Daily Mail
Inciso: Como intérprete de esta entrevista qusiera hacer constar que el Dr. Amaral NO habló de ninguna teoría conspirativa, NO habló de "la conducta" de ningún policía o autoridad británica, entre otras muchos "errores" detectados. Solicitaré formalmente copia de la grabación realizada, que entregaré a mi abogado para emprender las acciones necesarias a fin de conseguir una rectificación de las "inexactitudes" publicadas.
By David Jones
Intérprete del Sr. Jones y Sr. Amaral "Mercedes"
Last updated at 8:16 PM on 15th
Durante las primeras semanas después de la desaparición de Madeleine McCann, Gonçalo Amaral llegó a simbolizar todo aquello que estaba mal con la abismalmente mal llevada investigación de la policía portuguesa.
Un corpulento y provinciano jefe de DIC que simplemente se encontraba fuera de su campo, con una dilatada inclinación por almuerzos regados con vino y filtraciones de historias favorables a sí mismo a la prensa, fue destituido como director de la investigación después de seis meses. (Inciso: El Sr. Amaral tiene casi 30 años de servicios prestados a la investigación criminal y varias carreras universitarias ¿a qué campo se refiere Sr. Jones?)
Y cuando más adelante se reveló que había cometido perjurio para encubrir un brutal interrogatorio por parte de miembros de su equipo, sus detractores se burlaron diciendo que su nombre tendría que deletrearse con una “o”, como en “amoral”.
Sin embargo, en una extraordinaria transformación de la fortuna, es ahora un icono nacional portugués, luchando “con valentía” por el derecho de expresar su bombástica teoría: que Madeleine no fue secuestrada, sino que murió accidentalmente y que sus padres, Gerry y Kate, encubrieron su muerte.
Mientras Amaral llegaba al tribunal de Lisboa esta semana para la célebre causa que le ha convertido en un insólito héroe, se deleitó claramente con su renovada popularidad.
Alentado por vítores y seguidores enarbolando carteles (principalmente mujeres de cierta edad), sonreía y firmaba autógrafos ante un aluvión de cámaras. (Inciso: Carteles que rezaban: El Dr. Amaral merece respeto y consideración. Texto que traduje a este gacetillero personalmente).
A pesar de tener 50 años y ser padre de tres hijas, Amaral lucía en su oreja un falso diamante recientemente regalado por su (mucho más joven) segunda mujer, Sofia Leal: sin duda un ridículo accesorio para ser lucido por un hombre calvo de mediana edad metido en una gabardina y sombrero de detective. (Inciso: El gacetillero parece un poquito corto de entendederas. Sofía Leal tiene 39 años, el Dr. Amaral le explicó, después de que este impresentable le preguntara si se había gastado el dinero ganado con el libro en un diamante de ese tamaño, que se trataba de una piedra accesible a todos los bolsillos (no como el de David Beckham) explicándole que los piratas lo utilizaban como símbolo para garantizar un entierro digno, algo que este desleído desconocía. Como “moda cultural” resulta mucho más aceptable que la de irse de copas dejando a tres niños solos y abandonados a su suerte tal como hicieron Kate y Gerry McCann ¿No le parece Sr. Jones?).
Sin embargo para Gerry y Kate, paralizados con el desprecio mientras el testigo estrella desfilaba ante ellos para ocupar su asiento en el tribunal, este lamentable espectáculo solo fue el principio de una semana que una vez más ha puesto a prueba su poder de determinación hasta el límite.
Durante tres largos días, la pareja se vio obligada a escuchar como una procesión de testigos apoyaba las angustiantes afirmaciones centrales de las controvertidas memorias que Amaral ha escrito sobre la búsqueda de su hija. (Inciso: Por lo que parece que NO solo es una teoría del Sr. Amaral, sino que sus creencias son ampliamente apoyadas por todos aquellos que estuvieron directamente relacionados con la investigación, algo que demuestra que esta demanda presentada por “los afligidos” pudiera ser solo un intento más de lavar su propia imagen y nada que ver con la defensa de la presunta búsqueda privada que presuntamente están llevando a cabo un puñado de detectives de dudosa reputación contratados por ellos mismos).
