3 de enero de 2010

Caso Madeleine McCann – Estrategia de salida


EXCLUSIVA para mccannfiles.com

Por Dr. Martin Roberts
30 Diciembre 2009

ESTRATEGIA DE SALIDA



Aquellos versados en la iniciativa académica estarán familiarizados con el término “cambio de paradigma”, donde los nuevos datos fuerzan una reevaluación teórica. En gran medida el progreso se hace sobre la base de pequeños ajustes, pero de vez en cuando el trastorno es catastrófico, como ocurrió con los descubrimientos de Copérnico, Newton y Einstein por ejemplo.

En la medida que una investigación policial de un delito busca coherencia en cualquier interpretación de los actos del autor, también es relevante la necesidad de un paradigma explicativo de validez general. De ahí la importancia de las incoherencias probatorias que apuntan a esos rincones de la habitación donde, por alguna razón, parece no encajar la alfombra, defectos que inhiben más que favorecen la solución del problema global.

En el caso de Madeleine McCann, existen, incluso más de dos años después, inconsistencias inexplicadas, evidentes desde el principio, que podrían ser suficientes para aislar los dos paradigmas competidores más apropiados, es decir, secuestro u otra cosa.

No se necesita más que un examen somero de las declaraciones iniciales de los McCann a la policía portuguesa para revelar una notable falta de uniformidad, la resolución de la cual podría tener un poder explicativo más amplio de lo que cabría suponer en un primer momento, ya que abre la puerta a preguntas de una naturaleza ligeramente diferente de las muchas planteadas hasta ahora. Conforme sucede, la apertura de puertas es el tema central aquí.

La declaración de Gerry McCann realizada el 4 de mayo de 2007, registra el siguiente dato:

“Por lo tanto, a las 21h05, Gerry entró en el apartamento utilizando su llave, al estar la puerta cerrada (con llave), y fue a la habitación de los niños, notando que los gemelos y Madeleine estaban bien. Entonces estuvo varios minutos en el baño. Salió del apartamento y se tropezó con alguien con quien había jugado al tenis y mantuvo una breve conversación. Después regresó al Tapas.”

“A las 22h00, Kate fue a supervisar a los niños. Entró en el apartamento utilizando su llave y vio que la puerta del dormitorio estaba completamente abierta, la ventana también estaba abierta, la persiana levantada y las cortinas abiertas. Las puertas estaban cerradas (con pestillo/llave) con excepción de la trasera como ya se ha dicho con anterioridad” (una referencia a la visita intermedia de Matthew Oldfield: “accedió al apartamento de Gerry, entrando a través de la puerta corredera de cristal (la puerta del patio) sita en un lateral del edificio y que siempre estaba abierta”).

La declaración de Kate McCann (nuevamente el 4 de mayo) se hizo eco del detalle de su marido con respecto a la entrada de Matthew Oldfield a través de la puerta abierta del patio, aunque ofreció una versión contradictoria de su propio acceso:

“Sobre las 22h00, Kate fue a supervisar a sus hijos, entrando en el apartamento a través de la puerta lateral que estaba cerrada pero no con llave/pestillo.”

Somos enfrentados, bastante simplemente, con versiones solapadas aunque contradictorias – de puertas cerradas (con llave/pestillo), abiertas, después nuevamente cerradas según Gerry McCann. El estatus concomitante descrito por Kate McCann es aquel de “siempre abierta (sin pestillo).”

Sin progresar absolutamente en nada en este caso, se hace patente inmediatamente que alguien está mintiendo. Las preguntas obvias que surgen son: ¿Quién? y ¿Por qué? Paradójicamente, al abordar estas en orden inverso existe un planteamiento más ventajoso, por lo tanto, lo secundario primero, vamos a considerar la pregunta “¿por qué?” tanto en términos generales como específicos.

Si se comete un delito contra una persona y la identificación del delincuente es el objetivo primordial de la policía, ¿qué podría provocar que una víctima mintiera sobre sus propios movimientos antes, durante o después del incidente? Sinceramente, incluso la ocultación de una “negligencia contributiva” es contraproducente. Hablando desde un punto de visto ético, una bicicleta estacionada en la puerta de un supermercado no debería ser interpretado como una invitación para un ladrón de bicicletas (no obstante muchos apologistas pudieran desear argumentar lo contrario). En tal caso sensatamente la policía centra su atención en la recuperación del bien robado y procesamiento del culpable. Mientras que cubrir los pasos de uno mismo podría parecer adecuado en algo como el fraude de seguros, prácticamente no resulta necesario en otros casos.

Si Madeleine McCann fue secuestrada por un pedófilo anónimo, tal como los padres han invitado insistentemente a todos a creer, el objetivo primordial de todas las partes implicadas sería o debería haber sido localizar a la niña en la primera oportunidad. Para apoyar ese esfuerzo cualquiera remotamente relacionado con la situación debería haberse explicado sinceramente, con todos sus defectos. Aunque nos encontramos a los McCann en persona mintiendo impertinentemente sobre su propio acceso al apartamento de donde desapareció Madeleine; por lo tanto las pruebas, desde el principio, para sugerir el paradigma de un secuestro perpetrado por un extraño es una explicación inapropiada para la ausencia de la niña.

