O Crime - Edición impresa
Entrevista exclusiva con los McCann
Carlos Saralva/Emanuel Câmara
Kate y Gerry McCann insisten que el ex coordinador de la PJ “no consiguió consolidar hechos que permitiesen extraer las conclusiones que presenta en su libro” y que “ninguno de los implicados en la investigación hizo más de lo que le correspondía, excepto Gonçalo Amaral, que acusó a dos personas que un fiscal y un juez determinaron que eran inocentes”.
“O Crime” - ¿Cuál es vuestra reacción sobre el libro de Gonçalo Amaral?
Kate McCann: En este momento, no nos pronunciaremos sobre el libro, cuyo contenido desconocemos.
En una entrevista a la revista “Nova Gente”, esta semana, el ex coordinador de la PJ los acusa de haberle arruinado...
Durante el proceso de recopilación de información para los dos procesos civiles que hemos interpuesto, quedó patente que el ex inspector ya tenía deudas con anterioridad. Léanse algunos artículos publicados en diversos medios de comunicación sobre su situación patrimonial. Hasta la fecha, ningún bien propiedad de Gonçalo Amaral se encuentra fuera de su disponibilidad, por razones relacionadas con los procesos interpuestos por la familia McCann, ni siquiera los únicos dos euros que tenía depositados en sus cuentas bancarias.
Amaral dice también que este proceso está destruyendo a su familia. ¿Qué comentarios les merece esta situación?
Contrariamente a Gonçalo Amaral, entendemos que no nos debemos pronunciar sobre ninguna situación relacionada con su familia.
Gonçalo Amaral alega que, lo que escribió en su anterior libro “La Verdad de la Mentira”, corresponde a los hechos que constan en la investigación policial. Siendo así, ¿por qué razón no procesan a la propia PJ? (Inciso: En todo caso al Ministerio Público)
No confundan los métodos de investigación policial con hechos verificados en el proceso que pueden llevar a la conclusión de que no ocurrió el rapto de Madeleine McCann y de que los padres son, de alguna forma, culpables de los acontecimientos. Un proceso criminal termina con una condena o una absolución. El proceso sobre la desaparición de Madeleine McCann se encuentra, en este momento, archivado, porque la investigación conducida en su fase crucial por Gonçalo Amaral no consiguió consolidar ningún hecho que permitiese extraer conclusiones, concretamente las que expone en su libro.
Ninguno de los implicados en la investigación hizo más de lo que le correspondía, con excepción de Gonçalo Amaral que decidió acusar públicamente a dos personas, que un procurador y un juez determinaron que son inocentes. (Inciso: Aplicando la lógica del Sr. McCann: ¿Cuándo dijo un juez que los McCann “son inocentes”? El proceso está “archivado”, es decir, no finalizado, por lo tanto, nadie ha sido declarado inocente de nada. Ellos siguen siendo los principales sospechosos de esa investigación, hasta que aparezca alguna prueba que los exonere de forma clara o por el contrario los incrimine de forma clara. El hecho de que ellos y sus amigos mintieran durante las declaraciones prestadas seguramente no ayudó mucho al Sr. Amaral a averiguar “donde está Madeleine”).
Ningún ciudadano puede conformarse con eso, mucho menos cuando esto impide la implicación de todos aquellos que podían ayudar a encontrar a Madeleine, porque están convencidos de que está muerta, da la influencia que este libro ha tenido en la opinión pública.
El Fondo Maddie está casi agotado. ¿Qué van hacer para conseguir más dinero?
El Fondo FindMadeleine vive del apoyo de muchas personas y organizaciones, administrándose los fondos disponibles de forma que se ajusten a las necesidades. Esas personas y organizaciones, administrándose los fondos disponibles de forma que se ajusten a las necesidades. Esas personas y organizaciones han tomado las iniciativas que creen acertadas, con vista a que el Fondo no se agote mientras su objetivo –encontrar a Madeleine-, no esté concretizado. En ese momento será utilizado para apoyar la búsqueda de otros niños desaparecidos. También todas las indemnizaciones que han sido atribuidas al matrimonio McCann por las agresiones públicas a las que fueron sujetos revierten a favor del fondo.
¿Por qué no ha habido nuevas pistas en la investigación privada?
