Lunes, 19 de octubre de 2009
Como convertirse en un Sospechoso 101
por Pat Brown - Criminal Profiler
Cuando un presentador de un programa de noticias por cable pregunta si un personaje concreto debería ser sospechoso de un delito discutimos, yo hablo sobre conductas, rasgos, o circunstancias que pudieran llamara la atención de la policía. Algunas veces recibo correo de personas que creen que alguien, yo o la policía le ha nombrado como posible sospechoso y está siendo injustamente cuestionado. Otros quieren saber por qué no salto a nombrar a alguien que ellos están seguros cometió el delito. Y algunas veces solo estoy haciendo de abogado del diablo cuando veo las banderas rojas siendo ignoradas o consiguiendo demasiada atención.
Banderas rojas – ciertas conductas o rasgos de una persona o las circunstancias que las rodea, solo son eso: indicadores que esa persona debería ser estudiada más cuidadosamente como sospechoso potencial de un delito, pero no considerado culpable salvo que otras pruebas apoyen la acusación y la acusación sea probada en un tribunal.
Me vienen a la mente cuatro casos como ejemplos en esta clase de Cómo Convertirse en un Sospechoso 101: El caso Quantico Marine de 1983, el extraño caso de Madeleine McCann, la saga Haleigh Cummings y el reciente caso del Niño Globo.
Mala Suerte:
Esta es la cuestión Nº 1 que te meterá en un problema y te relacionará con un delito, tanto si la mala suerte simplemente te ocurrió o si en realidad tu mismo la creaste siendo el autor. Richar y Miyumi Heene llamaron al 911 en pánico porque su hijo de seis años, Falcon, supuestamente había despegado en un globo que había hecho Richard, volando a la deriva por el cielo en un dirigible plateado con forma de platillo volante. Más tarde, el niño fue encontrado escondido en la casa, ignorando los gritos de los buscadores. La policía dijo que van a presentar cargo porque el espectáculo fue un truco publicitario y el niño nunca estuvo en el globo.
El incidente ocurrió en la residencia de Heene. No había nadie por allí más que la familia, y el globo de su propiedad. O bien el crio estaba siendo un chico malo y los padres se metieron en un lio por su culpa, o los padres están mintiendo.
Cpl. Lindsey Scott estaba destinado en investigaciones en la Base de Quantico Marine en aquel momento, fue violada una mujer joven y su garganta cortada. Su mala suerte: la víctima describió a su agresor a un dibujante y cuando el dibujo estaba terminado, los compañeros de trabajo de Lindsey Scott dijeron, “¡Wow! ¡Ese es igual que Scotty!” Scott también conducía un Buick dorado; aunque no tenía la capota blanca que vio la chica en el coche de su agresor, aunque era del color y modelo que ella describió.
Cuando Haleigh Cummings (debajo a la izquierda con los varios sospechosos) y Madeleine McCann desaparecieron, desaparecieron de localizaciones donde se suponía debían estar sus padres. Misty Croslin, la novia menor de edad de Ronald Cummings que cuidaba a sus hijos mientras él trabajaba, afirma que ella estaba durmiendo cuando alguien entró en la casa y secuestró a la niña del dormitorio que ella compartía con los niños. Maddy McCann supuestamente fue secuestrada mientras sus padres dejaron a la niña sola con sus hermanos gemelos más pequeños y salieron a cenar al restaurante del complejo.
En todos estos casos, personas concretas están relacionadas con cada crimen. Estas personas de interés podrían haber estado implicadas.
Coartadas:
Vale, entonces lo pudieron haber hecho, pero ¿lo hicieron? ¿Tienen una coartada que los exonere? Lindsey Scott admite que él no estaba en casa cuando la víctima relacionada con él fue atacada. Scott andaba por ahí, yendo hacia su apartamento recién alquilado para limpiar un horno (no lo vio nadie) y buscando un pie para el baño para comprárselo a su mujer embarazada (en realidad nadie recuerda haberle visto en la tienda).
Misty Croslin afirma que ella estaba durmiendo, lo que no es exactamente una coartada, Ronald Cummings afirma que estaba en el trabajo, pero no hay prueba de que el crimen no se cometiera antes de que él se fuera a trabajar.
Los McCann (fotografía de la izquierda con Madeleine en el círculo rojo) fueron las últimas personas que estuvieron con su hija antes de que supuestamente la dejaron sin atención y disponible para ser secuestrada de su habitación en el complejo. Los Heenes estaban en casa con sus hijos cuando el niño supuestamente se metió en el globo, o fingió meterse en el globo y se escondió en casa. Nadie tiene una cortada especialmente buena.
Conductas pasadas:
Los Heenes era buscadores de publicidad que ya habían participado en un reality show: un episodio de “Wife Swap.” Richard Heene, conoció a su mujer en una escuela de actores, estaba tanteando productores para un nuevo show para su familia justo antes del incidente del globo, lo que sugiere que podría haber estado intentando conseguir atención. Pero Heene ha actuado tan extrañamente al criar a sus hijos –persiguiendo tornados con ellos y dejándolos ser extremadamente aventureros y curiosos- que ese día concreto quizás los niños simplemente se superaron a sí mismos.