Melodramáticamente titulado “Maddie: La Verdad de la Mentira, el libro se ha convertido en un best-seller en Portugal desde septiembre, cuando los McCann consiguieron una prohibición cautelar ordenando que fuese retirado de las estanterías.
Se dice que se han vendido hasta 330.000 copias en Portugal y Europa antes de que fuera retirado, supuestamente reportándole a Amaral más de 1 millón de libras. (Inciso: supongo que querrá decir “resto” de Europa y las cuentas las ha echado el Team McCann. El Sr. Jones tuvo la oportunidad de preguntarle presonalmente al Sr. Amaral cuánto había ganado con la venta del libro, pero no lo hizo).
En el libro, que ha sido convertido en un documental para la televisión y DVD, el ex jefe de policía afirma con absoluta convicción su creencia de que Madeleine de tres años de edad no fue secuestrada del apartamento familiar en Praia da Luz, tal como sus padres siempre han afirmado.
En cambio, afirma que murió accidentalmente, después de caerse del sofá, golpeándose la cabeza en el suelo mientras los McCann cenaban con unos amigos en el cercano Tapas bar.
Cuando se dieron cuenta de lo que había sucedido, de acuerdo con su sorprendente teoría, entraron en pánico y conciliaron su cuerpo, provocando así la mayor y más desconcertante investigación de una persona desaparecida de los últimos tiempos.
Independientemente de si ellos creen este punto de vista sin fundamento, la mayor parte de los portugueses insisten que Amaral tiene todo el derecho de expresarse.
Para un país que se liberó de los grilletes de una dictadura hace tan 35 años y donde la censura está todavía en el recuerdo de las generaciones adultas, la libertad de expresión es sacrosanta. (Inciso: En Reino Unido, por lo que parece, llevan los grilletes puestos HOY).
Habiendo sido puestos en la picota por dejar a sus tres hijos solos la noche en la que desapareció su hija mayor (Inciso: Y todas las anteriores), Kate y Gerry se encuentran una vez más bajo un virulento ataque de los medios de comunicación portugueses.
La audiencia de esta semana fue presentado por Amaral, que trata de conseguir que la medida cautelar sea levantada para que pueda vender miles de copias más de su libro, que sus editores esperan lanzar en los enormes mercados estadounidenses y británicos. (Inciso: De eso va todo esto. Impedir que el libro del Sr. Amaral sea publicado en INGLÉS)
Pero la audiencia nunca se habría producido si los McCann no hubiesen solicitado la prohibición en primera instancia, permitiendo al público en su lugar formar su propia opinión sobre las teorías sin fundamente de un reprobado jefe de policía con muchas razones egoístas.
La escaramuza de esta semana no es el final de la batalla de los McCann para silenciar a Amaral.
Ganen o pierdan, ellos tienen intención de demandarlo por difamación para recuperar cada penique que haya ganado con el libro, prometiendo donar el dinero al fondo creado para encontrar a Madeleine. (Inciso: Sr. Jones, creo que no se ha enterado bien. La demanda ya ha sido presentada y no olvidemos que ese dinero, al final, solo serviría para seguir pagando abogados y empresas de comunicación e imagen… Como hasta el momento).
Por su parte, si el tribunal de Lisboa fallara en su contra, Amaral ha jurado continuar la lucha hasta el final en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos si fuera necesario.
Aunque este caso se decidirá dentro de dos meses, los McCann parecen estar determinados a peregrinar yendo y viniendo de su casa en Leicestershire y Lisboa durante muchos meses –o incluso años- venideros.
Viendo esta semana a la pareja sufrir más ataques a su reputación –Kate dolorosamente delgada y cercana al colapso; Gerry agresivo, como siempre- debe preguntarse por qué han elegido ponerse en la línea de fuego una vez más.