¿Contribuyen estas mentiras al “encubrimiento” de un secuestrador (¿qué padre de un hijo desaparecido haría una cosa así?) o al camuflaje para el/los narrador(es)? Si se trata de lo segundo, entonces el paradigma del secuestro puede ser descartado inmediatamente. Lo que resulta igualmente aparente es que mientras la “negligencia contributiva” puede realmente no tener nada que ver con el secuestro de un hijo (y por lo tanto no sería necesario incluirlo en la ecuación), podría tener todo que ver con alguna otra circunstancia o resultado. De ahí la buena disposición de los McCann para plantear puntos claramente alejados del secuestro por una persona o personas desconocidas, hacia otra cosa totalmente diferente.

Tanto por mentir sobre puerta cerradas en general. Los detalles, no menos desconcertantes en un principio, apuntan eventualmente en la misma dirección.

El News of the World (11 de mayo de 2008) explicaba: “La puerta del patio solo podía ser bloqueada desde el interior lo que hubiese significado que tendrían que caminar hasta la puerta principal cada vez que quisieran supervisar a sus hijos.”

Si la puerta del patio solo podía ser bloqueada desde el interior, se deduce que no hubiese sido posible desbloquearla desde el exterior. La situación es confirmada por las pruebas aportadas por Saleigh y Paul Gordon quienes, acompañados por sus dos hijos, ocuparon el apartamento 5A antes que los McCann, entre el 21 y el 28 de abril de 2007. Paul también confirma que la pareja siempre se sintió segura y que la puerta principal estaba equipada con una doble cerradura, mientras que la trasera solo se bloqueaba desde el interior del apartamento.

Por lo tanto la utilización de una llave por parte de Gerry tuvo que haber sido en relación a la puerta principal. La entrada de Kate al apartamento utilizando su propia llave (según su marido Gerry) implica que la puerta del patio aun estaba cerrada (con pestillo) a las 22h00 (de otro modo ¿por qué no utilizarla?) Aunque ambos atestiguan que Matthew Oldfield entró al apartamento utilizando la puerta desbloqueada del patio entre ambos, mientras que Kate repudia su propio uso de cualquier llave.

Las mentiras de los McCann en relación a la seguridad de la puerta iban incluso más allá de sus propias premisas. Desde el principio se aventuraron a sugerir que no cerraron su propia puerta trasera, sino que la dejaron desbloqueada en caso de fuego (Daily Mail, 11 de agosto de 2007). Sin embargo, no incluyeron a Matthew Oldfield, por ejemplo. Si el hecho de dejar la puerta del patio desbloqueada había sido una decisión consciente, Matthew Oldfield claramente rompía filas. En lo que concierne a su propio apartamento, “...la puerta del patio estaría cerrada y bloqueada, errm... la persiana, errm... exterior habría estado bajada mientras estuvimos allí.” (Entrevista Rogatoria)

Si Matthew Oldfield entró alguna vez en el apartamento de los McCann es una pregunta muy real. Su propia interpretación de lo que vio una vez en el interior es tan improvisada que sugiere que en realidad está describiendo la visión desde el exterior de la puerta del patio, más que desde el interior. Aunque podemos estar razonablemente seguros de que realizó la afirmada excursión hasta el dormitorio sobre las 21h30, es bastante menos seguro que en realidad Kate McCann le aconsejara que entrara al apartamento 5A utilizando la puerta del patio, o que actuara en base a esa sugerencia, ya que Oldfield no estaba solo. Estaba en compañía de Russell O’Brien, habiendo abandonado el Tapas bar juntos.

Al describir su interacción con Kate McCann en la mesa del Tapas, Matthew Oldfield explica, “...ella dijo que la puerta del patio estaba abierta y que entrara por allí. Y ahí estábamos Russell y yo también, así que, errm.. tú sabes, parecía, en ese momento, algo bastante razonable, aunque ciertamente era la primera vez que lo hacíamos.” (Entrevista Rogatoria)

Según O’Brien, cada uno de ellos entró inicialmente en su propio apartamento, después Oldfield se unió a él en el 5D. No obstante, el recuerdo de Oldfield en relación con el 5A es, tal como se declaró, era la primera vez que él y Russell habían entrado en el apartamento de los McCann a través de la puerta del patio. Además, “...había una luz detrás de nosotros en la habitación.”

Ya que Russell O’Brien no hace mención al hecho de haber entrado él mismo en el 5A, uno tiene que preguntarse, para empezar, ¿por qué lo habría incluido Oldfield en su versión de ese hecho? y en segundo lugar, exactamente ¿cuándo y cómo estaban situados ambos en relación con la luz en cuestión? Incluso si Matthew Oldfield en realidad no entró en el apartamento de los McCann aquella noche, ¿debemos suponer que, habiéndose ofrecido a supervisar el bienestar de un grupo de niños dormidos, entró y, después inexplicablemente se detuvo antes de llegar al dormitorio pertinente?