A Misty le gusta utilizar drogas y fiestas. Se junta con un hombre mayor, Ronald Cummings y juega a ser la mamá de sus dos hijos pequeños. Cummings tiene un historial cuestionable de implicación con las drogas y una naturaleza controladora. Así que es fácil pensar que Misty pudiera haber estado de fiesta, los niños ingerir drogas, o Misty podría estar encubriendo a Ronald si él pego a la niña hasta la muerte antes de irse a trabajar.
Los McCann dejaron a sus tres hijos solos en la habitación de un apartamento para que la pareja pudiera divertirse. Automáticamente esto levanta sospechas sobre qué más harían, como recetar medicamentos a sus hijos (ambos padres son médicos) para hacerlos dormir mientras los padres estaban fuera.
Lindsey Scott es el único que no tiene un comportamiento pasado cuestionable.
Conducta post-delito:
Los Heenes estuvieron más que dispuestos a aparecer en televisión. Richard Heene dijo: “Wow! y después bajó la cabeza cuando su hijo Falcon soltó en el “The Today Show” que se había escondido porque “Estaban haciendo un show.” Ya no tan hambriento de la opinión públlica, Heene se enfadó con las cadenas por cable por hacer preguntas e insistió que todas las futuras preguntas fueran por escrito.
Los McCann nunca han mostrado remordimiento por dejar a sus hijos sin atención. Se vistieron bien todos los días y continuaron con las rutinas normales tal como jogging. Kate McCann dijo que ella nunca había tenido problemas para dormir desde que Maddy “fue secuestrada”.
Misty Croslin no podía mantener su historia sobre la noche que desapareció Haleigh firme. Ronald Cummings contó descaradamente a los periodistas que él nunca había estado implicado en drogas a pesar de su larga lista de arrestos por drogas. Ron y Misty se casaron pocos después de la desaparición de Haleigh, como si este fuese un momento de celebración. Nadie puede decirme que tenían que casarse en ese momento: ya estaban viviendo juntos, por lo que la santidad del matrimonio no parece ser un problema.
La conducta de Lindsey Scott permaneció creíble después del delito.
Los sospechosos:
Los Heenes muy probablemente sean acusados por más de un delito, posiblemente incluyendo contribuir a la delincuencia de un menor y falsa denuncia. Tengo curiosidad por saber en realidad qué pruebas tiene la policía de que el episodio del globo fue un engaño. La conducta de Richard Heene seguro que parece raro y el niño más bien lo puso en evidencia (Como dijo Art Linkletter, “Los niños dicen las cosas más sorprendentes.”) pero Falcon quizás no quiso decir lo que dijo exactamente como sonó. Por eso la policía debe tener más pruebas: historias en conflicto, algo en el ordenador, quizás incluso notas narrando una “historia” de un niño pequeño despegando en un globo con forma de platillo volante.
Ni los McCann ni los Croslin/Cummings han sido acusados de ningún delito, aunque no hay ninguna prueba que apunte hacia un secuestro por un extraño en ninguno de los dos casos. Porque sus padres no tienen una coartada y sus conductas son cuestionables, tanto en el pasado como después del delito, siguen manteniendo cierto grado de sospecha. Por lo que hasta que aparezcan las pruebas para condenarlos a ellos u otra persona, tendremos que seguir especulando sobre su culpabilidad.
Pobre Lindsey Scott: Fue condenado por el delito y pasó cuatro años en Fort Leavenworth hasta que ganó una apelación y fue liberado por falta de pruebas. En verdad, consiguió un mal acuerdo. Se convirtió en sospechoso porque la información de la víctima encajaba con él y con su coche y porque no tenía una coartada. No había nada cuestionable en su conducta y no había pruebas físicas que lo relacionaran con el delito. Desde su puesta en libertad, ha aparecido otro sospechoso: tiene un enorme parecido con Scott, conducía un Buick dorado con una capota blanca en el momento del delito, tenía un primo que hacía el mantenimiento de una zona que normalmente estaba cerrada en la base donde la víctima fue secuestrada.
No tengo problema con que los Heene, los McCann o Misty Croslin y Ronald Cummings sean sospechosos; deberían serlo. Sin embargo, la investigación de Lindsey Scott debería haberse minimizado hasta que hubiera más pruebas que le hicieran parecer mucho peor. Por supuesto, ninguno debe ser condenado sin pruebas sólidas que prueba que ellos, y solo ellos, podría haber cometido el crimen.
Algunos dicen que la posible implicación de estas personas ni siquiera debería ser discutido, porque estamos en efecto condenándoles sin un juicio ante el tribunal de la opinión pública. Esto es ridículo; no podemos condenar a alguien con una opinión o especulación. Por supuesto, debemos tener cuidado de no calumniar ni difamar a alguien haciendo afirmaciones sobre la persona (creando “hechos” que no existen base a una conjetura) o afirmando que son culpables en lugar de la hipótesis de que podrían ser culpables. La personas son responsables de su conducta, no es ilegal que algunos la discutan en público, (incluso si es un cotilleo). Todos tomamos decisiones en nuestras vidas, y nuestras decisiones nos siguen. Si conducen al público y la policía a sospechar que estamos implicados en un crimen, nosotros no somos los responsables.
Una buena conducta no siempre nos protegerá (fíjese en el desafortunado encarcelamiento de Lindsey Scott), pero debería ofrecernos mayores probabilidades para evitar convertirnos en el sospechoso de un crimen – y la charla de la televisión por cable.
Traducción de Mercedes
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