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Correio da Manhã
Matéria de facto
“Solo hay una verdad en esa declaración, Joana murió, el resto es otra sarta de mentiras”.
Hace cuatro años una niña fue asesinada a manos de su madre y su tío. Su delito fue haberlos sorprendido en plena actividad sexual. Se llamaba Joana y, además de haber sido descuidada por su madre, fue víctima de abusos sexuales.
Ayer, la madre, judicialmente declarada responsable de su muerte, firmó, en la cárcel de Odemira, una declaración en la que confirma tal muerte, atribuyendo la responsabilidad solo a su hermano.
Solo hay una verdad en esa declaración, Joana murió, el resto es otra sarta de mentiras de una persona que fue declarada psicópata social y que, desde el principio, ha entorpecido la justicia.
Al contrario que otros niños asesinados, los responsables fueron llevados ante la justicia y condenados por tan hediondo crimen.
A la madre de Joana no la basta con pedir perdón, debe dejarse de mentiras y decir la verdad. Ese será el momento de la verdadera redención y en ese momento el alma de Joana descansará en paz.
Joana sufrió en vida y a la hora de su muerte violenta no fue posible evitar esos sacrificios, pero contribuimos a que se hiciera justicia.
Por este y otros casos nos sentimos orgullosos de haber sido policías, poder mirar al cielo y decir: por la gracia de Dios… fui policía.
Hace cuatro años una niña fue asesinada a manos de su madre y su tío. Su delito fue haberlos sorprendido en plena actividad sexual. Se llamaba Joana y, además de haber sido descuidada por su madre, fue víctima de abusos sexuales.
Ayer, la madre, judicialmente declarada responsable de su muerte, firmó, en la cárcel de Odemira, una declaración en la que confirma tal muerte, atribuyendo la responsabilidad solo a su hermano.
Solo hay una verdad en esa declaración, Joana murió, el resto es otra sarta de mentiras de una persona que fue declarada psicópata social y que, desde el principio, ha entorpecido la justicia.
Al contrario que otros niños asesinados, los responsables fueron llevados ante la justicia y condenados por tan hediondo crimen.
A la madre de Joana no la basta con pedir perdón, debe dejarse de mentiras y decir la verdad. Ese será el momento de la verdadera redención y en ese momento el alma de Joana descansará en paz.
Joana sufrió en vida y a la hora de su muerte violenta no fue posible evitar esos sacrificios, pero contribuimos a que se hiciera justicia.
Por este y otros casos nos sentimos orgullosos de haber sido policías, poder mirar al cielo y decir: por la gracia de Dios… fui policía.
Gonçalo Amaral
Traducción de Mercedes
Traducción de Mercedes
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