7 de abril de 2010

Caso Paulette Gebara - Todos somos Paulette


Armando Román Zozaya
07-Abr-2010


En México muchas personas han muerto en circunstancias que no han sido esclarecidas, consecuencia del clima de impunidad.

El caso de la pequeña Paulette Gebara ilustra sobre lo que es nuestro país. De hecho, todos somos Paulette, pues, así como le ha sucedido a esta pequeñita, cualquiera de nosotros puede aparecer muerto, en circunstancias poco claras, en cualquier momento: esto es México. Si se cree que exagero, invito al lector a que recuerde los feminicidios de Ciudad Juárez, a los estudiantes que murieron hace unas semanas a balazos afuera del Tecnológico, a los muchachos también de Juárez que fueron acribillados en una fiesta, a los muchísimos periodistas que han sido asesinados en tiempos recientes, a los chiquitos de la guardería ABC y un larguísimo etcétera. A todas estas personas, situación que, según parece, le ocurrió también a Paulette y le podría suceder a cualquiera de nosotros.



Todos somos Paulette porque, de la mano de lo anterior, en este país es casi imposible aclarar a fondo una muerte si ésta exige que la autoridad la investigue. Eso es precisamente lo que ha pasado con Paulette: la Procuraduría General de Justicia del Estado de México dijo, en primera instancia, que era un homicidio, arraigó a los padres de la menor y señaló como indiciada a la madre de la niña. Luego, levantó el arraigo, dejó libre a la madre y habla ahora de un accidente. Además, a pesar de que el sentido común lo indica, ya no digamos los protocolos policacos de investigación, la Procuraduría mexiquense no aseguró adecuadamente el departamento de la familia Gebara Farah, lo que propició que el cuerpo de Paulette fuera introducido ahí días después de la primera visita de la policía al inmueble. Y si eso no ocurrió, entonces los “fantásticos” policías del Estado de México no buscaron a fondo a Paulette en la casa de la niña, pues ahí fue donde apareció finalmente. Así, el único resultado de la “primermundista” investigación del procurador Bazbaz es que no sabemos nada. Lo mismo ocurrió con la muerte de los niños en la guardería ABC, con los estudiantes del Tec, los periodistas asesinados, etcétera. Y lo mismo sucederá con usted o conmigo, amable lector, si un día de éstos nos toca aparecer muertos: nuestras autoridades sirven de muy poco.

Finalmente, todos somos Paulette, porque ahora que está claro que la Procuraduría mexiquense sólo se ha hecho bolas, diputados priistas y el gobernador Peña han declarado que respaldan la labor de la misma. Así, se nos dice que hay plena confianza en el procurador, que todo está bien, etcétera. En consecuencia, si Paulette fue asesinada, y si alguien nos llegara a asesinar, lo más seguro es que el crimen se olvide en el hoyo de impunidad, desaseo, incompetencia e insensibilidad que es la impartición de “justicia” en México.

Lo dicho: todos somos Paulette Gebara; bonito país el nuestro.

*Investigador en la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Anáhuac

armando.roman@anahuac.mx



Interrogantes en el caso Paulette

Sobre la interesante información de La Jornada (6 de abril, p. 26), en la que el procurador general de Justicia del estado de México, Alberto Bazbaz, expresa que no existen elementos para determinar si se trató de un homicidio la muerte de la niña Paulette Gebara, conviene hacerle recordar que la "obstrucción de vías respiratorias y presión toraxicoabdominal" (según la necropsia) resulta casi imposible que sea a causa de un accidente, pues la posición del cuerpo tendría que haberse encontrado de tal forma que no hubiese quedado ninguna duda que esa habría sido la causa. A días del fallecimiento, la opinión de un criminalista independiente ya se hubiera concretado y es el que con base en las declaraciones de los involucrados, la inspección en el lugar, la autopsia de la pequeña, entre otras pruebas, podría haber dictaminado. Las interrogantes se multiplican sobre la forma en que el procurador Bazbaz conduce la investigación. Y sobre el tema, la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México debe intervenir ya, y en su caso, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, aunque a ambas la población les haya cuestionado su credibilidad y confiabilidad.

Lic. José Lavanderos


La Jornada

Sepultan a Paulette en medio de pugnas, dudas y recriminaciones

Alejandro Cruz, Silvia Chávez, Israel Dávila y René Ramón
Reportero y corresponsales
Miércoles 7 de abril de 2010, p. 28

Sin la presencia de la familia paterna, la tarde de ayer fue sepultada la niña Paulette Gebara Farah en el panteón Francés de la ciudad de México, luego de casi dos días de ser velada. La madre de la menor, Lisette Farah Farah, encabezó el cortejo fúnebre, acompañada de su hermana Arlette y custodiada por empleados del cementerio.