¿Por qué se han embarcado en una acción que les ha puesto efectivamente –bastante más que al hombre que estropeó la investigación policial- en un juicio?
Y aun peor, en un tribunal donde pueden ser sometidos a las calumnias más dañinas y sin fundamento sin poder recurrir a un riguroso contra-examen. (Inciso: Ellos ya han presentado todas sus pruebas, no olvide Sr. Jones que la medida cautelar fue dictada sin dar audiencia a ninguno de los demandados. Entendemos que un país como el suyo, que demostradamente ofrece muy pocas libertades individuales esto puede parecer normal, pero en países democráticos y civilizados los demandados tienen derecho a defenderse).
Muchos expertos en Relaciones Públicas les habría aconsejado que simplemente ignorasen a Amaral y su “teoría” sin probar, privando su libro de la publicidad global que el caso ha recibido esta semana.
Antes de contestar las preguntas sobre los McCann, vale la pena recordar la participación del ex jefe de policía en la defectuosa investigación y cómo su libro llegó a ser escrito.
El 3 de mayo de 2007, cuando Madeleine desapareció del apartamento 5A del Ocean Club, Amaral estaba al frente del DIC en el pueblo cercano más grande, Portimão.
Tal como recuerda en sus memorias, fue informado de su desaparición poco después de la medianoche.
Los McCann estaban seguros de que Madeleine –que había sido dejada sola con sus hermano y hermana gemelos, Sean y Amelie, entonces de 18 meses- tenía que haber sido secuestrada. Pero él rápidamente se hizo escéptico. (Inciso: Algo normal cuando un policía experimentado se da cuenta que todos los testigos han mentido en sus declaraciones, inventándose ventanas forzadas y “sospechosos” de muy dudosa existencia).
Cuando hablé con él extendidamente esta semana, afirmó haberse enfrentado al caso con objetividad profesional, pero su opinión parece haberse visto influenciada por lo menos parcialmente por las grandes diferencias culturales entre él y los McCann.
Como padre de familia tradicional portugués con tres hijas, se asombró al descubrir que estos padres británicos hubieran dejado solo a sus tres hijos pequeños mientras ellos cenaba con unos amigos, incluso a pesar de que el restaurante estaba solo a unas yardas de distancia. (Inciso: Esto lo dice el gacetillero, en ningún momento a lo largo de esa “extensa” entrevista el Sr. Amaral mencionó que se hubiese “asombrado” por este hecho, dijo textualmente que se enfrentó a este caso igual que a cualquier otro, con objetividad profesional).
Al pasar las horas y los días, sin embargo, otros factores colorearon su punto de vista, la no menos aparente determinación de los McCann de conseguir publicidad a través de lo que uno de los testigos describió con desdén esta semana como un “circo mediático”.
A pesar de que Amaral insiste que no tiene tiempo para teorías conspiratorias, parece que empezó a verlas en todas partes. (Inciso: Creación literaria del autor. El Sr. Amaral dijo textualmente que: ni creía ni había creído nunca en teorías conspiratorias).
Por ejemplo, ¿por qué había la pareja y sus amigos pisoteado el apartamento, destruyendo pruebas vitalmente potenciales: ¿fue esta “contaminación” deliberada? (Inciso: Invención del autor. No se habló absolutamente nada de esto durante la entrevista).
Después estuvo la conducta de las autoridades británicas, incluida la de los oficiales de policía que llegaron a Praia da Luz cuatro días después de desaparecer Madeleine. Por qué fueron tan poco cooperativos con la policía portuguesa y protectores de los McCann?
Él sigue convencido de que su equipo fue sistemáticamente obstaculizado por los británicos en una conspiración orquestada desde arriba y acaba de publicar un segundo libro (no prohibido) exponiendo esta teoría, titulado The English Gag (La Mordaza Inglesa).
Según el testimonio del oficial de enlace de los McCann, Ricardo Paiva, las sospechas de Amaral y su equipo se endurecieron por lo que fue visto como un punto de inflexión en la investigación policial.
