O Crime – Edición Impresa
17 de septiembre de 2009
Página 6
André Carapeto
“¿Puede un tribunal portugués impedir que alguien hable sobre algo en Reino Unido? ¡Claro que no! ¿Puede un tribunal de Andorra impedir a alguien vender un libro en Estado Unidos? ¡No! Ningún tribunal puede dar órdenes sobre lo que sucede en otro país”, alega el antiguo parlamentario británico.
Desde que Madeleine McCann desapareció del apartamento 5A del Ocean club, en Praia da Luz, Portimão, el 3 de mayo de 2007, desde luego dos figuras destacadas en la defensa de la idea de que aun hay cosas que contar en este caso: el ex coordinador operacional de la Policía Judiciaria, Gonçalo Amaral, que formó parte de la investigación del caso desde su inicio, hasta el 2 de octubre de 2007, momento en el que fue destituido, y Anthony Bennett, el ex diputado y abogado inglés que creó la Fundación Madeleine. Ahora, el inglés invitó al portugués a una conferencia de la Fundación que tendrá lugar en febrero, en Inglaterra, donde se va a hablar del caso Maddie, aunque también para preparar la publicación del libro de Gonçalo Amaral en ese país. Es necesario ahora encontrar argumentos legales para desafiar la decisión judicial portuguesa que ha ordenado retirar el libro escrito por Amaral prohibiéndole hablar sobre el caso, en Portugal y el mundo.
¿Confirma que Gonçalo Amaral estará presente en una conferencia en Inglaterra, invitado por su fundación?
Sí, le invitamos por e-mail el 4 de agosto, tres días después de nuestra primera conferencia Internacional que tuvo lugar el día 1, en Barlow. Su mujer, Sofía, nos respondió amablemente a la invitación el día 26.
¿Cuál es la razón de esta invitación?
Hay un gran interés en torno a la desaparición de Madeleine McCann en Reino Unido y la única persona a la que queremos oír hablar del tema es a Gonçalo Amaral.
La Justicia portuguesa le ha prohibido hablar sobre sus teorías en cualquier punto del mundo, ¿por qué invitar a alguien que no puede hablar del tema?
Es necesario pensar en lo siguiente: ¿puede un tribunal portugués impedir que alguien hable de lo que sea en Reino Unido? ¡Claro que no! ¿Puede un tribunal de Andorra impedir que alguien venda un libro en los Estados Unidos? ¡No! Ningún tribunal puede dar órdenes sobre lo que sucede en otro país. Gonçalo Amaral es libre de venir a Inglaterra y hablar en nuestra conferencia, siempre que no viole las leyes inglesas, a través de la incitación a la violencia, discriminación racial o difamación.
¿Dónde va a tener lugar la conferencia?
Se realizará a 16 kilómetros de uno de nuestros grandes aeropuertos, el de Notingham Last Midlands, en Castle Donington, Derbyshire. Para mantenernos alejados de posibles seguidores de los McCann, hemos optado por mantener secreto el lugar exacto de la conferencia hasta la víspera de la misma, que tendrá lugar el 27 ó 28 de febrero.
¿Por qué tanto secretismo en torno a la organización del evento?
El encuentro está dirigido a quienes no creen que Maddie fue secuestrada, sino que están convencidos que ella murió en el apartamento 5A del complejo turístico de Praia da Luz. Incluso podrán asistir los periodistas si contactan con nosotros previamente.
¿Existe alguna razón en especial para que la conferencia se realice en febrero?
Escogimos esa fecha porque entendemos que sería buena idea realizarla seis meses después de la primera que tuvo lugar en agosto.
¿Tiene alguna relación la presencia de Gonçalo Amaral en Inglaterra con la posibilidad de que el libro que escribió sea publica en Reino Unido, con ayuda de su fundación?
Nosotros vamos a ayudarle a publicar y distribuir su libro de la forma que podamos aunque no sabemos cuándo será editado.
¿De qué forma va a ayudar la Fundación Madeleine a Gonçalo Amaral a publicar su libro en Inglaterra?