Esto concretamente cuadra con la pregunta inicial de por qué los McCann estaban mintiendo cuando fueron entrevistados por primera vez por la policía portuguesa. Si fuera el caso que Matthew Oldfield permaneció en el exterior del 5A todo el tiempo, entonces la respuesta sería simple: las dos. Lo que a su vez conduce al desarrollo del argumento inicial, que las historias del acceso, e idas y venidas durante la noche del 3 de mayo de 2007 son irrelevantes para cualquier caso real de secuestro por un extraño.

Si los McCann, por cualquier razón, tenían intención de “tenderle una trampa a la gente” aquella noche (tal como varias de sus deliberadas referencias al notorio incidente del llanto sugiere que podría haber sido), ¿hubieran tenido a bien invitar a Matthew Oldfield a descubrir una cama vacía? Improbablemente. Eso significaría que Kate McCann abrió la ventana del dormitorio y exposición de los gemelos al frío antes de salir hacia el Tapas bar. Sin embargo, a pesar la irrelevancia virtual de sus actividades de sus asociados a cualquier historia de robo de niños, tenían una clara intención de dar la impresión de una paternidad responsable y, con eso en el punto de mira, situaron a Matthew Oldfield en el interior de su apartamento. Si Gerry simplemente introdujo una referencia ficticia entre dos sujetalibros más fiables, Kate debió darse cuenta de que, habiendo descrito a Oldfield abriendo la puerta del patio a las 21h30, también hubiese estado abierta para ella. Seis días después (10 de mayo) y Gerry McCann ya ha rectificado su recuerdo, afirmando haber salido y vuelto a entrar en su propio apartamento a través de la puerta desbloqueada del patio.

A pesar de las indicaciones en contra (por ejemplo la afirmación inicial de Oldfield cuando fue entrevistado el 4 de mayo de que, durante la cena, era normal que cada 15 minutos (al igual que todas las noches) uno de los adultos iba a los apartamentos para supervisar si los niños estaban durmiendo), nunca se hizo ninguna referencia a la supervisión sobre los niños de los demás, ni antes ni durante el 3 de mayo, tal como nos informa posteriormente Matthew Oldfield (Entrevista Rogatoria)

4078: “Bueno principalmente todos sus apartamentos y obviamente el de Kate y Gerry. Hasta el miércoles por la noche, por lo que ha dicho, ¿no entró en el apartamento de Gerry y Kate, bueno perdón, no supervisó los niños de Gerry y Kate?”

Matthew Oldfield: "No".

Situándonos a las 21h00 del jueves 3 de mayo

MO: “Así que fui y escuché, me fui... encontré el tiempo, porque acabábamos de estar allí, unos quince minutos antes, y simplemente escuché desde el exterior de sus persianas, así que simplemente pasé junto a ese muro que va a los dos, especie de apartamento de los McCann, así que escuché desde el exterior de nuestras persianas y fui hasta su persiana y escuché desde allí fuera, no porque me lo pidieran, sino... o no es el tipo de cosa sobre lo que piensas, es simplemente una especie de, errm...”

Ahora, en el origen de la supervisión de las 21h30 de Oldfield:

MO: “Erm, así que fui a supervisar a G**** y me levanté y Russell se levantó y dijo que también iba a hacer un control y Kate se levantó y yo dije, tú sabes, “¿quieres que vayamos nosotros y hagamos la vigilancia...?, errm... ¿quieres que vaya y eche un vistazo a vuestros niños, errrm...? y ella dijo “sí”. Y creo que me ofrecí en ese momento, simplemente porque habíamos estado juntos durante toda la semana y teníamos rutinas similares y es simplemente una especie de cosa agradable que le ahorraría el viaje y, tú sabes, puede o puede no haber sido diferente.”

Todo muy ad hoc como podrá comprobar, incluso la referencia acerca de la puerta abierta del patio citada anteriormente, que no hubiese sido necesaria si todo el mundo estaba haciendo lo mismo, es decir, dejando su puerta del patio desbloqueada.

Lo que tiene todo esto que ver con el secuestro por un extraño puede resumirse en una sola palabra – nada. De ahí que deberíamos suscribir un cambio de paradigma y ver la conducta mendaz de los McCann a la luz, no de su embellecido escenario de un secuestro, sino de la preparación de su defensa con respecto a otro asunto completamente desconocido; una estrategia de salida en una dirección muy diferente. Es como si, habiendo soltado a la liebre, provocando un inevitable interrogatorio severo, los McCann instintivamente se dirigieron a temas no planteados y que no estaban directamente relacionados con algo de lo que ellos eran culpables, es decir, el abandono de los niños, más que sobre algo de lo que no eran culpables, concretamente el secuestro. Siendo esto un reflejo de su preocupación en aquel momento, ofrece la confirmación, si tal fuese necesaria, de que la causa de su inmediata preocupación ni era el secuestro de Madeleine ni tampoco su posterior deseo por su retorno seguro. Y esa conclusión solo hace que la hipótesis favorecida por los McCann sea redundante.

Traducción de Mercedes

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