Se produjo cuando una Kate llorosa telefoneó a Paiva, a finales de julio de 2007, para informar sobre un sueño turbador en el que había visto a Madeleine tumbada en las rocas junto a la playa de Praia da Luz. Los detectives tomaron esto como una señal clara de que los McCann sabían muy bien que su hija estaba muerta.
Poco después, fueron introducidos los perros en la búsqueda, pero a pesar de que se dijo que habían detectado “olor a muerte” en el apartamento vacacional de la pareja y el Renault Scenic alquilado, no se encontraron pruebas forenses que apoyaron esto. (Inciso: Los perros SÍ encontraron olor a cadaverina, lo que las pruebas forenses no fueron capaces de determinar es la identidad del cadáver. No omitamos que los perros también señalaron varias prendas de ropa de Kate).
Existen serias dudas sobre la fiabilidad de estos perros, que al parecer también olfatearon restos humanos en el hospicio de Jersey, algo que ha sido descartado desde entonces. (Inciso: 200 casos, 200 éxitos. Quien quiera saber lo que ocurrió en Jersey puede leer aquí).
Furthermore, Gerry McCann insists Kate never had the supposedly incriminating dream, let alone reported it.
Por otra parte, Gerry McCann insiste que Kate nunca tuvo ese sueño supuestamente incriminatorio, mucho menos denunciarlo.
“No sé si se perdió algo en la traducción, pero eso no ocurrió”, dijo el cardiólogo de 41 años, luchando por mantener la compostura durante un receso en el proceso. “Estos son los testigos de Amaral. (Inciso: Al final siempre tienen la culpa el traductor. Por eso es tan importante que reivindiquemos que los periodistas no tergiversen nuestras palabras).
“Creo que es especialmente decepcionante que ciertos oficiales de policía que consideraron nuestra posible implicación no hayan sido capaces de cambiar su punto de vista a pesar de la falta de pruebas.
Sin embargo, hablando conmigo durante el receso para comer el pasado jueves, Amaral se mantuvo desafiantemente a la ofensiva. Con una seguidora actuando de intérprete, dijo que había escrito su libro de 200 páginas en solo dos meses, alimentado por cigarrillos sin fin en su casa del Algarve.
No trabajó a partir de los documentos de la policía o diarios, sino puramente de memoria, me dijo, golpeteando la cabeza para enfatizar. Y utilizó un ordenador personal que mantuvo desconectado de Internet por razones de “seguridad”.
¿Pero qué justificación podría tener escribir las memorias, cuyos beneficios han sido embargados por el tribunal (a pesar de que antes no podía adquirir un nuevo Jaguar), si no era hacerse rico y saldar cuentas en el proceso?
Consciente de la medida cautelar, declinó desarrollar sus teorías sobre la desaparición de Madeleine. Cualquier que haya sido su destino aquella noche, aunque, ¿tuvo algún grado de simpatía por una pareja que había perdido a su hija?
“Como policía no puedo tener simpatía o empatía porque debo ser objetivo y dejar aparte los sentimiento”, dijo.
“Como padre, simpatizo con ellos, con su dolor y su pérdida. Esto no es sobre culpa o recriminación”.
Esta respuesta de difícilmente convincente. Al avanzar el caso, él indudablemente dejará aparte sus sentimientos “paternales” para renovar sus dañinas acusaciones.
A pesar del tormento que los McCann han atravesado esta semana (en un punto, el secuestro de Madeleine fue descrito como un “cuento de hadas” que los libró de una acusación por negligencia) y las terribles acusaciones que vendrán, ellos mantienen que no se han equivocado al luchar este caso.
“Me gustaría recordar a todos que es el libro el que está siendo juzgado –no Kate y yo”, dijo Gerry. Mientras él cree en el principio de libertad de expresión, los derechos de su familia –incluida la hija que él y Kate creen firmemente aun está viva- también deben ser defendidos.
