Duarte Levy..
Português - English
Por Paulo Sargento
La Entrevista que Rita Jordão, corresponsal de SIC en Londres, realizó con el matrimonio McCann, y que la cadena emitió en mayo de 2009, parece haber constituido otra oportunidad de desesperada e inconsistente defensa de dos cuestiones, en la práctica, indefendible: la primer: la de que Madeleine está viva y la segunda, la de que aun no ha sido encontrada debido a un bloqueo resultante de la propagación de la tesis de Gonçalo Amaral que, además de afirmar que la niña está muerta, insiste en el hecho de que los padres tienen conocimiento de ello y, eventualmente, habrían ocultado el cadáver.
El principio de la entrevista está marcado por un estilo discursivo Mitcheliano en el que Gerry McCann es más competente de lo que lo es su mujer Kate. Considerando los dos últimos años como los “más largos” de su vida, Gerry consiguió, simultánea y sutilmente, afirmar que el tiempo pasó muy deprisa, “demasiado rápido”, paradoja que dio a Kate la oportunidad de, una vez más, inadvertidamente, sugerir su proceso de luto irreparable, cuando sustentó que los primeros momentos fueron los más duros de su vida y que, a pesar de que después no fueron “tan malos”, aun son dolorosos. Aunque esta es solo una cuestión de estilo al que ya estamos habituados.
Los gemelos, siempre introducidos en las conversaciones del matrimonio, por iniciativa propia o por sugerencia de los periodistas, ofrecen la oportunidad perfecta para introducir el tema de una familia incompleta que aguarda la llegada de un miembro para consagrar una especie de unión original, impregnado de la más suprema de las felicidades, donde una especie de omnipresencia mística (”ella siempre está con nosotros”) es materializada para la manutención demasiado exhibicionista de artilugios (la habitación de Maddie está intacta) y demostrada en las, implantadas, memorias y recuerdos “por poderes” de Sean y Amelie. A pesar de todo, a propósito de que todo está permanentemente harmonioso esperando a Maddie (desde los, atribuidos, anhelos de sus hermanos hasta la manutención de sus pertenencias) no deja de ser, cuanto menos, grotesco el hecho de vestir a Amelie con su ropa personal y, por encima, hacerle esa referencia. Y ¿qué decir de la apropiación de sus creencias relativas a lo sucedido, cuando Gerry dice que “ellos creen que (Maddie) fue raptada”? Claro que los niños creen lo que los adultos les dicen, aunque sea una esperanza vaga e incierta o, peor, una evidente mentira. Aunque los adultos también dicen muchas veces lo que les conviene sobre el pensamiento de los niños, aunque esto constituya, apenas, una interpretación sesgada o, también, una deliberada manipulación.
Permítanme que les confiese una cosa. Desde mi punto de vista personal, la periodista Rita Jordão hizo preguntas simples, de una forma simple, aunque muy, muy, inteligentes. Además, fue una de esas preguntas inteligentemente simples la que abrió camino a la cuestión más importante de toda la entrevista: la desmedida rabia y el enorme recelo en cuanto a la exposición mediática de Gonçalo Amaral, y de sus tesis, y el intento de asumir la exclusiva pro-actividad en la (pseudo) búsqueda de Madeleine McCann.
La pregunta clave fue la siguiente: “¿Cuál fue vuestro mayor temor de lo que podría haberle sucedido a Madeleine?”
Tal pregunta permitió poner en marcha toda una estrategia de desmontaje de los hechos, a través de falacias de varios tipos (en concreto Argumentum ad ignorantium, argumentum ad autoritatum, el modus tollens y el modus ponens resultantes de inversiones ilógicas de la negación de la consecuencia y en la afirmación del antecedente). - (Inciso: Mantengo también el texto original para vuestra consideracion) “Tal questão permitiu operacionalizar toda a estratégia de desmontagem dos factos, através de falácias de vários tipos (em particular argumentum ad ignorantium, argumentum ad autoritatum, modus tollens e modus ponens resultantes de inversões ilógicas na negação do consequente e na afirmação dos antecedente).”