Como podamos. Por ejemplo, encontrando una editorial a tal efecto, ayudarlo en la distribución, o simplemente hablándole a la gente del libro, diciéndoles donde pueden comprarlo... El abandonó su carrera, tuvo decenas de miles de euros de gastos, todo por su profunda y sincera convicción sobre el destino de Maddi. El libro de Gonçalo Amaral está bien escrito, es detallado y persuasivo.
¿Por qué está resultando tan difícil la publicación en Inglaterra?
Hay una respuesta simple. El año pasado los McCann ganaron 700 mil euros en procesos por difamación contra el Express Newspaper Groups y otros periódicos ingleses. Dos meses después, Robert Murat recibió también una indemnización de 750 mil euros y su compañera Michaela Walczuch y su amigo Sergei Malinka, recibieron 125 mil euros cada uno. Después, seis de los siete amigos de los McCann recibieron también una indemnización de 450 mil euros, todo esto hace un total de 2 millones de euros. Ninguna editorial inglesa quiere correr el riesgo de perder mucho dinero si los demandan. Además de esto, los McCann están haciendo todo lo posible para impedir la publicación del libro.
La presencia del autor en vuestra conferencia ¿servirá también para expresar la voluntad de publicar el libro en su país?
Claro que sí, la conferencia será el momento ideal para darle publicidad.
Página 7
Carlos Saralva
El detective jubilado que lidera actualmente la búsqueda de Maddie nunca olvidó los casos que no consiguió resolver.
Son esos los que le atormentan, sobre todo el de una joven de 17 años asesinada por haberse negado a someterse a un “matrimonio pactado”.
Dave Edgar, 52 años, el ex policía británico contratado por los McCann para buscar a su hija desaparecida, vive atormentado con algunos de los casos que investigó a lo largo de su carrera, sobre todo los que no consiguió resolver. En concreto uno, como él mismo confesó a la prensa irlandesa. Se trata de una joven musulmana, Shaflea Ahmed, 17 años, que en 2003 desapareció misteriosamente, en algún lugar durante el trayecto entre su trabajo y el lugar donde residía con sus padres, en Warrington, Cheshire, cerca de Manchester. Cinco meses después, febrero de 2004, el cadáver de la joven de orgien paquistaní sería encontrado en el lecho de un rio, en Cumbría. En aquel momento, la policía sospechaba que se trataba de un “crimen de honor”, ya que Shaflea se habría negado a someterse a un “matrimonio pactado” por sus propios padres. Como protesta, decidió beber lejía y, en aquel momento, se quejó de sufrir abusos de manos de sus progenitores. Aunque, lo peor vendría después, con una muerte brutal, una ejecución que la policía siempre relacionó con su negativa a aceptar el destino conyugal que la familia había trazado para ella. Por lo demás, la familia de Shaflea, que hasta ahora nunca ha sido acusada de estar implicada en el delito, siempre se negó a colaborar con las autoridades. La investigación nunca consiguió llegar a los asesinos y el caso quedó grabado para siempre en la memoria de Dave Edgar, un recuerdo que lo atormenta siempre que se acuerda del cadáver horriblemente descompuesto de la joven, según confesó el mismo a la prensa de Ulster.
Otro caso que el detective irlandés y su equipo no consiguió resolver está relacionado con el asesino de una mujer de 31 años, madre de dos niños, regada con gasolina e incinerada a la puerta de una iglesia, en Cheshire, días antes de la Navidad de 1994. En aquél momento, las autoridades policiales recogieron más de dos mil declaraciones, aunque nunca consiguió resolver el caso e identificar a los asaltantes.
Mejor suerte
Felizmente para Edgar, la mayoría de las investigaciones sobre delitos altamente violentos a los que estuvo ligado, terminaron en éxito, con la identificación de los autores, su detención y condena. Fue el caso de Stephen Mottram, un homicida que apuñaló hasta la muerte al compañero de su ex mujer. Antes de detenerlo, la policía identificó a 800 personas y llegó a detener a tres por fuertes sospechas de llevar a cabo el crimen.
