Correio da Manhã
13 de junio de 2009
Impartir justicia no es compatible con pesquisas o investigaciones prolongadas ni con archivos prematuros o tardíos. La culpa no puede morir soltera. Las víctimas y sus familiares tienen derecho a saber quienes fueron los responsables de la comisión del delito o del archivo resultante de presiones, políticas o de otro tipo, o simplemente por la inacción de los magistrados titulares de los casos.
Siendo cierto que la muerte de una golondrina no determina el fin de la primavera, no es menos cierto que los casos de magistrados menos celosos y casi inertes se van acumulando, la justicia tarde o no se lleva a cabo nunca, lo que potencia reacciones contra el poder judicial. Nuestros magistrados, en su gran mayoría, son excelentes profesionales que a se toman la realización de la justicia y la defensa de los derechos fundamentales como una causa.
Aunque, un cuerpo jerarquizado como es el Ministerio Público, ni se entiende ni se acepta que la pseudo-autonomía de tales magistrados dé lugar a actitudes opuestas. No somos dependientes de la ley sino de la buena voluntad y profesionalidad de este o aquel magistrado.
La lotería en que se transforman los asuntos judiciales y la propia impartición de la justicia tiene que terminar. Los plazos de la investigación, ya largos de por si, existen para ser cumplidos, no siendo necesario agotarlos ni sobrepasarlos.
Gonçalo Amaral, Ex-coordinador de la PJ
Traducción de Mercedes
13 de junio de 2009
Impartir justicia no es compatible con pesquisas o investigaciones prolongadas ni con archivos prematuros o tardíos. La culpa no puede morir soltera. Las víctimas y sus familiares tienen derecho a saber quienes fueron los responsables de la comisión del delito o del archivo resultante de presiones, políticas o de otro tipo, o simplemente por la inacción de los magistrados titulares de los casos.
Siendo cierto que la muerte de una golondrina no determina el fin de la primavera, no es menos cierto que los casos de magistrados menos celosos y casi inertes se van acumulando, la justicia tarde o no se lleva a cabo nunca, lo que potencia reacciones contra el poder judicial. Nuestros magistrados, en su gran mayoría, son excelentes profesionales que a se toman la realización de la justicia y la defensa de los derechos fundamentales como una causa.
Aunque, un cuerpo jerarquizado como es el Ministerio Público, ni se entiende ni se acepta que la pseudo-autonomía de tales magistrados dé lugar a actitudes opuestas. No somos dependientes de la ley sino de la buena voluntad y profesionalidad de este o aquel magistrado.
La lotería en que se transforman los asuntos judiciales y la propia impartición de la justicia tiene que terminar. Los plazos de la investigación, ya largos de por si, existen para ser cumplidos, no siendo necesario agotarlos ni sobrepasarlos.
Gonçalo Amaral, Ex-coordinador de la PJ
Traducción de Mercedes