Aunque algunos cuestionarán a los McCann y sus motivos, según el portavoz de la familia, Clarence Mitchell, la esperanza de que Madeleine sea encontrada vida es la razón principal que los arrastró nuevamente esta semana a un país que les ofrece una escasa bienvenida y les ha causado tanto dolor.
“Obviamente ellos eran conscientes de que algunas de las viajas acusaciones y cargos por parte de ciertos oficiales de policía serán repetidos, pero sintieron que era un caso que simplemente tenía que ser abordado,” dijo.
“Ellos creen que es importante no solo por su buen nombre y reputación, y el Sr. Amaral continúa haciéndolo, sino también porque sus afirmaciones son dañinas para la búsqueda de Madeleine.
“La gente no creerá que está viva si leen este libro y eso podría detenerlos de presentarse con nuevas pistas vitales.
“Un de las cosas que preocupan enormemente a Kate y Gerry es esto: si, tal como sabemos, la policía portuguesa no investigó adecuadamente su desaparición desde el principio porque no creían que había tenido lugar, entones ¿qué ocurrió con toda esa información que recibieron? (Inciso: Los McCann han pagado 100.000 libras por la traducción del sumario. Han podido comprobar ellos mismos que todas las pistas y avistamientos fueron seguidos adecuadamente, aunque, siempre terminaban en el mismo punto…)
¿En efecto qué? Y asumiendo que fue retenida y que está cogiendo polvo en un archivo de la policía, podría esconder esa pequeña pista sobre la que recaen las esperanzas de Kate y Gerry?
La pista que, si es examinada meticulosamente, podría traer de vuelta a su pequeña niña después de tantos falsos amaneceres?
Incluso si esto es solo una posibilidad remota, sin duda debería ser explorada –pero no por un detective hortera que es tan engreído como para pensar que sabe todas las respuestas y no puede ver más allá de su propio gigantesco ego.
En el libro, que ha sido convertido en un documental para la televisión y DVD, el ex jefe de policía afirma con absoluta convicción su creencia de que Madeleine de tres años de edad no fue secuestrada del apartamento familiar en Praia da Luz, tal como sus padres siempre han afirmado.
En cambio, afirma que murió accidentalmente, después de caerse del sofá, golpeándose la cabeza en el suelo mientras los McCann cenaban con unos amigos en el cercano Tapas bar.
Cuando se dieron cuenta de lo que había sucedido, de acuerdo con su sorprendente teoría, entraron en pánico y conciliaron su cuerpo, provocando así la mayor y más desconcertante investigación de una persona desaparecida de los últimos tiempos.
Independientemente de si ellos creen este punto de vista sin fundamento, la mayor parte de los portugueses insisten que Amaral tiene todo el derecho de expresarse.
Para un país que se liberó de los grilletes de una dictadura hace tan 35 años y donde la censura está todavía en el recuerdo de las generaciones adultas, la libertad de expresión es sacrosanta. (Inciso: En Reino Unido, por lo que parece, llevan los grilletes puestos HOY).
Habiendo sido puestos en la picota por dejar a sus tres hijos solos la noche en la que desapareció su hija mayor (Inciso: Y todas las anteriores), Kate y Gerry se encuentran una vez más bajo un virulento ataque de los medios de comunicación portugueses.
La audiencia de esta semana fue presentado por Amaral, que trata de conseguir que la medida cautelar sea levantada para que pueda vender miles de copias más de su libro, que sus editores esperan lanzar en los enormes mercados estadounidenses y británicos. (Inciso: De eso va todo esto. Impedir que el libro del Sr. Amaral sea publicado en INGLÉS)
Pero la audiencia nunca se habría producido si los McCann no hubiesen solicitado la prohibición en primera instancia, permitiendo al público en su lugar formar su propia opinión sobre las teorías sin fundamente de un reprobado jefe de policía con muchas razones egoístas.
La escaramuza de esta semana no es el final de la batalla de los McCann para silenciar a Amaral.