Si al principio recelaron de que su hija hubiera sido raptada por un pedófilo y, posteriormente, molestada y muerta, por la, supuesta, ausencia de indicios de esta tesis concluyeron que no se puede concluir que le haya sucedido nada malo. Pido disculpas al lector por la redacción, en particular en lo que concierne a la expresión “concluyeron que no se puede concluir”, aunque fue el medio más eficaz para demostrar las dos últimas falacias citadas. Aunque, a título paradigmático, fíjese en otra frase “Si no se sabe quién se la llevó, entonces no se puede concluir que esté muerta” (argumentum ad ignorantium). Bien, aunque hechos que sustenten la tesis del rapto, ¡NI UNO! Nunca los hubo, ni los hay y, estoy por creer, que no los habrá.
Quedó patente que el documental realizado por los McCann fue la respuesta, in extremis, al documental de Gonçalo Amaral, inspirado en su obra “La Verdad de la Mentira”. De no ser así, y al no estar previsto otro documental, no se entiende por qué otras razones los actores invitados para el documental, en concreto la actriz que iba a representar a Kate McCann, no apareciera en la versión final. ¡Y PARA ESTO NO HAY HISTORIA DE LA MENTIRA QUE VALGA! ¡FUE UNA RESPUESTA DESCOORDINADA Y FALAZ, SIN SENTIDO! La desesperación, patente en la rabia, no siempre contenida, en concreto de Gerry McCann, nos llevaba a anticipar lo que vino a concretizarse: un proceso contra Gonçalo Amaral.
Bien, además de recomendar los últimos artículos de Duarte Levy y Paulo Reis a este propósito déjenme adelantar una (nueva) vieja cuestión.
La clásica estrategia anglo-sajona de intimidación tiene por costumbre amedrentar a los más débiles para avisar a los más fuertes. Se esperaba, por lo tanto, que los McCann procesaran a un periodista o blogger cualquiera antes de procesar a Gonçalo Amaral. ¡No lo hicieron!,
Volveré sobre este tema.
Termino, por hoy, afirmando, tal como lo hice en octubre de 2007, ¡TODA MI SOLIDARIDAD A GONÇALO AMARAL! ¡La Autoridad de los Argumentos vencerá a los Argumentos de la Autoridad! Así nos lo ha enseñado la Historia…
Traducción de Mercedes
Para hacer comentarios: Aquí
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Por Paulo Sargento
La Entrevista que Rita Jordão, corresponsal de SIC en Londres, realizó con el matrimonio McCann, y que la cadena emitió en mayo de 2009, parece haber constituido otra oportunidad de desesperada e inconsistente defensa de dos cuestiones, en la práctica, indefendible: la primer: la de que Madeleine está viva y la segunda, la de que aun no ha sido encontrada debido a un bloqueo resultante de la propagación de la tesis de Gonçalo Amaral que, además de afirmar que la niña está muerta, insiste en el hecho de que los padres tienen conocimiento de ello y, eventualmente, habrían ocultado el cadáver.
El principio de la entrevista está marcado por un estilo discursivo Mitcheliano en el que Gerry McCann es más competente de lo que lo es su mujer Kate. Considerando los dos últimos años como los “más largos” de su vida, Gerry consiguió, simultánea y sutilmente, afirmar que el tiempo pasó muy deprisa, “demasiado rápido”, paradoja que dio a Kate la oportunidad de, una vez más, inadvertidamente, sugerir su proceso de luto irreparable, cuando sustentó que los primeros momentos fueron los más duros de su vida y que, a pesar de que después no fueron “tan malos”, aun son dolorosos. Aunque esta es solo una cuestión de estilo al que ya estamos habituados.
Los gemelos, siempre introducidos en las conversaciones del matrimonio, por iniciativa propia o por sugerencia de los periodistas, ofrecen la oportunidad perfecta para introducir el tema de una familia incompleta que aguarda la llegada de un miembro para consagrar una especie de unión original, impregnado de la más suprema de las felicidades, donde una especie de omnipresencia mística (”ella siempre está con nosotros”) es materializada para la manutención demasiado exhibicionista de artilugios (la habitación de Maddie está intacta) y demostrada en las, implantadas, memorias y recuerdos “por poderes” de Sean y Amelie. A pesar de todo, a propósito de que todo está permanentemente harmonioso esperando a Maddie (desde los, atribuidos, anhelos de sus hermanos hasta la manutención de sus pertenencias) no deja de ser, cuanto menos, grotesco el hecho de vestir a Amelie con su ropa personal y, por encima, hacerle esa referencia. Y ¿qué decir de la apropiación de sus creencias relativas a lo sucedido, cuando Gerry dice que “ellos creen que (Maddie) fue raptada”? Claro que los niños creen lo que los adultos les dicen, aunque sea una esperanza vaga e incierta o, peor, una evidente mentira. Aunque los adultos también dicen muchas veces lo que les conviene sobre el pensamiento de los niños, aunque esto constituya, apenas, una interpretación sesgada o, también, una deliberada manipulación.
