Correio da Manhã
12 de septiembre de 2005
Figueira aun recuerda a la pequeña Joana
Una decena de habitantes de Figueira está inscrito como testigo en el proceso del supuesto homicidio de Joana, la niña golpeada hasta la muerte por su madre y tío, hace exactamente un año, en ese pueblo. El juicio comenzará dentro de un mes en el Tribunal de Portimão. Aun está por descubrir el cuerpo de la menor de ocho años.
“Fue un shock tremendo para todos. Nadie estaba preparado para enfrentarse con un crimen de esta naturaleza”, admite a CM uno de los testigos del proceso, que pidió no ser identificado.
Nuestro periódico pudo saber que, de la lista de personas llamadas a declarar, constan dos que vieron a la niña por última vez, junto a la iglesia de Figueira, cuando regresaba de un café, donde había ido a comprar un cartón de leche y dos latas de atún.
A estos testigos hay que añadir a la propietaria de un mini mercado donde la familia de Joana acostumbraba hacer compras diariamente. La residente convivió estrechamente con la menor y llegó a llevarla al médico en alguna ocasión. El eventual conocimiento de esta testigo sobre la vida de la menor podría ser fundamental durante el juicio.
El Tribunal de Jurado –integrado por tres jueces y cuatro jurados- oirá además a la propietaria de la pastelería donde la niña fue a hacer compras el día en que habría ocurrido el crimen, el 12 de septiembre de 2004, así como un miembro de la Escuela Primaria de Figueira, establecimiento de enseñanza que frecuentó.
Además de los testigos de Figueira, el Ministerio Público (MP) inscribió a otros 37, entre los cuales se encuentran miembros de la familia de los arguidos Leonor y Leandro y João Cipriano, así como el padrastro de la niña, familiares de este y un ex empleado de la chatarrería donde la Policía Judiciaria (PJ) llegó a efectuar registros en un intento de localizar el cuerpo. Algunos de estos testigos llegaron a ser arguidos, aunque los respectivos procesos fueron archivados por el MP. Seis inspectores de la PJ que estuvieron implicados en la investigación y dos militares de la GNR también irán a declarar al tribunal.
El momento crucial de la investigación, la casa donde Joana habría sido asesinada por su madre y tío, fue entre tanto ocupada. La pequeña morada está actualmente habitada por otra familia, ajena al pueblo, que se quiere mantener al margen del caso.
Los macabros acontecimientos registrados en la casa llevaron a la propietaria a enfrentarse a serias dificultades para conseguir un nuevo arrendatario. La casa de dos habitaciones, sala, cocina y cuarto de baño, fue limpiada y pintada después de finalizados los exámenes periciales realizados por técnicos del Laboratorio de la Policía Científica de la PJ, que extendieron la investigación a varios puntos del pueblo. Según la Acusación, Joana fue asesinada a golpes, al sorprender a su madre y su tío realizando un acto sexual.
(...)
José Carlos Eusébio
Traducción de Mercedes
Para hacer comentarios: Aquí
12 de septiembre de 2005
Figueira aun recuerda a la pequeña Joana
Una decena de habitantes de Figueira está inscrito como testigo en el proceso del supuesto homicidio de Joana, la niña golpeada hasta la muerte por su madre y tío, hace exactamente un año, en ese pueblo. El juicio comenzará dentro de un mes en el Tribunal de Portimão. Aun está por descubrir el cuerpo de la menor de ocho años.
“Fue un shock tremendo para todos. Nadie estaba preparado para enfrentarse con un crimen de esta naturaleza”, admite a CM uno de los testigos del proceso, que pidió no ser identificado.
Nuestro periódico pudo saber que, de la lista de personas llamadas a declarar, constan dos que vieron a la niña por última vez, junto a la iglesia de Figueira, cuando regresaba de un café, donde había ido a comprar un cartón de leche y dos latas de atún.
A estos testigos hay que añadir a la propietaria de un mini mercado donde la familia de Joana acostumbraba hacer compras diariamente. La residente convivió estrechamente con la menor y llegó a llevarla al médico en alguna ocasión. El eventual conocimiento de esta testigo sobre la vida de la menor podría ser fundamental durante el juicio.
El Tribunal de Jurado –integrado por tres jueces y cuatro jurados- oirá además a la propietaria de la pastelería donde la niña fue a hacer compras el día en que habría ocurrido el crimen, el 12 de septiembre de 2004, así como un miembro de la Escuela Primaria de Figueira, establecimiento de enseñanza que frecuentó.
Además de los testigos de Figueira, el Ministerio Público (MP) inscribió a otros 37, entre los cuales se encuentran miembros de la familia de los arguidos Leonor y Leandro y João Cipriano, así como el padrastro de la niña, familiares de este y un ex empleado de la chatarrería donde la Policía Judiciaria (PJ) llegó a efectuar registros en un intento de localizar el cuerpo. Algunos de estos testigos llegaron a ser arguidos, aunque los respectivos procesos fueron archivados por el MP. Seis inspectores de la PJ que estuvieron implicados en la investigación y dos militares de la GNR también irán a declarar al tribunal.
El momento crucial de la investigación, la casa donde Joana habría sido asesinada por su madre y tío, fue entre tanto ocupada. La pequeña morada está actualmente habitada por otra familia, ajena al pueblo, que se quiere mantener al margen del caso.
Los macabros acontecimientos registrados en la casa llevaron a la propietaria a enfrentarse a serias dificultades para conseguir un nuevo arrendatario. La casa de dos habitaciones, sala, cocina y cuarto de baño, fue limpiada y pintada después de finalizados los exámenes periciales realizados por técnicos del Laboratorio de la Policía Científica de la PJ, que extendieron la investigación a varios puntos del pueblo. Según la Acusación, Joana fue asesinada a golpes, al sorprender a su madre y su tío realizando un acto sexual.
(...)
José Carlos Eusébio
Traducción de Mercedes
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