El proceso de investigación sigue su curso normal, con todas las dificultades inherentes a un proceso de este tipo. Está en curso una nueva campaña de apelo para que quien tenga pistas o sepa algo que pueda ayudar, contacte con nosotros.
Cualquier persona en Portugal, que tenga alguna información sobre la desaparición de Madeleine McCann puede y debe contactar por teléfono: 800 814 028, por Correo Postal: Apartado 14196 - EC 5 de octubre - 1064- 003 -Lisboa – Portugal, por e-mail: investigation@findmadeleine.com o a través de la Web www.findmadeleine.com (inglés) o la Web: www.procuremadeleine.com.pt (portugués). En todos los casos, puede dejar su información en portugués, ya que del otro lado hay un equipo que integra miembros portugueses disponibles para responder o encaminar la información al equipo de investigación. Intentamos sobrepasar cualquier problema idiomático.
Confiamos en que alguien dará el paso adecuado y nos ayude a encontrar la pista o pistas que nos conduzcan a Madeleine.
¿De qué forma ha perjudicado la investigación para encontrar a vuestra hija el libro de Gonçalo Amaral, de qué lo acusan?
Para nosotros, al igual que para cualquier padre en nuestras circunstancias, es inaceptable que alguien ose convencer, organizadamente y con todos los medios comunicación a su disposición, que una niña que desapareció está muerta. No es necesario pensar mucho para darse cuenta que esa campaña, además de haber aportado dinero a mucha gente, desmotivó a todos los que podían ayudar a encontrar a nuestra hija al creer las palabras de quien tenía la obligación de encontrarla y no lo hizo.
Ex PJ “arremete” contra los detectives privados
Gonçalo Amaral sugiere que perjudicaron la investigación. Es cierto que los resultados han sido hasta ahora, desalentadores.
El ex responsable de la investigación sobre la desaparición de Maddie, actualmente luchando con los procesos promovidos por el matrimonio McCann, considera “desastroso” el trabajo de los detectives privados contratados sucesivamente y sugiere incluso que estos han perjudicado el transcurso de la investigación. Estas consideraciones constan en una crónica publicada esta semana en el diario “Correio da Manhã”, donde Gonçalo Amaral es columnista.
Amaral considera “defraudado el anhelo” de todas las personas que creían en las promesas de las empresas de detectives que llegaron a garantizar que la niña estaría de vuelta en casa de sus padres en el menor tiempo posible.
Estos comentarios se hacen en un momento en que Amaral está defendiéndose de la artillería pesada (jurídica, se entiende) por parte de Kate y Gerry, quienes han promovido un proceso civil de 1,2 millones de euros en su contra con motivo del libro “La Verdad de la Mentira”, de momento retirado de la circulación.
Si es verdad que la investigación policial no fue capaz de resolver el caso, tampoco las sucesivas empresas de detectives privados lograron mejores resultados. Ahora en dos lados opuestos, Amaral y los McCann se fustigan con un argumento parecido. El matrimonio acusa a Amaral de haber perjudicado la búsqueda de Maddie, el ex coordinador de la PJ devuelve la acusación y califica los esfuerzos de los detectives como “desastrosos”.
De hecho, dos años y medio y muchos miles de euros después de la desaparición de Madeleine McCann, hay pocas certezas y muchas dudas sobre el destino de la niña inglesa. En su afán de encontrar a su hija, aun no había terminado la investigación por parte de la policía portuguesa y Kate y Gerry siguieron por cuenta propia, contratando detectives privados. La empresa española Método 3, especializada en casos de fraude y falsificación es contratada con la ayuda del multimillonario británico Brian Kennedy, fue la primera en entrar en escena.
Los detectives de la agencia comenzaron a trabajar el 17 de noviembre de 2007 y dijeron después que sabían quiénes eran los raptores de Maddie y que esta estaba viva. Contratada por un período de seis meses, Método 3 llegó a anunciar, a través del investigador y Director de la empresa Francisco Marco, durante una entrevista a un periódico británico, que se encontraba “muy cerca” de capturar al hombre que se había llevado a Maddie de Praia da Luz, Portimão. Sucede que el sospechoso en cuestión, Christian Ridout, antiguo disc-jockey de un bar local, se había marchado del Algarve dos meses antes de la desaparición de Maddie.