Permítanme que les confiese una cosa. Desde mi punto de vista personal, la periodista Rita Jordão hizo preguntas simples, de una forma simple, aunque muy, muy, inteligentes. Además, fue una de esas preguntas inteligentemente simples la que abrió camino a la cuestión más importante de toda la entrevista: la desmedida rabia y el enorme recelo en cuanto a la exposición mediática de Gonçalo Amaral, y de sus tesis, y el intento de asumir la exclusiva pro-actividad en la (pseudo) búsqueda de Madeleine McCann.
La pregunta clave fue la siguiente: “¿Cuál fue vuestro mayor temor de lo que podría haberle sucedido a Madeleine?”
Tal pregunta permitió poner en marcha toda una estrategia de desmontaje de los hechos, a través de falacias de varios tipos (en concreto Argumentum ad ignorantium, argumentum ad autoritatum, el modus tollens y el modus ponens resultantes de inversiones ilógicas de la negación de la consecuencia y en la afirmación del antecedente). - (Inciso: Mantengo también el texto original para vuestra consideracion) “Tal questão permitiu operacionalizar toda a estratégia de desmontagem dos factos, através de falácias de vários tipos (em particular argumentum ad ignorantium, argumentum ad autoritatum, modus tollens e modus ponens resultantes de inversões ilógicas na negação do consequente e na afirmação dos antecedente).”
Si al principio recelaron de que su hija hubiera sido raptada por un pedófilo y, posteriormente, molestada y muerta, por la, supuesta, ausencia de indicios de esta tesis concluyeron que no se puede concluir que le haya sucedido nada malo. Pido disculpas al lector por la redacción, en particular en lo que concierne a la expresión “concluyeron que no se puede concluir”, aunque fue el medio más eficaz para demostrar las dos últimas falacias citadas. Aunque, a título paradigmático, fíjese en otra frase “Si no se sabe quién se la llevó, entonces no se puede concluir que esté muerta” (argumentum ad ignorantium). Bien, aunque hechos que sustenten la tesis del rapto, ¡NI UNO! Nunca los hubo, ni los hay y, estoy por creer, que no los habrá.
Quedó patente que el documental realizado por los McCann fue la respuesta, in extremis, al documental de Gonçalo Amaral, inspirado en su obra “La Verdad de la Mentira”. De no ser así, y al no estar previsto otro documental, no se entiende por qué otras razones los actores invitados para el documental, en concreto la actriz que iba a representar a Kate McCann, no apareciera en la versión final. ¡Y PARA ESTO NO HAY HISTORIA DE LA MENTIRA QUE VALGA! ¡FUE UNA RESPUESTA DESCOORDINADA Y FALAZ, SIN SENTIDO! La desesperación, patente en la rabia, no siempre contenida, en concreto de Gerry McCann, nos llevaba a anticipar lo que vino a concretizarse: un proceso contra Gonçalo Amaral.
Bien, además de recomendar los últimos artículos de Duarte Levy y Paulo Reis a este propósito déjenme adelantar una (nueva) vieja cuestión.
La clásica estrategia anglo-sajona de intimidación tiene por costumbre amedrentar a los más débiles para avisar a los más fuertes. Se esperaba, por lo tanto, que los McCann procesaran a un periodista o blogger cualquiera antes de procesar a Gonçalo Amaral. ¡No lo hicieron!,
Volveré sobre este tema.
Termino, por hoy, afirmando, tal como lo hice en octubre de 2007, ¡TODA MI SOLIDARIDAD A GONÇALO AMARAL! ¡La Autoridad de los Argumentos vencerá a los Argumentos de la Autoridad! Así nos lo ha enseñado la Historia…
Traducción de Mercedes
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