Tratamiento VIP para los McCann
El matrimonio McCann sigue recibiendo honores de Estado, como si de miembros del Gobierno británico se tratasen: aparte de la escolta para el aeropuerto del Algarve, de donde “huyeron” hacia su Inglaterra, hace más de dos años, después de ser constituidos arguidos en el Algarve, en el marco de la investigación de la Policía Judiciaria de Faro, regresaron ahora a nuestro país para “prohibir” la venta del libro del inspector Gonçalo Amaral, como si de héroes se tratasen. Si no veamos: trataron con los periodistas en el aeropuerto como si fuesen “estrellas” –Messi o Kaká no lo harían mejor- y, para completar el “circo”, entraron en el Palacio de Justicia de Lisboa por la puerta reservada a los magistrados, un tratamiento VIP que no se recuerda.
El Estado portugués, como siempre avergonzado ante el poder de algunos –¿quién no recuerda el “caso” de la masacre de Ambriz, con Angola, en tiempos de Durão Barroso?- se inclina ante las grandes influencias y nos ofrece otra demostración de deprimente subordinación a los poderes internacionales instituidos. Sería importante que le Ministerio de Justicia –o de Asuntos Exteriores, ¿por qué no? – explicase por qué motivo Kate y Gerry “tienen derechos” a entrar “por la puerta de atrás” de lo que es el “ex-líbris” de la Justicia Portuguesa... y, en el polo opuesto, casos de niños en peligro, como las célebres Esmeralda (el sargento) o Alexandra (la niña rusa) se tratan en la plaza pública, sin derecho a entradas VIP o de cualquier otro tipo de privacidad.