24 de abril de 2009

Caso Madeleine McCann – La amiga de los McCann jura haber visto al secuestrador de Maddie

O Crime - Edición impresa

Las misteriosas llamadas de Jane Tanner

El testimonio de Jane Tanner raramente fue coincidente (o incluso convincente) con los amigos de los McCann que se sentaron a la mesa del “Tapas Bar”, la fatídica noche del 3 de mayo de 2007. Empezando por el espacio temporal que discurrió entre la desaparición de Maddie y la revelación sorpresa de Tanner, cuando juró haber visto un hombre sospechoso transportando una criatura cuya complexión física se correspondía con la de Madeleine.

Posteriormente a esta revelación, que obligó a la PJ a una línea de investigación que se revelaría estéril, las autoridades portuguesas pretendían conocer, con detalle, los contactos telefónicos que Tanner efectuó y recibió, en un período que se encuadra en la hora probable de la desaparición de Maddie.

En la carta rogatoria que se envió a Reino Unido, en diciembre de 2007 y que no tuvo respuesta hasta mucho más tarde, las autoridades nacionales preguntaron a Tanner sobre esas llamadas efectuada entre los días 2 y 4 de mayo. Hay constancia de contacto con, por lo menos, un número de teléfono portugués, mensajes SMS y otras llamadas entre números ingleses. En las declaraciones llevadas a cabo, cerca de 4 meses más tarde, en suelo británico, Tanner nunca aclaró cabalmente estos contactos.

La PJ quería saber quién era el usuario del móvil portugués que llamó a Tanner el 4 de mayo a las nueve y media de la noche y a quien envió un SMS sobre una hora más tarde. Después, hay registro de un intercambio de llamadas entre otros números, algunos durante períodos bastante largos. A juzgar por el lapso de memoria, Tanner tampoco fue coherente en las declaraciones que realizó en Portugal, concretamente en lo que se refiere al avistamiento del supuesto raptor y al hecho de haber, o no, mentido, cuando aseguró que se había cruzado con Gerry y con un amigo, de camino al “Tapas Bar”.

Cuando fue interrogada por la PJ, Tanner dijo a los investigadores que fue a cenar al “Tapas”, a las 20h30 estando allí la mayoría de los adultos, sin sus respectivos hijos. La propia Tanner había dormido a su hija mayor, dejando a la otra al cuidado de su padre. Casi una hora después, Tanner se levantó para ir a su apartamento y verificar el sueño de las niñas. Gerry McCann había salido un poco antes y en ese momento se había encontrado con un productor de televisión conocido y se quedó manteniendo una pequeña conversación. Tanner jura que pasó junto a ellos y dice haberse fija en un hombre pasando con una criatura en brazos, con paso apresurado. Recuerda pormenores, como el hecho de que la criatura llevaba puesto un pijama aunque sin estar tapada por una manta. Dice que lo vio de lado aunque aun así lo describe de forma pormenorizada. Habla de un individuo moreno, de entre 35 y 40 años, delgado, aproximadamente de 1,70 m de estatura, cabello muy oscuro, pantalón de lino beige, zapatos clásicos y una forma peculiar de caminar.

Tantos pormenores

En la misma declaración, Tanner es menos concluyente sobre lo que vestía la criatura, sugiriendo que se trataba de un pijama de color claro con flores.

Basándonos en el testimonio de Tanner, el secuestrador y la criatura habrían pasado delante del restaurante “Tapas”, una calle bastante transitada, sobre todo en verano. Pero nadie lo vio por allí. Además de esto, Jane se cruzó con el productor de televisión que habla con el padre de Maddie. Lo que pasa es que los dos hombres, cuando fueron interrogados por la PJ, dijeron que no habían visto al hombre del que habla Jane. ¿Cómo se explica que tres personas que están en la misma calle, a la misma hora y solo uno haya visto al hombre con una criatura en brazos que se cruzó con los tres? ¿Podría Jane haber facilitado una pista falsa? ¿Fue víctima de un milagro? La PJ insistió, en explorar las aparentes discrepancias en el primer testimonio de Tanner, concretamente por qué, después de haberse dado la alerta de la desaparición de la niña, no avisó después a los McCann sobre el avistamiento de un individuo en relación al cual retuvo tantos pormenores físicos.

