Associated Press - 15 de diciembre de 2008
ORLANDO
Ayer fue el cuarto día de búsqueda en un área boscosa por pistas en el caso de la bebita desaparecida Caylee Anthony, y los detectives se mantienen en silencio sobre si se ha encontrado más evidencia.
El jueves pasado, un trabajador de una compañía de servicios básicos encontró la calavera de un niño pequeño a menos de media milla de la casa de Orlando en que vivía la bebita con su madre y sus abuelos.
Caylee desapareció en junio, y no se había encontrado rastro alguno de ella hasta el descubrimiento de la semana pasada. Tanto la policía del condado Orange como agentes del Departamento de Ley y Orden de la Florida y expertos del FBI están trabajando conjuntamente en la propiedad yerma y peinándola en busca de pistas.
El vocero de la policía Carlos Padilla dijo ayer que la espesa maleza ha demorado la búsqueda.
''Ellos están trabajando meticulosa y metódicamente'', dijo.
Padilla no quiso decir si se han encontrado más pruebas durante los cuatro días de búsqueda.
La madre de Caylee, Casey Anthony, de 22 años, esperó un mes para reportar a su hija como desaparecida. Ella dijo a la policía que había dejado a la niña con una cuidadora, pero los detectives dijeron que su historia no era cierta. Anthony fue acusada de haber asesinado a su hija el 14 de octubre.
El descubrimiento de la calavera es el primer descubrimiento importante en el caso ocurrido en meses.
Aunque los resultados de la prueba de ADN en los restos no serán dados a conocer probablemente por varios días, las autoridades y hasta los abogados de Anthony están tratando el hallazgo como si fuera la niña.
Una de los abogados de Linda Kenney Baden, dijo la semana pasada en el juzgado que 'las medidas antropométricas y el color del cabello`' de los restos se corresponden con los de Caylee.
El jefe de la policía, Kevin Beary, dijo que en un registro de la casa de los abuelos, donde vivían madre e hija, también encontraron pistas sobre los restos que él no podía revelar. En el área no existen otros casos semejantes de niños desaparecidos.
Anthony está presa sin derecho a fianza en la cárcel del Condado Orange.
Ayer, el barrio suburbano en los alrededores de la casa de Anthony y de donde se encontraron los restos hervía de actividad. Las luces festivas y los Santa Claus inflables eran un extraño telón de fondo para los vans policiales y los camiones de transmisiones televisivas vía satélite.
Los vecinos se acercaron para tomar fotos de un pequeño homenaje improvisado a Caylee, que incluía un unicornio, un abanico de Cinderella y ositos de peluche de diferentes tamaños y colores.
El cazador de recompensas californiano Leonard Padilla --quien previamente había pagado la fianza de Anthony en cargos menores de negligencia infantil--, de pie junto a un canal, se tomaba fotos con simpatizantes y firmaba autógrafos. En un momento, Padilla había buscado a Caylee por su propia cuenta, y ayer hablaba sobre cuánto tiempo estarían los detectives en el lugar.
''Gracias por toda su ayuda'', dijo a Padilla el vecino Tim Lewis, de 45 años, dándole un apretón de manos.
ORLANDO
Ayer fue el cuarto día de búsqueda en un área boscosa por pistas en el caso de la bebita desaparecida Caylee Anthony, y los detectives se mantienen en silencio sobre si se ha encontrado más evidencia.
El jueves pasado, un trabajador de una compañía de servicios básicos encontró la calavera de un niño pequeño a menos de media milla de la casa de Orlando en que vivía la bebita con su madre y sus abuelos.
Caylee desapareció en junio, y no se había encontrado rastro alguno de ella hasta el descubrimiento de la semana pasada. Tanto la policía del condado Orange como agentes del Departamento de Ley y Orden de la Florida y expertos del FBI están trabajando conjuntamente en la propiedad yerma y peinándola en busca de pistas.
El vocero de la policía Carlos Padilla dijo ayer que la espesa maleza ha demorado la búsqueda.
''Ellos están trabajando meticulosa y metódicamente'', dijo.
Padilla no quiso decir si se han encontrado más pruebas durante los cuatro días de búsqueda.
La madre de Caylee, Casey Anthony, de 22 años, esperó un mes para reportar a su hija como desaparecida. Ella dijo a la policía que había dejado a la niña con una cuidadora, pero los detectives dijeron que su historia no era cierta. Anthony fue acusada de haber asesinado a su hija el 14 de octubre.
El descubrimiento de la calavera es el primer descubrimiento importante en el caso ocurrido en meses.
Aunque los resultados de la prueba de ADN en los restos no serán dados a conocer probablemente por varios días, las autoridades y hasta los abogados de Anthony están tratando el hallazgo como si fuera la niña.
Una de los abogados de Linda Kenney Baden, dijo la semana pasada en el juzgado que 'las medidas antropométricas y el color del cabello`' de los restos se corresponden con los de Caylee.
El jefe de la policía, Kevin Beary, dijo que en un registro de la casa de los abuelos, donde vivían madre e hija, también encontraron pistas sobre los restos que él no podía revelar. En el área no existen otros casos semejantes de niños desaparecidos.
Anthony está presa sin derecho a fianza en la cárcel del Condado Orange.
Ayer, el barrio suburbano en los alrededores de la casa de Anthony y de donde se encontraron los restos hervía de actividad. Las luces festivas y los Santa Claus inflables eran un extraño telón de fondo para los vans policiales y los camiones de transmisiones televisivas vía satélite.
Los vecinos se acercaron para tomar fotos de un pequeño homenaje improvisado a Caylee, que incluía un unicornio, un abanico de Cinderella y ositos de peluche de diferentes tamaños y colores.
El cazador de recompensas californiano Leonard Padilla --quien previamente había pagado la fianza de Anthony en cargos menores de negligencia infantil--, de pie junto a un canal, se tomaba fotos con simpatizantes y firmaba autógrafos. En un momento, Padilla había buscado a Caylee por su propia cuenta, y ayer hablaba sobre cuánto tiempo estarían los detectives en el lugar.
''Gracias por toda su ayuda'', dijo a Padilla el vecino Tim Lewis, de 45 años, dándole un apretón de manos.