La muerte de la niña de cuatro años distanció al matrimonio formado por Farah Farah y su esposo, Mauricio Gebara Rahal, miembros de la comunidad libanesa con 10 años de casados, a tal grado de que cada familia veló a Paulette por separado.

El lunes pasado la familia Gebara Rahal veló el cuerpo de Paulette en el panteón Francés.

Amigos de la pareja señalaron que la familia de Gebara se dedica a la compraventa de bienes inmuebles, mientras Lisette recibe recursos por "unas rentas", por lo que negaron que se trate de personas "de mucho dinero".

Paul Lerubay, cercano a la pareja, señaló que la familia Farah no tiene relación alguna con el procurador general de Justicia del estado de México, Alberto Bazbaz Sacal.

Ante los señalamientos contra Lisette por la muerte de su hija, Lerubay la calificó de "madre amorosa"; aseguró que es "ciento por ciento inocente"; asimismo cuestionó la actitud y las declaraciones de Mauricio Gebara, quien ha "tomado una actitud rara" al no respaldar a su esposa.

El distanciamiento entre ambas familias quedó de manifiesto luego que Arlette Farah, hermana de Lisette, dio a conocer que la otra hija del matrimonio, de siete años de edad y de nombre Lisette, se encuentra con Mauricio Gebara, quien no permite a su esposa ver a la niña.

Entre lágrimas, la mujer pidió a la familia Gebara que "recapacite en su decisión de habérnosla quitado. La niña necesita a su mamá, y nosotros, la familia Farah, también la necesitamos aquí. Nosotros actuamos de muy buena fe con ellos, prestándoles a la niña. Les pido que nos la presten también a nosotros".

Poco antes de las 16 horas, los restos de Paulette fueron sepultados entre aplausos de amigos y familiares de Lisette Farah, quien al acompañar la carroza solicitó a los reporteros que "me dejen llorar a mi hija".

Entre los asistentes se escucharon algunas voces de personas ajenas a la familia que pidieron "justicia para Paulette", mientras la madre arrojaba una flor sobre su tumba.

El presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), Raúl Plascencia Villanueva, aseguró que la dependencia a su cargo estará "muy al pendiente" de las investigaciones que realiza la Procuraduría General de Justicia del Estado de México (PGJEM) para que dé con los responsables.

La PGJEM informó que aún no tiene los resultados de la segunda necropsia que se practicó al cadáver para determinar el día de su muerte y si ésta ocurrió en la habitación donde se encontró su cuerpo, la madrugada del 31 de marzo.

Fuentes de la dependencia indicaron que no hay fecha para conocer los detalles de estos exámenes, efectuados antes de que se entregara el cadáver a sus familiares, el domingo pasado.

Por su parte, la dirigencia estatal del Partido de la Revolución Democrática (PRD) exigió la renuncia del procurador Alberto Bazbaz Sacal, por considerar que ha actuado con ineficiencia en el caso Paulette.

Luis Sánchez Jiménez, líder del sol azteca, consideró que Bazbaz actúa "con parcialidad" por tener "origen árabe" y porque la familia forma parte de la comunidad libanesa en México.

También exigió al Congreso local que llame a comparecer al procurador "para que explique los desaciertos en que ha incurrido" y demandó a los legisladores mexiquenses crear una comisión plural para este caso.

Por la noche Televisa transmitió la segunda parte de una entrevista con Lisette Farah. Cuando se le preguntó por qué le pidió mentir a su hija Lisette, de siete años, respondió: "Esa grabación parece que la editaron" y que sólo le informó que Paulette estaba "perdida", por lo que le pidió no asustar a sus compañeros de clase y le dijo que su hermana iba a aparecer.

Aclaró que el lunes que desapareció Paulette habló con su hija mayor, pero no le informó que su hermana había muerto.

Por otra parte, indicó que Mauricio Gebara la acusó de la desaparición de Paulette antes que la procuraduría mexiquense, y le aseguró que había pruebas de que ella había metido "un bulto" a la casa. Según Lisette, su esposo le dijo: "Para mí tú eres la principal sospechosa".

Amanda de la Rosa, amiga de Lisette Farah, dijo que ambas se fueron de viaje a Los Cabos y se enteraron de la desaparición de la niña cuando regresaron.

Dijo que durmió en la cama debajo de la cual fue encontrado el cuerpo, pero insistió en que a esa habitación entraron policías, familiares y amigos.