Mottram, 41 años, acabaría identificado a través del análisis de ADN que se rescató de material biológico en reducida cantidad recogido en la escena del crimen, igual que ocurrió en el caso Maddie, aunque con resultados muy distintos, a pesar de que los análisis fueron realizados en un reputado laboratorio británico.
La unidad a la que pertenecía Edgar resolvió también el caso de un hombre que raptó a su propia hija, de 13 años, le disparó con una pistola de aire comprimido, la estranguló y tiró el cadáver a una ribera. El estado en que fue encontrado el cadáver impresionó hasta al detective británico mejor preparado. Mientras tanto, a pesar de su currículum, ninguna investigación parece tan compleja como el desafía que aceptó Edgar al ser contratado para buscar a Madeleine McCann.
Secuestrada en una cueva
El ex policía desarrolló, mientras tanto, una teoría basada en casos más o menos recientes de mujeres rescatadas tras largos cautiverios.
Edgar dice estar convencido que Maddie está encarcelada por su raptor y que su destino se parece mucho al de las austríacas Natália Kampush y Elisabeth Fritzl, y la norteamericana Jaycee Dugard que fue liberada recientemente de su cautiverio. (Inciso: Esto si no tenemos en cuenta que en todos esos casos el secuestro FUE DEMOSTRADO, algo que no ha sucedido aun en el caso que ocupa a nuestro intrépido detective...)
Las sospechas del antiguo inspector tiene también una localización geográfica, ya que dice estar convencido –lo dijo esta semana en la prensa inglesa e irlandesa- que el escondrijo donde el raptor mantiene a Madeleine está un área de 10 millas alrededor de Praia da Luz, donde la niña desapareció hace más de dos años. Y cree que la búsqueda de Maddie conducirá, antes o después, al dicho escondrijo.
En medio, Edgar dio la cara por la desastrosa “pista australiana”, que se revelaría como “flop” (fracaso) digno del mejor novato.
Traducción de Mercedes
Comentario: Don Carlos ¿te quedaste descansado?
17 de septiembre de 2009
Ex diputado británico habla para O Crime
Página 6
André Carapeto
“¿Puede un tribunal portugués impedir que alguien hable sobre algo en Reino Unido? ¡Claro que no! ¿Puede un tribunal de Andorra impedir a alguien vender un libro en Estado Unidos? ¡No! Ningún tribunal puede dar órdenes sobre lo que sucede en otro país”, alega el antiguo parlamentario británico.
Desde que Madeleine McCann desapareció del apartamento 5A del Ocean club, en Praia da Luz, Portimão, el 3 de mayo de 2007, desde luego dos figuras destacadas en la defensa de la idea de que aun hay cosas que contar en este caso: el ex coordinador operacional de la Policía Judiciaria, Gonçalo Amaral, que formó parte de la investigación del caso desde su inicio, hasta el 2 de octubre de 2007, momento en el que fue destituido, y Anthony Bennett, el ex diputado y abogado inglés que creó la Fundación Madeleine. Ahora, el inglés invitó al portugués a una conferencia de la Fundación que tendrá lugar en febrero, en Inglaterra, donde se va a hablar del caso Maddie, aunque también para preparar la publicación del libro de Gonçalo Amaral en ese país. Es necesario ahora encontrar argumentos legales para desafiar la decisión judicial portuguesa que ha ordenado retirar el libro escrito por Amaral prohibiéndole hablar sobre el caso, en Portugal y el mundo.
¿Confirma que Gonçalo Amaral estará presente en una conferencia en Inglaterra, invitado por su fundación?
Sí, le invitamos por e-mail el 4 de agosto, tres días después de nuestra primera conferencia Internacional que tuvo lugar el día 1, en Barlow. Su mujer, Sofía, nos respondió amablemente a la invitación el día 26.
¿Cuál es la razón de esta invitación?
Hay un gran interés en torno a la desaparición de Madeleine McCann en Reino Unido y la única persona a la que queremos oír hablar del tema es a Gonçalo Amaral.