Ganen o pierdan, ellos tienen intención de demandarlo por difamación para recuperar cada penique que haya ganado con el libro, prometiendo donar el dinero al fondo creado para encontrar a Madeleine. (Inciso: Sr. Jones, creo que no se ha enterado bien. La demanda ya ha sido presentada y no olvidemos que ese dinero, al final, solo serviría para seguir pagando abogados y empresas de comunicación e imagen… Como hasta el momento).
Por su parte, si el tribunal de Lisboa fallara en su contra, Amaral ha jurado continuar la lucha hasta el final en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos si fuera necesario.
Aunque este caso se decidirá dentro de dos meses, los McCann parecen estar determinados a peregrinar yendo y viniendo de su casa en Leicestershire y Lisboa durante muchos meses –o incluso años- venideros.
Viendo esta semana a la pareja sufrir más ataques a su reputación –Kate dolorosamente delgada y cercana al colapso; Gerry agresivo, como siempre- debe preguntarse por qué han elegido ponerse en la línea de fuego una vez más.
¿Por qué se han embarcado en una acción que les ha puesto efectivamente –bastante más que al hombre que estropeó la investigación policial- en un juicio?
Y aun peor, en un tribunal donde pueden ser sometidos a las calumnias más dañinas y sin fundamento sin poder recurrir a un riguroso contra-examen. (Inciso: Ellos ya han presentado todas sus pruebas, no olvide Sr. Jones que la medida cautelar fue dictada sin dar audiencia a ninguno de los demandados. Entendemos que un país como el suyo, que demostradamente ofrece muy pocas libertades individuales esto puede parecer normal, pero en países democráticos y civilizados los demandados tienen derecho a defenderse).
Muchos expertos en Relaciones Públicas les habría aconsejado que simplemente ignorasen a Amaral y su “teoría” sin probar, privando su libro de la publicidad global que el caso ha recibido esta semana.
Antes de contestar las preguntas sobre los McCann, vale la pena recordar la participación del ex jefe de policía en la defectuosa investigación y cómo su libro llegó a ser escrito.
El 3 de mayo de 2007, cuando Madeleine desapareció del apartamento 5A del Ocean Club, Amaral estaba al frente del DIC en el pueblo cercano más grande, Portimão.
Tal como recuerda en sus memorias, fue informado de su desaparición poco después de la medianoche.
Los McCann estaban seguros de que Madeleine –que había sido dejada sola con sus hermano y hermana gemelos, Sean y Amelie, entonces de 18 meses- tenía que haber sido secuestrada. Pero él rápidamente se hizo escéptico. (Inciso: Algo normal cuando un policía experimentado se da cuenta que todos los testigos han mentido en sus declaraciones, inventándose ventanas forzadas y “sospechosos” de muy dudosa existencia).
Cuando hablé con él extendidamente esta semana, afirmó haberse enfrentado al caso con objetividad profesional, pero su opinión parece haberse visto influenciada por lo menos parcialmente por las grandes diferencias culturales entre él y los McCann.
Como padre de familia tradicional portugués con tres hijas, se asombró al descubrir que estos padres británicos hubieran dejado solo a sus tres hijos pequeños mientras ellos cenaba con unos amigos, incluso a pesar de que el restaurante estaba solo a unas yardas de distancia. (Inciso: Esto lo dice el gacetillero, en ningún momento a lo largo de esa “extensa” entrevista el Sr. Amaral mencionó que se hubiese “asombrado” por este hecho, dijo textualmente que se enfrentó a este caso igual que a cualquier otro, con objetividad profesional).
Al pasar las horas y los días, sin embargo, otros factores colorearon su punto de vista, la no menos aparente determinación de los McCann de conseguir publicidad a través de lo que uno de los testigos describió con desdén esta semana como un “circo mediático”.
