Nota: Esta noticia fue publicada originalmente el día 21 de noviembre por el Timesonline ¿Ahora el Times se dedica a enviar "comunicados de prensa" de sus artículos? ¿Por qué querría el Team McCann publicitar esta información? ¿Será que en el marco de la nueva campaña "de búsqueda" se están gastando "algo" de dinero en "su campaña de imagen"?
E. J. BLASCO | LONDRES - 23-11-09
Se hacía pasar por agente secreto, pero, después de embolsarse personalmente unos 330.000 euros, todo el material que aportó a los McCann fueron imágenes de Google Earth, que están al alcance de cualquiera con sólo entrar en internet y que no ofrecen ningún tipo de pista sobre lo que le ocurrió a la pequeña Madeleine, desaparecida hace dos años en el Algarve portugués.
El británico Kevin Halligen, buscado por el FBI, ha hecho de la impostura todo un negocio. Se casó en Estados Unidos en una ceremonia en la que un actor hacía de cura y en la que utilizó un nombre falso convenciendo a la novia de que, como espía, no podía usar su nombre verdadero. Cuenta con una mansión de más de un millón de euros pagada con dinero presuntamente obtenido en una actividad de vertidos de basura tóxica en África. Entre la cartera de estafados de Kevin Halligan están ahora los británicos McCann, padres de la niña desaparecida en 2007.
La «experiencia española»
El supuesto agente secreto se aproximó a los padres de Madeleine simulando cierto secretismo propio de los servicios de inteligencia -«actuaba como si fuera un espía al estilo de James Bond», decía ayer «The Sunday Times», citando fuentes próximas a la familia de Maddie-, y prometiéndoles imágenes de satélite e información sobre el tráfico telefónico de la noche en la que desapareció la niña. Con una compañía propia denominada Oakley International, con sede en Washington, aseguraba que obtendría esos documentos gracias a sus contactos en la capital de EE.UU.
Los McCann ya contaban con los servicios de la empresa española de detectives Método 3, pero la ausencia de resultados les llevó a contratar también a Halligen, a quien se le pagaron 550.000 euros procedentes del fondo creado a partir de donativos para ayudar a encontrar a Madeleine McCann.
La mayor parte de ese dinero fue a parar al propio bolsillo del estafador, sin que éste pagara a otros investigadores a los que había subcontratado parte del trabajo. Con las ganancias, Halligen se ha pagado vuelos en primera clase, exclusivos hoteles y coches con chófer, según «The Sunday Times».
La familia McCann rompió en octubre del año pasado toda relación con el falso detective, pero la actividad estafadora de éste ha continuado y ahora el FBI le busca por el fraude de Trafigura, una compañía acusada de vertidos de material tóxico en África. La pasada semana el departamento de Justicia estadounidense reclamó la detención por su implicación en este caso.