Joao Grade defendió a Leonor Cipriano de las acusaciones del ex inspector de la PJ
Texto Rute Coelho
Ironías de la vida: Gonçalo Amaral, quien ante un tribunal ayudó a condenar a la madre de Joana por la muerte de su hija, realizará la práctica jurídica, a partir de enero, en el despacho de Portimão de João Grade dos Santos, el primero abogado de Leonor Cipriano.
João Grade, a su vez, dejó la defensa de Leonor –quien lo cambió por el abogado Marcos Aragão Correia- la víspera del juicio contra los cinco inspectores y ex inspectores de la PJ acusados por el Ministerio Público de torturas a la madre de Joana.
“Desde el primero momento del caso Joana nunca me olvidé de que yo solo era un abogado, desempeñando mi papel, y Amaral era un policía”, dijo a 24horas João Grade dos Santos.
“Fue Gonçalo quien contactó conmigo para que yo dirigiera sus prácticas, lo que debería comenzar en enero. Como él reside en Portimão y yo tengo un despacho creo que me eligió por una cuestión práctica”, explica. “Esa será la razón, en caso contrario, habría propuesto el despacho de su abogado, António Cabrita (Presidente del Distrito de Faro del Colegio de Abogados), con quien él tiene una excelente relación”, explica el abogado.
Hace meses que João Grade dos Santos y Gonçalo Amaral iniciaron contactos regulares. “Hablamos muchas veces”, dice el padrino del inspector jubilado. João Grade incluso cree que el ex inspector que lideró la investigación del caso Joana “puede haber sido ajusticiado en el proceso por tortura contra Leonor Cipriano”.
Gonçalo Amaral acabó por ser condenado, el 22 de mayo de este año, a una pena de un año y seis meses de prisión, suspendida por igual período, por el delito de falso testimonio. Fue absuelto del delito de omisión de denuncia. El ex coordinador de la investigación del caso Joana ha recurrido su sentencia.
“Sabe más que un pasante de 20 años”
Según las normas del Colegio de Abogados (OA), la práctica se inicia en el propio Colegio durante seis meses y solo después el candidato puede comenzar la experiencia práctica en un despacho de abogados. Siempre es el candidato quien tiene que encontrar un padrino. El período de práctica, en total, dura casi tres años. Después aun hay que pasar los exámenes de ingreso en el Colegio para ser aceptado como abogado.
João Grade dos Santos confía en la capacidad de su nuevo pasante. “Mi instinto me dice que Gonçalo va a ser muy bueno. Tiene buen olfato y una carrera brillante en la Policía Judiciaria: llegó a coordinador en un momento en que los inspectores aun se llamaban agentes”, elogia, considerando que “con su experiencia, ya sabe bastante más que un pasante de 20 y pocos años”.
La investigación criminal da experiencia. “No tengo duda de que va a ser muy bueno en el campo del derecho penal”, dice. En cuanto a otras áreas, como el derecho civil o de familia, el futuro “maestro” del pupilo Amaral apuesta por la facilidad del alumno para aprender. “Yo después le explico como funciona un proceso. No sabrá hacer a la primera un divorcio o una acción de desalojo, aunque creo que aprenderá rápidamente”. El padrino y el pasante son de la misma generación. João Grade dos Santos tiene 51 años, Amaral 50.
Gonçalo de Sousa Amaral nació el 2 de octubre de 1959 en la aldea de Torredeita, cerca de Viseu. Realizó la carrera de Ingeniería en ISEL (Instituto Superior de Ingeniería de Lisboa) y en el IST (Instituto Superior Técnico).
Después de 10 años como agente de la Policía Judiciaria decidió comenzar la carrera de Ciencias Jurídicas y Penales en la Facultad de Derecho de Lisboa. Realizó la carrera entre 1992 y 1997, por nocturno, como consta en la reseña biográfica del libro que escribió sobre el caso Maddie, “La Verdad de la Mentira”.
En ese mismo momento, en 1997/1998 realizó el curso de subinspectores de la Policía Judiciaria, habiendo sido el primer clasificado entre 100 alumnos.
En el año 2000 y 2001 completó el curso de coordinadores de la PJ. Ejerció funciones en Lisboa, en el Algarve y en las Azores. Su competencia fue vinculada a investigaciones de delitos violentos y organizados: robos, homicidios, tráficos de estupefacientes.
La mancha en una carrera ampliamente reconocida en medios policiales y judiciarios fue el caso Maddie, cuya investigación coordinó entre el 3 de mayo y el 2 de octubre de 2007. Debido a este caso, Gonçalo Amaral se vio apartado de la PJ, “en un acto inédito en la historia de la Policía Judiciaria”, según dice la nota biográfica.
El 1 de julio de 2008 se jubiló, después de 27 años de carrera policial, aunque no ocultó, en aquel momento, la tristeza que sintió. “Yo fui el único coordinador apartado de una investigación criminal, aun en marcha, lo que es un acto muy peligroso. Y no digo más”, declaró a un periódico el día 1 de julio de 2008, poco después de abandonar la Policía Judiciaria de Faro, a las 17h30, su último día de trabajo.
Gonçalo Amaral afirmó además, a la agencia Lusa, que una de las principales razones para haber solicitado la jubilación de la PJ fue para recuperar su “libertad de expresión” y consecuentemente poder defenderse.
El ex inspector escribió entre tanto un libro sobre el caso Maddie, “La Verdad de la Mentira”, donde explica la línea de investigación que fue seguida, concretamente la hipótesis de que ocurrió un accidente en el apartamento de los McCann y que estos estarían implicados en la ocultación del cadáver.
La respuesta de los McCann no tardó. El 9 de septiembre pasado, el Tribunal Civil prohibió la venta del libro “La Verdad de la Mentira” así como el documental basado en esta obra.
La decisión fue tomada por la Sección 13ª de lo Civil de Lisboa, dando la razón a la providencia cautelar del matrimonio McCann, que solicitaba la prohibición de la venta del libro de Gonçalo Amaral.
Amaral tiene sus bienes embargados
Kate y Gerry McCann son una china en el zapato de Gonçalo Amaral. El ex inspector ha sido imposibilitado por el tribunal de realizar declaraciones sobre el contenido de su libro y documental basado en el.
Con anterioridad, en el marco de la providencia cautelar, el matrimonio McCann pidió 1,2 millones de euros de indemnización a Amaral. Debido a esta acción civil, el ex inspector ha visto sus bienes embargados, concretamente su participación en la empresa unipersonal, un tercio de sus beneficios como gerente y ganancias abonadas a esa sociedad en concepto de derechos de autor o comerciales genéricos a cuenta de sus trabajos embargados.
“Esto es un cerco. Están intentando asfixiarme en la burocracia”, afirmó Gonçalo Amaral a un periódico, añadiendo estar “privado del derecho fundamental de la libertad de expresión” y enfrentado a. “constreñimiento” en cuanto a su defensa.
Su abogado, António Cabrita, adjuntó una respuesta a la petición de indemnización, alegando que “lo que está en causa es una decisión inconstitucional” que viola el “derecho de expresión”. Gonçalo Amaral estuvo ayer indisponible para hablar con 24horas.
Traducción de Mercedes
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