A pesar de que Amaral insiste que no tiene tiempo para teorías conspiratorias, parece que empezó a verlas en todas partes. (Inciso: Creación literaria del autor. El Sr. Amaral dijo textualmente que: ni creía ni había creído nunca en teorías conspiratorias).
Por ejemplo, ¿por qué había la pareja y sus amigos pisoteado el apartamento, destruyendo pruebas vitalmente potenciales: ¿fue esta “contaminación” deliberada? (Inciso: Invención del autor. No se habló absolutamente nada de esto durante la entrevista).
Después estuvo la conducta de las autoridades británicas, incluida la de los oficiales de policía que llegaron a Praia da Luz cuatro días después de desaparecer Madeleine. Por qué fueron tan poco cooperativos con la policía portuguesa y protectores de los McCann?
Él sigue convencido de que su equipo fue sistemáticamente obstaculizado por los británicos en una conspiración orquestada desde arriba y acaba de publicar un segundo libro (no prohibido) exponiendo esta teoría, titulado The English Gag (La Mordaza Inglesa).
Según el testimonio del oficial de enlace de los McCann, Ricardo Paiva, las sospechas de Amaral y su equipo se endurecieron por lo que fue visto como un punto de inflexión en la investigación policial.
Se produjo cuando una Kate llorosa telefoneó a Paiva, a finales de julio de 2007, para informar sobre un sueño turbador en el que había visto a Madeleine tumbada en las rocas junto a la playa de Praia da Luz. Los detectives tomaron esto como una señal clara de que los McCann sabían muy bien que su hija estaba muerta.
Poco después, fueron introducidos los perros en la búsqueda, pero a pesar de que se dijo que habían detectado “olor a muerte” en el apartamento vacacional de la pareja y el Renault Scenic alquilado, no se encontraron pruebas forenses que apoyaron esto. (Inciso: Los perros SÍ encontraron olor a cadaverina, lo que las pruebas forenses no fueron capaces de determinar es la identidad del cadáver. No omitamos que los perros también señalaron varias prendas de ropa de Kate).
Existen serias dudas sobre la fiabilidad de estos perros, que al parecer también olfatearon restos humanos en el hospicio de Jersey, algo que ha sido descartado desde entonces. (Inciso: 200 casos, 200 éxitos. Quien quiera saber lo que ocurrió en Jersey puede leer aquí).
Furthermore, Gerry McCann insists Kate never had the supposedly incriminating dream, let alone reported it.
Por otra parte, Gerry McCann insiste que Kate nunca tuvo ese sueño supuestamente incriminatorio, mucho menos denunciarlo.
“No sé si se perdió algo en la traducción, pero eso no ocurrió”, dijo el cardiólogo de 41 años, luchando por mantener la compostura durante un receso en el proceso. “Estos son los testigos de Amaral. (Inciso: Al final siempre tienen la culpa el traductor. Por eso es tan importante que reivindiquemos que los periodistas no tergiversen nuestras palabras).
“Creo que es especialmente decepcionante que ciertos oficiales de policía que consideraron nuestra posible implicación no hayan sido capaces de cambiar su punto de vista a pesar de la falta de pruebas.
Sin embargo, hablando conmigo durante el receso para comer el pasado jueves, Amaral se mantuvo desafiantemente a la ofensiva. Con una seguidora actuando de intérprete, dijo que había escrito su libro de 200 páginas en solo dos meses, alimentado por cigarrillos sin fin en su casa del Algarve.
No trabajó a partir de los documentos de la policía o diarios, sino puramente de memoria, me dijo, golpeteando la cabeza para enfatizar. Y utilizó un ordenador personal que mantuvo desconectado de Internet por razones de “seguridad”.
¿Pero qué justificación podría tener escribir las memorias, cuyos beneficios han sido embargados por el tribunal (a pesar de que antes no podía adquirir un nuevo Jaguar), si no era hacerse rico y saldar cuentas en el proceso?