La Justicia portuguesa le ha prohibido hablar sobre sus teorías en cualquier punto del mundo, ¿por qué invitar a alguien que no puede hablar del tema?
Es necesario pensar en lo siguiente: ¿puede un tribunal portugués impedir que alguien hable de lo que sea en Reino Unido? ¡Claro que no! ¿Puede un tribunal de Andorra impedir que alguien venda un libro en los Estados Unidos? ¡No! Ningún tribunal puede dar órdenes sobre lo que sucede en otro país. Gonçalo Amaral es libre de venir a Inglaterra y hablar en nuestra conferencia, siempre que no viole las leyes inglesas, a través de la incitación a la violencia, discriminación racial o difamación.
¿Dónde va a tener lugar la conferencia?
Se realizará a 16 kilómetros de uno de nuestros grandes aeropuertos, el de Notingham Last Midlands, en Castle Donington, Derbyshire. Para mantenernos alejados de posibles seguidores de los McCann, hemos optado por mantener secreto el lugar exacto de la conferencia hasta la víspera de la misma, que tendrá lugar el 27 ó 28 de febrero.
¿Por qué tanto secretismo en torno a la organización del evento?
El encuentro está dirigido a quienes no creen que Maddie fue secuestrada, sino que están convencidos que ella murió en el apartamento 5A del complejo turístico de Praia da Luz. Incluso podrán asistir los periodistas si contactan con nosotros previamente.
¿Existe alguna razón en especial para que la conferencia se realice en febrero?
Escogimos esa fecha porque entendemos que sería buena idea realizarla seis meses después de la primera que tuvo lugar en agosto.
¿Tiene alguna relación la presencia de Gonçalo Amaral en Inglaterra con la posibilidad de que el libro que escribió sea publica en Reino Unido, con ayuda de su fundación?
Nosotros vamos a ayudarle a publicar y distribuir su libro de la forma que podamos aunque no sabemos cuándo será editado.
¿De qué forma va a ayudar la Fundación Madeleine a Gonçalo Amaral a publicar su libro en Inglaterra?
Como podamos. Por ejemplo, encontrando una editorial a tal efecto, ayudarlo en la distribución, o simplemente hablándole a la gente del libro, diciéndoles donde pueden comprarlo... El abandonó su carrera, tuvo decenas de miles de euros de gastos, todo por su profunda y sincera convicción sobre el destino de Maddi. El libro de Gonçalo Amaral está bien escrito, es detallado y persuasivo.
¿Por qué está resultando tan difícil la publicación en Inglaterra?
Hay una respuesta simple. El año pasado los McCann ganaron 700 mil euros en procesos por difamación contra el Express Newspaper Groups y otros periódicos ingleses. Dos meses después, Robert Murat recibió también una indemnización de 750 mil euros y su compañera Michaela Walczuch y su amigo Sergei Malinka, recibieron 125 mil euros cada uno. Después, seis de los siete amigos de los McCann recibieron también una indemnización de 450 mil euros, todo esto hace un total de 2 millones de euros. Ninguna editorial inglesa quiere correr el riesgo de perder mucho dinero si los demandan. Además de esto, los McCann están haciendo todo lo posible para impedir la publicación del libro.
La presencia del autor en vuestra conferencia ¿servirá también para expresar la voluntad de publicar el libro en su país?
Claro que sí, la conferencia será el momento ideal para darle publicidad.
Página 7
Detective contratado por los McCann atormentado por casos no resueltos
Carlos Saralva
El detective jubilado que lidera actualmente la búsqueda de Maddie nunca olvidó los casos que no consiguió resolver.
Son esos los que le atormentan, sobre todo el de una joven de 17 años asesinada por haberse negado a someterse a un “matrimonio pactado”.
