo que en el nuestro (Nota de Mila: Francia) y además va a conllevar gastos considerables. El muy serio The Guardian también señaló que en la carta que dirigió al matrimonio McCann, Cameron solo considera la tesis del secuestro (Él escribió: "para ayudar a encontrar a Madeleine"), excluyendo de manera implícita la posibilidad de que la niña esté muerta. Lo que no es un proceso lógico de investigación. Ante las críticas, marcha atrás en toda regla del interesado que ha afirmado que no se trataba de una orden sino de una sugerencia y que el presupuesto correspondiente saldría del superávit del Home Office (Ministerio del Interior). Según las últimas noticias, han sido desbloqueados 3,5 millones de libras.
Parecería que el primer ministro británico, haya así cedido a la petición del riquísimo Rupert Murdoch, propietario entre otros del Sun, que hizo la promoción del libro de Kate McCann, Madeleine. El tabloide habría pagado £200.000 para garantizarse la primicia de la publicación de una buena historia como suele decirse. En este libro, la madre de la pequeña Maddie da su versión de los hechos. En el Reino Unido, las opiniones sobre los McCann son divergentes: algunos admiran su combatividad en la búsqueda de su hija, mientras que otros se hacen preguntas sobre su actitud que consideran mercantil. Bien es cierto que algunos pasajes son impactantes: como cuando la señora McCann dice que ve en sus pesadillas a su hija, "los genitales desgarrados" por un pedófilo, o como cuando The Sun retoma en sus titulares que ella ya no podía hacer el amor con Gerry, su marido.
Esta investigación sobre la desaparición de la niña tuvo lugar en una atmósfera nociva. Que tal vez merece la pena recordar: ella desapareció de la habitación donde dormía mientras sus padres cenaban con unos amigos, en un restaurante situado a un centenar de metros de distancia. Para Gonçalo Amaral, el policía que dirigió las investigaciones, ella murió, probablemente debido a la negligencia de sus padres. Mientras que la familia, obstinadamente, defiende la tesis del secuestro.
Ese 3 de mayo de 2007, en cuanto se da la alerta, se organiza la búsqueda en el entorno mas cercano: la niña pudo haber salido para tratar de encontrar a sus padres... Después los investigadores consideran la posibilidad de un secuestro. 250 personas participan en la investigación y son registrados 500 apartamentos. Pero tuvieron que pasar seis días para que la foto de la niña apareciera en la prensa. Llegan policías británicos. Se dispara la presión política. Se multiplican las recompensas. En pocos días, alcanzan los 4 millones de euros. Los padres son interrogados durante 13 horas, después considerados libres de sospecha. Crean un fondo de apoyo, que sólo en el primer día, recauda casi 15.000€ en donaciones. A finales de mayo, son recibidos por el Papa. El día 50º de la desaparición, se organiza una suelta de globos en varios países de Europa. El caso adquiere una dimensión internacional.
Mientras tanto, a pesar del frenesí de los medios, los policías portugueses prosiguen metódicamente sus investigaciones. Ellos sospechan que los McCann han ocultado el cuerpo de su hija fallecida a raíz de un accidente. Aparecen contradicciones en sus declaraciones, se encuentran elementos materiales, y, en septiembre son acusados de homicidio involuntario (Nota de Mila: dato erróneo). Dejados libres, regresan a Inglaterra.
A continuación, el caso toma la forma de una mala telenovela en la que aparecen una serie de pistas falsas, detectives privados falsos y un enfrentamiento entre los medios de comunicación británicos y portugueses. Los primeros acusan de incompetencia a la policía portuguesa, mientras los segundos publican pasajes de de un diario escrito por la madre, donde ella aparece como "agotada" por niños "histéricos” y donde se queja en particular del "exceso de vitalidad "de su hija.
Los padres finalmente son exonerados por la justicia portuguesa, que (de acuerdo con el procedimiento) "archiva el caso"
Mientras tanto, el comisario Gonçalo Amaral, que había tomado posición en la prensa fue excluido de la investigación. Escribe un libro, Maddie, l’enquête interdite. Un best-seller. El matrimonio McCann pide que sea retirado de la venta y reclama 1,8 millones por daños y perjuicios (ya habían conseguido varios cientos de miles de euros de los medios de comunicación con la amenaza de una demanda).
Es una guerra abierta entre los McCann y Amaral.
Por último, la justicia da la razón a Amaral. Y hoy, él pide la restitución de los ejemplares de su libro que habían sido incautados y puestos bajo la custodia de los McCann. Pero parece que han sido destruidos. Lo que, bajo ciertas condiciones, es un delito.
Amaral por lo tanto acaba de presentar una denuncia por estos hechos y por otros hechos que giran en torno a la libertad de expresión.
Georges Moréas
Comisario Principal Honorario de la Policía Nacional
© Traducción de Mila