La decisión no fue tomada a la ligera, dice, sino que llegó tras haberlo discutido con su esposa, una funcionaria que ha sufrido una depresión atribuida al estrés del caso. (No obstante, la Sra. Amaral se había recuperado suficientemente hace unos meses para posar en la playa al estilo Hola con su marido, eligiendo para ello ir ambos vestidos de blanco).
“Este caso acabó con mi carrera y los periódicos británicos solo me vilipendiaron. Vi que era necesario defenderme”, me dijo, insistiendo que a pesar de haber perdido una tercera parte de su pensión al jubilarse anticipadamente, el dinero no era un factor.
“Si todo se hubiera hecho bien, no hubiese tenido la necesidad de escribir el libro. (Pero) fue una necesidad para mí escribir un testimonio lo que se había hecho.
“Esa era mi intención: hacer público la parte de la investigación que era desconocida y defenderme de todos aquellos que decían que la Policía Judiciaria era incompetente; que yo era incompetente.”
Consciente de la medida cautelar, declinó desarrollar sus teorías sobre la desaparición de Madeleine. Cualquier que haya sido su destino aquella noche, aunque, ¿tuvo algún grado de simpatía por una pareja que había perdido a su hija?
“Como policía no puedo tener simpatía o empatía porque debo ser objetivo y dejar aparte los sentimiento”, dijo.
“Como padre, simpatizo con ellos, con su dolor y su pérdida. Esto no es sobre culpa o recriminación”.
Esta respuesta de difícilmente convincente. Al avanzar el caso, él indudablemente dejará aparte sus sentimientos “paternales” para renovar sus dañinas acusaciones.
A pesar del tormento que los McCann han atravesado esta semana (en un punto, el secuestro de Madeleine fue descrito como un “cuento de hadas” que los libró de una acusación por negligencia) y las terribles acusaciones que vendrán, ellos mantienen que no se han equivocado al luchar este caso.
“Me gustaría recordar a todos que es el libro el que está siendo juzgado –no Kate y yo”, dijo Gerry. Mientras él cree en el principio de libertad de expresión, los derechos de su familia –incluida la hija que él y Kate creen firmemente aun está viva- también deben ser defendidos.
Aunque algunos cuestionarán a los McCann y sus motivos, según el portavoz de la familia, Clarence Mitchell, la esperanza de que Madeleine sea encontrada vida es la razón principal que los arrastró nuevamente esta semana a un país que les ofrece una escasa bienvenida y les ha causado tanto dolor.
“Obviamente ellos eran conscientes de que algunas de las viajas acusaciones y cargos por parte de ciertos oficiales de policía serán repetidos, pero sintieron que era un caso que simplemente tenía que ser abordado,” dijo.
“Ellos creen que es importante no solo por su buen nombre y reputación, y el Sr. Amaral continúa haciéndolo, sino también porque sus afirmaciones son dañinas para la búsqueda de Madeleine.
“La gente no creerá que está viva si leen este libro y eso podría detenerlos de presentarse con nuevas pistas vitales.
“Un de las cosas que preocupan enormemente a Kate y Gerry es esto: si, tal como sabemos, la policía portuguesa no investigó adecuadamente su desaparición desde el principio porque no creían que había tenido lugar, entones ¿qué ocurrió con toda esa información que recibieron? (Inciso: Los McCann han pagado 100.000 libras por la traducción del sumario. Han podido comprobar ellos mismos que todas las pistas y avistamientos fueron seguidos adecuadamente, aunque, siempre terminaban en el mismo punto…)
¿En efecto qué? Y asumiendo que fue retenida y que está cogiendo polvo en un archivo de la policía, podría esconder esa pequeña pista sobre la que recaen las esperanzas de Kate y Gerry?
La pista que, si es examinada meticulosamente, podría traer de vuelta a su pequeña niña después de tantos falsos amaneceres?
Incluso si esto es solo una posibilidad remota, sin duda debería ser explorada –pero no por un detective hortera que es tan engreído como para pensar que sabe todas las respuestas y no puede ver más allá de su propio gigantesco ego.
Traducción de Mercedes