Después de la escasez de resultados presentados por los españoles de Método 3, cuyo contrato de seis meses, que implicó un pago de un millón cincuenta y tres mil euros, la empresa catalana sería destituida del caso, dando lugar a Oakely Internacional, una agencia de detectives con sede en Washington, Estados Unidos.
Alardeando de tener en su plantilla a ex agentes de los servicios secretos británicos y de tener contactos entre los efectivos del FBI, Oakley recibió 80 mil libras mensuales (cerca de 100 mil euros) para seguir el rastro de Madeleine McCann durante seis meses. Esta empresa pertenecía a Kevin Halligen, uno de los detectives encargados del caso, detenido a principios de este mes, después de descubrirse que vivía “a lo grande” a costa del dinero que consiguió sacarle a los McCann para soportar los gastos de la investigación.
El falso asesor de seguridad “reventó” cerca de 330 mil euros en viajes con su compañera, lujos y estancias en hoteles de muchas estrellas. Después de que el contrato estipulado entre los McCann y su empresa hubiese finalizado, aunque los 600 miles euros estipulados habían sido entregados a los detectives, Halligen fue detenido por las autoridades en el Old Bank Hotel, en Oxford, Inglaterra.
Aunque Oakley International se mantenía activa en el “caso Maddie” ya se presentaba a otra agencia en escena para proseguir con la investigación. Con despachos en Nueva York y Florida, Alpha Group Investigations tomó las riendas de la búsqueda, valiéndose del hecho de poseer sucursales en varios puntos del globo, como en el Caribe, Europa, Asia o América del Sur.
Con experiencia en casos de investigación privada, análisis de seguridad, vigilancia e investigación forense computarizada, esta agencia sedujo a los McCann con otro ítem de su actividad: las personas desaparecidas.
En esta fase de la investigación destacan dos policías británicos jubilados, Dave Edgar y Arthur Cowley, a quienes tampoco les falta vergüenza. En mayo de este año, la pareja de detectives fue a Aachen, Alemania, para interrogar a Raymond Hewlett, un pedófilo inglés que se encontraba hospitalizado en ese país y que, en la época de la desaparición de Maddie, había vivido en Tavira, Algarve.
La pista “Hewlett” fue ocasionada después de que Jane Tanner, una de las amigas de los McCann que cenaba en el “Tapas Bar”, aquel fatídico día, hubiera descrito a un hombre que presuntamente viera en el Ocean club la noche de la desaparición de la niña. La descripción se parecía al inglés que ya había cumplido condena por abusos sexuales a menores. La localización geográfico del pedófilo fue transmitida a los responsables de la investigación por Alan e Cindy Thompson, un matrimonio ya conocido de las autoridades por haber denunciado, imagínense, la localización de la “cueva de Osama Bin Laden”...
Raymond Hewlett se encontraba con su familia en la zona de Fuzeta, entre Tavira y Olhão, o sea, próximo al pueblo de Luz. Mientras tanto, ni así los investigadores consiguieron interrogar al sospechoso. Impedidos por las autoridades alemanas, regresaron a Reino Unido con “las manos vacías”. La pista Hewlett acabaría por revelarse frágil y poco consecuente.
Se siguió otra como el mismo resultado, esta vez en Australia. Un turista inglés, de 41 años, confesó que, días después de la desaparición de Madeleine en el Algarve, había tenido contacto, en Barcelona, con una mujer con acento australiano, que, obviamente por error, le había preguntado si era él quien le traía a su “nueva hija”. La sospechosa, cuyo retrato robot (que se hizo conocida como la “Victoria Beckham” australiana), recorrió el mundo durante los días que siguieron, residente en Melbourne, Australia, llegó a saberse, que no salía de su país desde el año 2000.
Esta pisa llegó incluso a implicar el yate “Willpower”, de la multimillonaria australiana Rhonda Wyllie, que, días después de dada la alerta de la desaparición de Maddie, había estado anclado en Barcelona. Aclaradas las confusiones en torno de Arons y Wyllie, que ni siquiera se encontraba a bordo del yate en su “estancia” en Cataluña, la pista hizo aguas. Otra vez.
Traducción de Mercedes
¿Por qué no ha habido nuevas pistas en la investigación privada?
