Leparisen
El policía portugués, que estaba a cargo de la investigación sobre la desaparición de Maddie, sigue convencido de la responsabilidad de sus padres. Ha publicado un libro contra los esposos McCann.
Entrevista realizada por Timothée Boutry | 07/05/2009, 07:00
Gonçalo Amaral dirigió la investigación sobre la desaparición de Maddie, en Portugal, durante varios meses antes de ser apartado por haber criticado públicamente la actitud de la policía inglesa. Desde entonces, se ha jubilado anticipadamente. En un libro publicado hoy en Francia *, nos ofrece su verdad. Según él, la investigación es formal: Maddie murió accidentalmente en el apartamento donde la familia pasaba sus vacaciones.
Los padres, después, habrían hecho creer en un secuestro. Sin aportar pruebas formales, su libro, muy a carga contra los padres, nos plantea verdaderas preguntas.
¿Cuáles son las pruebas de las que dispone para apoyar su versión?
Gonçalo Amaral. Hay varias. Especialmente encontramos contradicciones en las declaraciones de los McCann y sus amigos. Una pareja de irlandeses dice haber visto a Gerald McCann la noche de los hechos con un niño en sus brazos. En términos de constataciones, descubrimos la huella digital de Kate McCann en la ventana de la habitación de Madeleine. La forma de la huella indica que fue ella quien abrió esa ventana.. Pero ella declara que la ventana estaba abierta cuando entró en la habitación. Por lo tanto, está claro que quiso orientar la investigación hacia la tesis del secuestro. Por último, existen las pruebas científicas. Los perros detectaron olor a cadáver en el salón y descubrieron un rastro de sangre en el mismo lugar. Rastros que también fueron descubiertos en el coche de alquiler.
Son más bien indicios, y no pruebas irrefutables. La sangre, por ejemplo, no fue identificada al 100% como siendo la de Maddie...
Cierto, pero los resultados siguen indicando que las muestras recogidas se asemejan al perfil ADN de Maddie. Estos indicios se suman a los otros.
¿Por qué la pareja McCann habría mentido?
Porque había sido negligente con sus hijos. Ellos cenaron dejándolos solos. Dicho comportamiento es reprensible. Entonces, pusieron en escena la historia del secuestro.
Su libro muestra que la investigación de la policía portuguesa no fue irreprochable. Sobre todo la escena del crimen...
Es verdad. En ese momento, no existía un procedimiento específico en el caso de desaparición de un niño. El lugar no fue forzosamente bien conservado. Desde entonces, estas deficiencias se han reparado.
¿Cuál es su mayor pesar en esta investigación?
Creo que se habría debido organizar muy rápidamente una reconstitución. Podríamos habernos dado cuenta entonces de las contradicciones en las declaraciones de Kate McCann y de los otros testigos. Lamentablemente, mi Jefe considero que era imposible llevarla a la práctica. Después, los padres se negaron.
¿Cómo discurrió la colaboración con la policía inglesa?
Con los investigadores sobre el terreno, todo fue muy bien. Sin embargo, fue mucho más complicado con el estado mayor en Gran Bretaña. Las informaciones que pedíamos tenían muchos problemas para llegar hasta nosotros. Los McCann lograron influir en la opinión de la policía británica y ganarlos a su teoría. En Gran Bretaña, la visión del caso es política. Sobre el terreno, siguió siendo policial.
¿Maddie será encontrada un día?
Hoy en día, el caso esta archivado. Los padres no tienen ninguna gana de que se vuelva a abrir. Ellos no quieren que estalle la verdad. Sin embargo, estoy convencido de que todavía hay pistas que explotar. Lamentablemente, hay que buscar un cadáver.
* « Maddie: l’enquête interdite ». Bourin Editeur. 19 €.
Traducción de Mila
Para hacer comentarios: Aquí
El policía portugués, que estaba a cargo de la investigación sobre la desaparición de Maddie, sigue convencido de la responsabilidad de sus padres. Ha publicado un libro contra los esposos McCann.
Entrevista realizada por Timothée Boutry | 07/05/2009, 07:00
Gonçalo Amaral dirigió la investigación sobre la desaparición de Maddie, en Portugal, durante varios meses antes de ser apartado por haber criticado públicamente la actitud de la policía inglesa. Desde entonces, se ha jubilado anticipadamente. En un libro publicado hoy en Francia *, nos ofrece su verdad. Según él, la investigación es formal: Maddie murió accidentalmente en el apartamento donde la familia pasaba sus vacaciones.
Los padres, después, habrían hecho creer en un secuestro. Sin aportar pruebas formales, su libro, muy a carga contra los padres, nos plantea verdaderas preguntas.
¿Cuáles son las pruebas de las que dispone para apoyar su versión?
Gonçalo Amaral. Hay varias. Especialmente encontramos contradicciones en las declaraciones de los McCann y sus amigos. Una pareja de irlandeses dice haber visto a Gerald McCann la noche de los hechos con un niño en sus brazos. En términos de constataciones, descubrimos la huella digital de Kate McCann en la ventana de la habitación de Madeleine. La forma de la huella indica que fue ella quien abrió esa ventana.. Pero ella declara que la ventana estaba abierta cuando entró en la habitación. Por lo tanto, está claro que quiso orientar la investigación hacia la tesis del secuestro. Por último, existen las pruebas científicas. Los perros detectaron olor a cadáver en el salón y descubrieron un rastro de sangre en el mismo lugar. Rastros que también fueron descubiertos en el coche de alquiler.
Son más bien indicios, y no pruebas irrefutables. La sangre, por ejemplo, no fue identificada al 100% como siendo la de Maddie...
Cierto, pero los resultados siguen indicando que las muestras recogidas se asemejan al perfil ADN de Maddie. Estos indicios se suman a los otros.
¿Por qué la pareja McCann habría mentido?
Porque había sido negligente con sus hijos. Ellos cenaron dejándolos solos. Dicho comportamiento es reprensible. Entonces, pusieron en escena la historia del secuestro.
Su libro muestra que la investigación de la policía portuguesa no fue irreprochable. Sobre todo la escena del crimen...
Es verdad. En ese momento, no existía un procedimiento específico en el caso de desaparición de un niño. El lugar no fue forzosamente bien conservado. Desde entonces, estas deficiencias se han reparado.
¿Cuál es su mayor pesar en esta investigación?
Creo que se habría debido organizar muy rápidamente una reconstitución. Podríamos habernos dado cuenta entonces de las contradicciones en las declaraciones de Kate McCann y de los otros testigos. Lamentablemente, mi Jefe considero que era imposible llevarla a la práctica. Después, los padres se negaron.
¿Cómo discurrió la colaboración con la policía inglesa?
Con los investigadores sobre el terreno, todo fue muy bien. Sin embargo, fue mucho más complicado con el estado mayor en Gran Bretaña. Las informaciones que pedíamos tenían muchos problemas para llegar hasta nosotros. Los McCann lograron influir en la opinión de la policía británica y ganarlos a su teoría. En Gran Bretaña, la visión del caso es política. Sobre el terreno, siguió siendo policial.
¿Maddie será encontrada un día?
Hoy en día, el caso esta archivado. Los padres no tienen ninguna gana de que se vuelva a abrir. Ellos no quieren que estalle la verdad. Sin embargo, estoy convencido de que todavía hay pistas que explotar. Lamentablemente, hay que buscar un cadáver.
* « Maddie: l’enquête interdite ». Bourin Editeur. 19 €.
Traducción de Mila
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