Jane, 38 años, natural de Exeter, gerente de marketing, dos hijas (3 y 5 años) vivía en unión de hecho con Russell O’Brien, el médico que aseguró haber visto a Murat junto al apartamento de los McCann la noche de la desaparición.

Cierto es que las declaraciones a la PJ de las nueve personas que se sentaron a la mesa del “Tapas”, la noche del 3 de mayo de 2007, nunca fueron creíbles, los testimonios no encajan, persisten las discrepancias sobre lo que hicieron o vieron esa noche los colegas que en diferentes momentos se ausentaron de la cena. Sumado todo, no fue posible para los investigadores construir un escenario coherente para el crimen. O sea, se instaló en aquel momento una duda inmediata que con el paso del tiempo se convirtió en permanente: alguien mintió. Es cierto que el proceso acabó archivado y los dos únicos arguidos constituidos, Gerry y Kate, acabarían también por ser liberados de cualquier implicación. Maddie parece haberse evaporado.

Carlos Saraiva

Retratos para todos los gustos

La versión de Tanner incluso sirvió para que los investigadores contratados por los McCann realizasen un retrato robot. La imagen acabó desacreditada en varias ocasiones. Peritos informáticos llegaron a descartarlo concluyendo que mostraba caras conocidas relacionadas con el caso. Un criador de cerdos algarveño fue oído por la PJ, ya que tenía un vago parecido con el rostro retratado.

Ya antes, en 2007, después de las declaraciones de Jane Tanner, fue divulgado un dibujo de un hombre que se correspondía con la descripción de la testigo. Se trataba de un individuo moreno, delgado y de pelo oscuro.

En agosto de 2008, la prensa inglesa divulga los retratos mencionados de dos supuestos sospechosos del secuestro de Maddie, realizado a partir de las indicaciones de un matrimonio de turistas británicos que estaban en Praia da Luz en el momento en que la niña inglesa desapareció.

Los detectives de los McCann contrataron a un sospechoso de haber violado a su propia hija

Cuando se contrata a alguien es necesario investigar bien su currículo. Pero tamaña precaución no debieron tenerla los expeditos detectives de “Método 3”, la empresa española que prometió encontrar el rastro de Maddie. Para eso mismo contrataron en el Algarve a un hombre sospechoso de estrangular a una prostituto cuyo cadáver fue encontrado en noviembre pasado, en Pinhal do Ludo, próximo a Faro y que también está acusado de violar a su hija de 19 años.

En el caso de la prostituta, el coche del sospechoso, de 40 años, fue sometido a un examen pericial que detectó ADN compatible con el de la víctima, probando de esta forma que la mujer, de 37 años, natural de Coimbra, estuvo en el coche.

En octubre de 2007, la hija de A.D. presentaba una demanda contra este por violación. La joven, de 19 años, residía en aquel momento en Elvas, Alentejo, y había ido al Algarve para visitar a su padre, que la convenció para dar un paseo en coche y acabaría por violarla. Actualmente se encuentra en prisión preventiva por este delito, aunque ya había estado preso con anterioridad, también por violación.

A.D. consiguió, mientras tanto, atraer la atención de Método 3 después de haberse insinuado también en la investigación del “caso Joana” la niña algarveña que desapareció del pueblo de Figueira. Hizo saber que João Cipriano, el tío de la niña condenado por homicidio, le había confesado que Joana estaba viva y había sido vendida. Método 3 habría visto en esta proximidad alguna traza de competencia para probar esa hipótesis y, en caso de conseguirlo, vaciar la investigación de la PJ que ya en aquel momento iba en el sentido de admitir que Maddie había muerto en el apartamento de Praia da Luz. Mientas tanto, el contratado se reveló como un “bluff”, nada se descubrió de relevante en relación a Joana. Acabaría por desentenderse de los detectives y llegó a acusarlo de intentar matarle.

Método 3 fue contratada por los McCann para encontrar a Madeleine, pero, pasados 2 años, la empresa descubrió menos que alguien sentado en el sofá de su casa. El director de la firma de detectives llegó a declarar a los siete vientos que sabía quien había secuestrado a Madeleine y que la niña estaba viva. Mientras tanto, muchos millares de euros después, tantos como los que fueron cobrados hasta la fecha.

Traducción de Mercedes

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