El proceso de investigación sigue su curso normal, con todas las dificultades inherentes a un proceso de este tipo. Está en curso una nueva campaña de apelo para que quien tenga pistas o sepa algo que pueda ayudar, contacte con nosotros.
Cualquier persona en Portugal, que tenga alguna información sobre la desaparición de Madeleine McCann puede y debe contactar por teléfono: 800 814 028, por Correo Postal: Apartado 14196 - EC 5 de octubre - 1064- 003 -Lisboa – Portugal, por e-mail: investigation@findmadeleine.com o a través de la Web www.findmadeleine.com (inglés) o la Web: www.procuremadeleine.com.pt (portugués). En todos los casos, puede dejar su información en portugués, ya que del otro lado hay un equipo que integra miembros portugueses disponibles para responder o encaminar la información al equipo de investigación. Intentamos sobrepasar cualquier problema idiomático.
Confiamos en que alguien dará el paso adecuado y nos ayude a encontrar la pista o pistas que nos conduzcan a Madeleine.
¿De qué forma ha perjudicado la investigación para encontrar a vuestra hija el libro de Gonçalo Amaral, de qué lo acusan?
Para nosotros, al igual que para cualquier padre en nuestras circunstancias, es inaceptable que alguien ose convencer, organizadamente y con todos los medios comunicación a su disposición, que una niña que desapareció está muerta. No es necesario pensar mucho para darse cuenta que esa campaña, además de haber aportado dinero a mucha gente, desmotivó a todos los que podían ayudar a encontrar a nuestra hija al creer las palabras de quien tenía la obligación de encontrarla y no lo hizo.
Proceso McCann deja huella...
Ex PJ “arremete” contra los detectives privados
Gonçalo Amaral sugiere que perjudicaron la investigación. Es cierto que los resultados han sido hasta ahora, desalentadores.
El ex responsable de la investigación sobre la desaparición de Maddie, actualmente luchando con los procesos promovidos por el matrimonio McCann, considera “desastroso” el trabajo de los detectives privados contratados sucesivamente y sugiere incluso que estos han perjudicado el transcurso de la investigación. Estas consideraciones constan en una crónica publicada esta semana en el diario “Correio da Manhã”, donde Gonçalo Amaral es columnista.
Amaral considera “defraudado el anhelo” de todas las personas que creían en las promesas de las empresas de detectives que llegaron a garantizar que la niña estaría de vuelta en casa de sus padres en el menor tiempo posible.
Estos comentarios se hacen en un momento en que Amaral está defendiéndose de la artillería pesada (jurídica, se entiende) por parte de Kate y Gerry, quienes han promovido un proceso civil de 1,2 millones de euros en su contra con motivo del libro “La Verdad de la Mentira”, de momento retirado de la circulación.
Si es verdad que la investigación policial no fue capaz de resolver el caso, tampoco las sucesivas empresas de detectives privados lograron mejores resultados. Ahora en dos lados opuestos, Amaral y los McCann se fustigan con un argumento parecido. El matrimonio acusa a Amaral de haber perjudicado la búsqueda de Maddie, el ex coordinador de la PJ devuelve la acusación y califica los esfuerzos de los detectives como “desastrosos”.
De hecho, dos años y medio y muchos miles de euros después de la desaparición de Madeleine McCann, hay pocas certezas y muchas dudas sobre el destino de la niña inglesa. En su afán de encontrar a su hija, aun no había terminado la investigación por parte de la policía portuguesa y Kate y Gerry siguieron por cuenta propia, contratando detectives privados. La empresa española Método 3, especializada en casos de fraude y falsificación es contratada con la ayuda del multimillonario británico Brian Kennedy, fue la primera en entrar en escena.
Los detectives de la agencia comenzaron a trabajar el 17 de noviembre de 2007 y dijeron después que sabían quiénes eran los raptores de Maddie y que esta estaba viva. Contratada por un período de seis meses, Método 3 llegó a anunciar, a través del investigador y Director de la empresa Francisco Marco, durante una entrevista a un periódico británico, que se encontraba “muy cerca” de capturar al hombre que se había llevado a Maddie de Praia da Luz, Portimão. Sucede que el sospechoso en cuestión, Christian Ridout, antiguo disc-jockey de un bar local, se había marchado del Algarve dos meses antes de la desaparición de Maddie.
