Dice el Dr. Amaral en su último artículo, que las víctimas y los familiares, tienen derecho a saber quienes fueron los responsables de la comisión del delito y yo añado, que todos los delitos, son un atentado contra la paz social, o sea contra la sociedad misma; por lo tanto todos tenemos derecho a conocer sin intromisiones de ningún tipo, el delito cometido, sea por acción u omisión.
Hasta aquí, todo perfecto, pero si analizamos el caso desde el más puro sentido positivista u objetivo, nos damos cuenta de que los delincuentes son muchos. Unos por mentir, otros por enmascarar un hecho delictivo, otros por ocultar pruebas, otros por fraude de Ley, otros por valerse de artimañas para hacer aparentar algo que no es...y así podríamos confeccionar una larga lista con nombres y apellidos de cuantos han delinquido. Si a ésta lista le añadimos el concepto de ética profesional, la lista sería enorme. Lamentablemente vivimos en una sociedad , construida con argucias legales y patrañas mediáticas, que protegen siempre a ciertos grupos de poder, que se sitúan por encime de la Ley y que cuentan con el apoyo de personas o personajetes en todos los ámbitos de poder, tanto legal, como económico y/o político. Es por esto que cuando en mi intento de comprender el porqué del trato VIP, que se les otorgaba, me di cuenta de que lo que menos interesaba era el esclarecimiento del caso, porque iba más allá de una investigación policial y había que barajar bien, para que las mejores cartas las llevaran siempre los mismos.
Los Jueces no son superhombres, como tampoco lo son los policías. La mayoría lleva a cabo su trabajo con excelencia y con los pocos o restringidos medios que ponen a su disposición, deben sortear todos los obstáculos que les ponen en su camino gente sin ninguna clase de pudor o vergüenza. Muchas veces, estos obstáculos provienen de dentro mismo, por personas aliadas a estos poderes económicos.
Por lo tanto Sr. Amaral, aquí estamos, esperando conocer los nombres y apellidos de los responsables de la desaparición de Madeleine, del archivo del sumario o de cualquier otra acción u omisión cometida, sea por magistrados, fiscales, políticos, policías o cualquier interviniente en este caso.
El día que eso suceda, podremos decir que en nombre de Madeleine y de toda la sociedad, se habrá hecho justicia.
Armando - Colaborador habitual de este blog
Para hacer comentarios: Aquí
Hasta aquí, todo perfecto, pero si analizamos el caso desde el más puro sentido positivista u objetivo, nos damos cuenta de que los delincuentes son muchos. Unos por mentir, otros por enmascarar un hecho delictivo, otros por ocultar pruebas, otros por fraude de Ley, otros por valerse de artimañas para hacer aparentar algo que no es...y así podríamos confeccionar una larga lista con nombres y apellidos de cuantos han delinquido. Si a ésta lista le añadimos el concepto de ética profesional, la lista sería enorme. Lamentablemente vivimos en una sociedad , construida con argucias legales y patrañas mediáticas, que protegen siempre a ciertos grupos de poder, que se sitúan por encime de la Ley y que cuentan con el apoyo de personas o personajetes en todos los ámbitos de poder, tanto legal, como económico y/o político. Es por esto que cuando en mi intento de comprender el porqué del trato VIP, que se les otorgaba, me di cuenta de que lo que menos interesaba era el esclarecimiento del caso, porque iba más allá de una investigación policial y había que barajar bien, para que las mejores cartas las llevaran siempre los mismos.
Los Jueces no son superhombres, como tampoco lo son los policías. La mayoría lleva a cabo su trabajo con excelencia y con los pocos o restringidos medios que ponen a su disposición, deben sortear todos los obstáculos que les ponen en su camino gente sin ninguna clase de pudor o vergüenza. Muchas veces, estos obstáculos provienen de dentro mismo, por personas aliadas a estos poderes económicos.
Por lo tanto Sr. Amaral, aquí estamos, esperando conocer los nombres y apellidos de los responsables de la desaparición de Madeleine, del archivo del sumario o de cualquier otra acción u omisión cometida, sea por magistrados, fiscales, políticos, policías o cualquier interviniente en este caso.
El día que eso suceda, podremos decir que en nombre de Madeleine y de toda la sociedad, se habrá hecho justicia.
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