Dave Edgar, 52 años, el ex policía británico contratado por los McCann para buscar a su hija desaparecida, vive atormentado con algunos de los casos que investigó a lo largo de su carrera, sobre todo los que no consiguió resolver. En concreto uno, como él mismo confesó a la prensa irlandesa. Se trata de una joven musulmana, Shaflea Ahmed, 17 años, que en 2003 desapareció misteriosamente, en algún lugar durante el trayecto entre su trabajo y el lugar donde residía con sus padres, en Warrington, Cheshire, cerca de Manchester. Cinco meses después, febrero de 2004, el cadáver de la joven de orgien paquistaní sería encontrado en el lecho de un rio, en Cumbría. En aquel momento, la policía sospechaba que se trataba de un “crimen de honor”, ya que Shaflea se habría negado a someterse a un “matrimonio pactado” por sus propios padres. Como protesta, decidió beber lejía y, en aquel momento, se quejó de sufrir abusos de manos de sus progenitores. Aunque, lo peor vendría después, con una muerte brutal, una ejecución que la policía siempre relacionó con su negativa a aceptar el destino conyugal que la familia había trazado para ella. Por lo demás, la familia de Shaflea, que hasta ahora nunca ha sido acusada de estar implicada en el delito, siempre se negó a colaborar con las autoridades. La investigación nunca consiguió llegar a los asesinos y el caso quedó grabado para siempre en la memoria de Dave Edgar, un recuerdo que lo atormenta siempre que se acuerda del cadáver horriblemente descompuesto de la joven, según confesó el mismo a la prensa de Ulster.
Otro caso que el detective irlandés y su equipo no consiguió resolver está relacionado con el asesino de una mujer de 31 años, madre de dos niños, regada con gasolina e incinerada a la puerta de una iglesia, en Cheshire, días antes de la Navidad de 1994. En aquél momento, las autoridades policiales recogieron más de dos mil declaraciones, aunque nunca consiguió resolver el caso e identificar a los asaltantes.
Mejor suerte
Felizmente para Edgar, la mayoría de las investigaciones sobre delitos altamente violentos a los que estuvo ligado, terminaron en éxito, con la identificación de los autores, su detención y condena. Fue el caso de Stephen Mottram, un homicida que apuñaló hasta la muerte al compañero de su ex mujer. Antes de detenerlo, la policía identificó a 800 personas y llegó a detener a tres por fuertes sospechas de llevar a cabo el crimen.
Mottram, 41 años, acabaría identificado a través del análisis de ADN que se rescató de material biológico en reducida cantidad recogido en la escena del crimen, igual que ocurrió en el caso Maddie, aunque con resultados muy distintos, a pesar de que los análisis fueron realizados en un reputado laboratorio británico.
La unidad a la que pertenecía Edgar resolvió también el caso de un hombre que raptó a su propia hija, de 13 años, le disparó con una pistola de aire comprimido, la estranguló y tiró el cadáver a una ribera. El estado en que fue encontrado el cadáver impresionó hasta al detective británico mejor preparado. Mientras tanto, a pesar de su currículum, ninguna investigación parece tan compleja como el desafía que aceptó Edgar al ser contratado para buscar a Madeleine McCann.
Secuestrada en una cueva
El ex policía desarrolló, mientras tanto, una teoría basada en casos más o menos recientes de mujeres rescatadas tras largos cautiverios.
Edgar dice estar convencido que Maddie está encarcelada por su raptor y que su destino se parece mucho al de las austríacas Natália Kampush y Elisabeth Fritzl, y la norteamericana Jaycee Dugard que fue liberada recientemente de su cautiverio. (Inciso: Esto si no tenemos en cuenta que en todos esos casos el secuestro FUE DEMOSTRADO, algo que no ha sucedido aun en el caso que ocupa a nuestro intrépido detective...)
Las sospechas del antiguo inspector tiene también una localización geográfica, ya que dice estar convencido –lo dijo esta semana en la prensa inglesa e irlandesa- que el escondrijo donde el raptor mantiene a Madeleine está un área de 10 millas alrededor de Praia da Luz, donde la niña desapareció hace más de dos años. Y cree que la búsqueda de Maddie conducirá, antes o después, al dicho escondrijo.
En medio, Edgar dio la cara por la desastrosa “pista australiana”, que se revelaría como “flop” (fracaso) digno del mejor novato.
Traducción de Mercedes
Comentario: Don Carlos ¿te quedaste descansado?