Gran engaño
Después de la escasez de resultados presentados por los españoles de Método 3, cuyo contrato de seis meses, que implicó un pago de un millón cincuenta y tres mil euros, la empresa catalana sería destituida del caso, dando lugar a Oakely Internacional, una agencia de detectives con sede en Washington, Estados Unidos.
Alardeando de tener en su plantilla a ex agentes de los servicios secretos británicos y de tener contactos entre los efectivos del FBI, Oakley recibió 80 mil libras mensuales (cerca de 100 mil euros) para seguir el rastro de Madeleine McCann durante seis meses. Esta empresa pertenecía a Kevin Halligen, uno de los detectives encargados del caso, detenido a principios de este mes, después de descubrirse que vivía “a lo grande” a costa del dinero que consiguió sacarle a los McCann para soportar los gastos de la investigación.
El falso asesor de seguridad “reventó” cerca de 330 mil euros en viajes con su compañera, lujos y estancias en hoteles de muchas estrellas. Después de que el contrato estipulado entre los McCann y su empresa hubiese finalizado, aunque los 600 miles euros estipulados habían sido entregados a los detectives, Halligen fue detenido por las autoridades en el Old Bank Hotel, en Oxford, Inglaterra.
Otros dos...
Aunque Oakley International se mantenía activa en el “caso Maddie” ya se presentaba a otra agencia en escena para proseguir con la investigación. Con despachos en Nueva York y Florida, Alpha Group Investigations tomó las riendas de la búsqueda, valiéndose del hecho de poseer sucursales en varios puntos del globo, como en el Caribe, Europa, Asia o América del Sur.
Con experiencia en casos de investigación privada, análisis de seguridad, vigilancia e investigación forense computarizada, esta agencia sedujo a los McCann con otro ítem de su actividad: las personas desaparecidas.
En esta fase de la investigación destacan dos policías británicos jubilados, Dave Edgar y Arthur Cowley, a quienes tampoco les falta vergüenza. En mayo de este año, la pareja de detectives fue a Aachen, Alemania, para interrogar a Raymond Hewlett, un pedófilo inglés que se encontraba hospitalizado en ese país y que, en la época de la desaparición de Maddie, había vivido en Tavira, Algarve.
La pista “Hewlett” fue ocasionada después de que Jane Tanner, una de las amigas de los McCann que cenaba en el “Tapas Bar”, aquel fatídico día, hubiera descrito a un hombre que presuntamente viera en el Ocean club la noche de la desaparición de la niña. La descripción se parecía al inglés que ya había cumplido condena por abusos sexuales a menores. La localización geográfico del pedófilo fue transmitida a los responsables de la investigación por Alan e Cindy Thompson, un matrimonio ya conocido de las autoridades por haber denunciado, imagínense, la localización de la “cueva de Osama Bin Laden”...
Raymond Hewlett se encontraba con su familia en la zona de Fuzeta, entre Tavira y Olhão, o sea, próximo al pueblo de Luz. Mientras tanto, ni así los investigadores consiguieron interrogar al sospechoso. Impedidos por las autoridades alemanas, regresaron a Reino Unido con “las manos vacías”. La pista Hewlett acabaría por revelarse frágil y poco consecuente.
Se siguió otra como el mismo resultado, esta vez en Australia. Un turista inglés, de 41 años, confesó que, días después de la desaparición de Madeleine en el Algarve, había tenido contacto, en Barcelona, con una mujer con acento australiano, que, obviamente por error, le había preguntado si era él quien le traía a su “nueva hija”. La sospechosa, cuyo retrato robot (que se hizo conocida como la “Victoria Beckham” australiana), recorrió el mundo durante los días que siguieron, residente en Melbourne, Australia, llegó a saberse, que no salía de su país desde el año 2000.
Esta pisa llegó incluso a implicar el yate “Willpower”, de la multimillonaria australiana Rhonda Wyllie, que, días después de dada la alerta de la desaparición de Maddie, había estado anclado en Barcelona. Aclaradas las confusiones en torno de Arons y Wyllie, que ni siquiera se encontraba a bordo del yate en su “estancia” en Cataluña, la pista hizo aguas. Otra vez.
Traducción de Mercedes
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