---
El Mundo
EFE | Londres
Madeleine McCann, la niña británica desaparecida en Portugal en mayo del 2007, fue tratada como una "mercancía" por la prensa del Reino Unido, según ha denunciado su padre, Gerry McCann.
El progenitor de la menor, que desapareció del apartamento en Praia da Luz donde la familia veraneaba, se ha mostrado criticó con los medios de comunicación al declarar ante una comisión parlamentaria que investiga los estándares de la prensa y casos de libelo e invasión de la intimidad.
También ha declarado ante la comisión de Cultura, Deportes y Medios de Comunicación el presidente de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), Max Mosley, quien ha asegurado que la publicación por el diario 'The News of the world' de una noticia sobre su participación en una orgía con supuesta temática nazi tuvo efectos "terribles" en su vida.
Mosley ganó en el Reino Unido un caso por libelo sobre esas supuestas connotaciones nazis y planea llevar ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos las leyes británicas sobre protección de la intimidad.
El caso de Madeleine, que la Policía portuguesa dio por cerrado el pasado julio, pese a no haberse descubierto su paradero, acaparó la atención de la prensa en Gran Bretaña y otros países hasta varios meses después de haber sucedido.
McCann describe algunos de los artículos publicados sobre su hija de "sensacionalistas y falsos", y explicó que vieron que había presión sobre los periodistas para publicar noticias cuando no había nada que contar.
"Convirtieron a Madeleine en una mercancía y había que obtener beneficios", ha afirmado.
McCann ha resaltado que algunas de las noticias fueron "tergiversadas" o incluso "fabricadas", como las que afirmaban que Madeleine estaba muerta sin pruebas, lo que pudo haber perjudicado la investigación.
Vidas 'arruinadas'
El padre de la pequeña, que ahora tendría cinco años, opina que "debería haber algún tipo de control" sobre la prensa, ya que "tiene el potencial de arruinar la vida de las personas".
McCann ha explicado que desde el primer día los artículos estaban basados en conjeturas -"no nos ayudaron de ninguna manera", aseguró-, y él y su esposa, Kate, pronto decidieron que no iban a mirar la televisión ni leer los periódicos.
Tanto la pareja como los amigos que estaban con ellos cenando en un bar mientras la niña y sus hermanos dormían y el otro sospechoso del caso, Robert Murat, han ganado casos de libelo contra la prensa en Gran Bretaña y han sido indemnizados.
Tras tomar declaración a varios testigos, la comisión parlamentaria deberá presentar sus conclusiones sobre la legislación británica en relación a la prensa, que tradicionalmente ha tendido a proteger más la libertad de información que el derecho al honor o la intimidad.
Para hacer comentarios: Aquí
EFE | Londres
Madeleine McCann, la niña británica desaparecida en Portugal en mayo del 2007, fue tratada como una "mercancía" por la prensa del Reino Unido, según ha denunciado su padre, Gerry McCann.
El progenitor de la menor, que desapareció del apartamento en Praia da Luz donde la familia veraneaba, se ha mostrado criticó con los medios de comunicación al declarar ante una comisión parlamentaria que investiga los estándares de la prensa y casos de libelo e invasión de la intimidad.
También ha declarado ante la comisión de Cultura, Deportes y Medios de Comunicación el presidente de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), Max Mosley, quien ha asegurado que la publicación por el diario 'The News of the world' de una noticia sobre su participación en una orgía con supuesta temática nazi tuvo efectos "terribles" en su vida.
Mosley ganó en el Reino Unido un caso por libelo sobre esas supuestas connotaciones nazis y planea llevar ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos las leyes británicas sobre protección de la intimidad.
El caso de Madeleine, que la Policía portuguesa dio por cerrado el pasado julio, pese a no haberse descubierto su paradero, acaparó la atención de la prensa en Gran Bretaña y otros países hasta varios meses después de haber sucedido.
McCann describe algunos de los artículos publicados sobre su hija de "sensacionalistas y falsos", y explicó que vieron que había presión sobre los periodistas para publicar noticias cuando no había nada que contar.
"Convirtieron a Madeleine en una mercancía y había que obtener beneficios", ha afirmado.
McCann ha resaltado que algunas de las noticias fueron "tergiversadas" o incluso "fabricadas", como las que afirmaban que Madeleine estaba muerta sin pruebas, lo que pudo haber perjudicado la investigación.
Vidas 'arruinadas'
El padre de la pequeña, que ahora tendría cinco años, opina que "debería haber algún tipo de control" sobre la prensa, ya que "tiene el potencial de arruinar la vida de las personas".
McCann ha explicado que desde el primer día los artículos estaban basados en conjeturas -"no nos ayudaron de ninguna manera", aseguró-, y él y su esposa, Kate, pronto decidieron que no iban a mirar la televisión ni leer los periódicos.
Tanto la pareja como los amigos que estaban con ellos cenando en un bar mientras la niña y sus hermanos dormían y el otro sospechoso del caso, Robert Murat, han ganado casos de libelo contra la prensa en Gran Bretaña y han sido indemnizados.
Tras tomar declaración a varios testigos, la comisión parlamentaria deberá presentar sus conclusiones sobre la legislación británica en relación a la prensa, que tradicionalmente ha tendido a proteger más la libertad de información que el derecho al honor o la intimidad.
Para hacer comentarios: Aquí